Ecuador, reconocido por tener la mayor biodiversidad por metro cuadrado del mundo, es uno de los destinos de Sudamérica que más ha crecido entre el turismo mundial, atraído sin dudas por sus inigualables bellezas naturales distribuidas en playas, montañas, cascadas, ríos y una inigualable riqueza histórica y cultural. Por algo Quito, su capital, ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad.
Uno de sus mayores tesoros lo constituye la denominada Avenida de los Volcanes, una majestuosa sucesión de 70 cumbres volcánicas, 27 de ellas en actividad como el imponente Chimborazo y fértiles valles, a lo largo de 300 kilómetros.
Y una manera de recorrer esta “avenida”, que demuestra que no siempre los volcanes brindan malas noticias, es a través del Tren de las Maravillas, que conecta montañas y poblados desde el norte, en Quito, hasta alcanzar las costas tropicales en el océano Pacífico, en Guayaquil, en un viaje de cuatro días.
El tren opera todo el año, en un trayecto de aproximadamente 450 km, con ascensos de hasta 3.600 metros al cruzar las montañas de los Andes, para luego descender hasta las costas del Pacífico.
La formación cuenta con antiguas locomotoras restauradas; dos coches de estilo colonial y republicano; un coche bar, para disfrutar de toda la gastronomía tradicional; dos salas panorámicas, y una espectacular terraza descubierta.
La espectacularidad de este recorrido no solo está en los cambios de altura y de temperatura sino también en las variaciones de paisajes y vegetación que se pueden disfrutar con todas las comodidades y el confort disponibles para los pasajeros.
A través de las ventanas de este tren, distinguido en tres oportunidades como el “mejor tren de lujo” de América del Sur, se pueden apreciar campos de arroz, piña o cacao, así como también el cañón del río Chanchán, el volcán Chimborazo o el cruce de la mítica Nariz del Diablo, luego de una vertiginosa subida de alrededor de 600 metros en zigzag y curvas pronunciadas.
Con un modelo de sustentabilidad, la propuesta impulsa interactuar con las comunidades locales a lo largo del recorrido y un almuerzo en una tradicional hacienda, donde se puede aprender sobre la producción del mejor cacao del mundo e incluso, hacer su propio chocolate.
También es posible visitar el mercado de Guamote, uno de los más tradicionales en los Andes y la ancestral zona de Otavalo, en donde se explora la cultura quichua.
Más información:
Para conocer más sobre los itinerarios del Tren de las Maravillas o de cualquier otro tren turístico del mundo, la comunidad de Facebook llamada El Mundo en Tren nuclea todas las novedades y experiencias de viajeros fanáticos de los trenes, para quienes la experiencia durante el viaje es tan importante como llegar al destino.
En la web: www.essentialtravel.tur.ar
