Si hay algo que caracteriza al quehacer del Museo de Arte Contemporáneo de Unquillo (Macu) es que desde que se inició el proyecto, los involucrados cumplen todos los roles que atañen a un museo: desde atender al público y brindar recorridos, hasta colgar obras si es necesario.
El proyecto se había empezado a pergeñar allá por 2007 con reuniones entre algunos artistas en un club de Unquillo. Con el tiempo se fueron sumando voluntades y se consolidó un grupo que empezó a imaginar maneras de recaudar fondos para hacer realidad ese espacio cultural.
El compromiso y la entrega del equipo que se puso al hombro la titánica tarea de poner en pie –desde cero– un museo con características internacionales, empezó a recoger sus frutos cuando la solidaridad de artistas, no sólo de Córdoba sino del resto del país e incluso del extranjero, comenzaron a colaborar donando sus obras para recaudar dinero.
Así, ladrillo sobre ladrillo, el sueño del Macu empezó a edificarse y en 2012, aún inconcluso, hizo su preinauguración.
Lo que siguió fueron sucesivas muestras de distintos artistas y acciones como visitas guiadas de colegios (públicos y privados), charlas y conferencias e incluso un espacio dedicado al cine, en el mismo predio y al aire libre, con proyecciones de películas y debates. Además, producen acciones como mesas redondas y se dedican al asesoramiento a otras instituciones.
El proyecto es por demás ambicioso y sin financiamiento por parte de los distintos estamentos del Estado, aún resta mucho por hacer. En materia edilicia, faltan construir los depósitos para poder empezar a coleccionar obras ya que sin estos espacios de guardado es imposible pensar siquiera en coleccionar. Además, está planificada una sala dedicada a talleres culturales para los más chicos, donde puedan vincularse con el arte –como sucede en los grandes museos del mundo– y aprendan a dibujar, pintar y hacer esculturas.
Por último, aún está pendiente la colocación de calefactores en algunos espacios y los ascensores, sumamente necesarios debido a que dos de las salas expositivas se encuentran en el primer piso: sin ellos se dificulta el acceso de sectores con discapacidad e incluso de personas de la tercera edad.
Desde el punto de vista conceptual, lo que resta es poder establecer acciones con otros museos para traer muestras de otros puntos del país y del extranjero, lo que marcaría un salto cualitativo para el museo.
Si bien ya está todo diseñado, son necesarios los fondos para poder ejecutar las obras.
El Macu se financia a través de la comercialización de obras de artistas (ellos dejan obras y el museo les da un porcentaje de la venta, previamente acordado), con lo que genera el bar que funciona en el espacio y con eventos en los que sortean grabados, cerámicas y esculturas.
Hay que destacar que si bien reciben donaciones anónimas, están en la búsqueda de capitales mayores para poder tener un presupuesto operativo que les permita avanzar con lo que les falta.
Para lo que queda del año ya están confirmadas exhibiciones de los artistas Roger Mantegani, Jorge Asís y Manuel Quiroga. Y de cara al año que viene la grilla ya está cerrada, con muestras que serán de alto impacto.
De entrada libre y gratuita, el museo ubicado en Av. San Martín 588 (Unquillo) está abierto al público durante todo el año.
REALIDAD. El proyecto comenzó a delinearse en el 2007. Hoy, es un museo con estándares internacionales que sigue creciendo.