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CóRDOBA
CON LA SEGUNDA OLA DE COVID

El turismo mundial en jaque por la pandemia

Las dudas persisten acerca de cuándo se reactivaría el turismo, tanto en el mundo como en el territorio nacional y en Córdoba. ¿Qué pasa en otros países donde la industria de los viajes es sustancial? ¿Son los Estados o los privados quiénes lo definen?

Los Alamos
ALOJAMIENTO. El sector demanda definiciones sobre la reactivación, pero aun no hay respuestas. | CEDOC PERFIL

Los interrogantes están planteados y las respuestas llegan supeditadas a la naturaleza de los emisores: si son gobernantes o son empresarios; si tienen responsabilidades emanadas de sus funciones u obligaciones y necesidades derivadas de sus actividades.

Lo concreto es que en estos momentos hay gobiernos de Europa que, pese a sus claras posiciones liberales, han adoptado medidas restrictivas para sus ciudadanos al igual que en Argentina y otros que lo han dejado librado a las decisiones de los empresarios privados.

 

En Córdoba

A 10 días del 1 de octubre, todo parece indicar que no se produciría la reanudación de los vuelos de cabotaje, tal como había sido anunciado. El Gobierno nacional prorrogó el DNU restrictivo hasta el 11 del próximo mes.

Ante esa eventualidad, insistimos con la pregunta de cuál sería la actitud de la Provincia ante una supuesta llegada de viajeros. La respuesta de uno de los principales voceros del Gobierno mantiene la incertidumbre, pero es razonable: “Es una consulta en un escenario totalmente hipotético, cuando haya definiciones nacionales del tema recién podremos adoptar decisiones”.

En el orden nacional, las provincias más comprometidas por el total de casos y la ocupación de camas de terapia son Río Negro, Salta, Neuquén, Mendoza, Jujuy, Tucumán, Caba y Amba y Santa Fe.

Hablar de turismo y apertura de rutas aéreas y terrestres hacia esos destinos parece, por el momento, un albur más ligado a la evolución de la pandemia que a los deseos y urgencias de los gobiernos y los sectores involucrados.

 

En el mundo

Teniendo en cuenta que en el hemisferio Norte la pandemia de Covid-19 comenzó antes que en esta parte del globo, cabe recordar que países como Italia y España sufrieron duros embates del virus, con altos índices de contagio y mortalidad. Al ceder esos indicadores produjeron aperturas de muchas actividades relacionadas al turismo, como viajes, hoteles, restaurantes y playas.

Ahora, que está acometiendo la ‘segunda ola’ del coronavirus, el panorama es bastante negativo: en España, por ejemplo, el 40% de los nuevos contagios se registraron en Madrid, entre personas jóvenes; las clases presenciales empezaron hace dos semanas y el jueves los estudiantes se declararon en paro, en reclamo de medidas sanitarias y de seguridad, ante los contagios. En respuesta a todo esto, en Madrid –cuya administración pertenece al PP– se adoptaron confinamientos y cierres selectivos.

En cuanto a hotelería, los títulos de los principales diarios españoles hablaban de un “futuro desolador” y daban cuenta que solo un tercio de los hoteles madrileños se encontraban abiertos y con una ocupación que medían entre el 15% y el 20%.

Incluso, hubo hoteles de alta gama que decidieron no abrir sus puertas, sabiendo que las reservas serían mínimas y abrir significaba “trabajar a pérdida”.

 

Vetos y cuarentenas

La principal razón de esta situación –consecuencia derivada de la pandemia– son los vetos que muchos países están imponiendo a España. Primero fue la cuarentena de los británicos, el principal emisor de turistas con 18 millones el pasado año (de los 84 millones recibidos en total). 

Apenas un día después de conocerse el veto del Reino Unido, Alemania y Países Bajos se sumaron al club de estados que consideran demasiado elevado el riesgo de transmisión del virus en España. El último país fue Bélgica, que implantó una cuarentena para los viajeros que lleguen desde Navarra, Lleida, Barcelona y Aragón.

Por otra parte, en el Reino Unido rigen nuevas restricciones tras dispararse los casos de coronavirus. Desde hace unos días, los británicos deberán pagar multas de hasta 3.200 libras esterlinas si no cumplen con la nueva medida que prohíbe las reuniones sociales de más de seis personas.

La prensa británica reveló que el primer ministro Boris Johnson, estaría considerando la posibilidad de introducir un toque de queda a partir de las 22 en restaurantes, bares y pubs, si las medidas locales no pueden controlar la propagación del virus.

Cruzando el canal de la Mancha, el gobierno francés, del conservador Emmanuel Macron, dispuso mantener sus ‘poderes excepcionales’ para restringir las reuniones y los viajes, ya que el Consejo de Ministros aprobó la semana pasada un proyecto de ley que prorroga estas autorizaciones por seis meses, hasta abril de 2021. 

Esta medida permitió anunciar el lunes disposiciones más restrictivas en Marsella y Burdeos, que se extenderían también a Lyon.

También en Israel, que había adoptado medidas de amplia flexibilidad, incluso con el regreso a clases presenciales de los estudiantes, el primer ministro Benjamín Netanyahu decidió una nueva cuarentena estricta por tres semanas, al registrar más de 4.000 casos diarios.

Mientras la Organización Mundial de la Salud alertaba sobre el aumento de los contagios en una segunda ola del coronavirus, Estados Unidos alcanzaba la escalofriante cifra de 200.000 muertes por Covid-19.

La administración de Donald Trump mantiene la postura de ‘apertura total’, en franca oposición con varios gobernadores estatales que sostienen la necesidad de restringir algunas actividades.

En la región sur, del otro lado de la cordillera, el gobierno de Sebastián Piñera está solicitando a los ciudadanos chilenos “que se queden en sus casas”, por el rebrote de la pandemia, y en Brasil el total de fallecidos es de más de 135.000 y los contagios superan los cuatro millones.