Dólar Qatar, dólar Mundial, dólar viajero, dólar turista, llámeselo como quiera, pero es una nueva medida tendiente a desalentar los viajes al exterior que surge en base a la afirmación de que el turismo ‘desabastece’ al BCRA de una cifra que ronda los US$ 800 millones por mes. Los operadores del mercado de viajes afirman que, de ese monto, el 75% corresponde a compras que se realizan en el exterior, ya sea personalmente o por Internet, y aquí se dividen las aguas.
Según resolución de la Afip publicada en el Boletín Oficial, el valor del dólar para la compra de viajes al exterior se fija en la cotización oficial del día de la operación, más el 30% del impuesto PAIS, un 45% de adelanto de Ganancias y un 25% a cuenta de Bienes Personales, o sea, el 100%. Si el dólar oficial vale $ 156, por ejemplo, el Qatar o turista costará $ 312. Pero ese 25% adicional se definió para los consumos en moneda extranjera con tarjetas, en pasajes o paquetes turísticos superiores a los US$ 300 por mes, una vara bien baja para cualquier viajero.
Quienes gasten menos de US$ 300 por mes, seguirán pagando el dólar a la cotización del día, más el 30% del impuesto PAIS y el 45% de adelanto de Ganancias.
Golpe al turismo.
Uno de los principales mayoristas de turismo, Juan Toselli, lo explicó así a PERFIL CÓRDOBA: “Esta resolución de establecer el ‘mal llamado’ dólar Qatar, nos afecta directamente a nosotros y a los viajeros. En realidad es un dólar turista que implica un castigo para los operadores. Los 40.000 argentinos que dicen que viajarán al Mundial ya pagaron sus entradas y estadías, así que este nuevo valor de la divisa estadounidense afectaría únicamente a los gastos en comida, por ejemplo, que se realicen allá”.
“Por eso dogo –agregó– que el castigo mayor es para los turistas que deciden viajar al exterior y para nosotros, los operadores y agencias de viajes, que somos los que generamos trabajo” y afirmó: “Es muy preocupante, porque se toman estas medidas en base a versiones que indican que el turismo representa unos US$ 800 millones por mes, pero no se tiene en cuenta que el 75% de ese monto –insisto, supuesto, porque no hay un estudio concreto y cierto que lo sostenga– son compras que se realizan en el exterior, ya sea personalmente, en viajes, o por Internet”.
Consideró también que “hay otro dislate más: si vos compras online algo en el exterior, para que te lo manden a tu casa, la Aduana te autoriza hasta US$ 1.000, pero si vos viajaste, compraste y llegás al aeropuerto, la misma Aduana te autoriza hasta US$ 500 y si te pasaste, tenés que pagar el impuesto correspondiente”.
Estimó además que “todo esto se evita al hacer esos gastos con dólares billete; así se desactivan los mecanismos de control, pero el tema es que se toma el monto global de las compras con tarjetas”.
Desde Faevyt, en tanto, destacaron que esta medida perjudica a quienes viajan a través de agencias de viajes y se beneficia más a quienes consumen turismo directamente en el exterior. Además, estas iniciativas no resuelven los problemas económicos del país ni la falta de divisas.
Para ir a Qatar.
Los principales operadores mayoristas de Córdoba han vendido paquetes para el Mundial, pero hay que tener en cuenta que muchos de ellos con sede en Buenos Aires tienen también sus respectivos representantes u oficinas aquí, lo cual eleva la cifra a alrededor de 20. Si se calcula que 40.000 argentinos viajarán a Qatar, no es descabellado pensar que alrededor de un 8% o 10% (3.200 a 4.000) son cordobeses.
El costo del viaje es de alrededor de US$ 16.000 (cuando arrancaron las ventas ese valor era de US$ 9.000) y comprende los tres primeros partidos de Argentina y el alojamiento por 15 días.
A estos montos hay que sumar el costo de los pasajes aéreos que, según la tarifa que estaría manejando Aerolíneas Argentinas, sería de unos US$ 3.000. O sea, el viaje redondo más los gastos de estadía supera los US$ 20.000.
Para ingresar a Qatar no hace falta visa; solo se exige el pasaporte vigente, las entradas para los partidos y el alojamiento. A los operadores se les informó que se hará un chequeo de antecedentes a través de las agencias de seguridad internacionales, como Interpol, para evitar la presencia de viajeros potencialmente conflictivos o ‘indeseables’.