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TRANSPORTE URBANO

En el mundo el transporte se subsidia, pero en el interior de Argentina Milei decidió que no

En materia de movilidad los habitantes que no sean del AMBA pagaran el valor total de cada viaje. Es una decisión contraria a lo que se implementa en las principales ciudades del mundo.

Condorito y el transporte urbano
Condorito y el transporte urbano | Condorito

El transporte público de pasajeros se subsidia en la mayoría de los países, provincias y ciudades del mundo. Es raro encontrar un caso en donde no se haga. Argentina pasará a ser uno de esos lugares que sale de la norma. El presidente Javier Milei decidió cortar el Fondo Compensador al transporte, pero solo lo hizo para el interior dejando solo esa ayuda para los habitantes de la región conocida como el AMBA.

En un contexto de recortes de “gastos” y de “priorizar recursos” la pregunta es: ¿debe el Estado sacar ese beneficio? Nos quedó un “reflejo kirchnerista” en donde la Nación debe destinar dinero a la movilidad en lugar de destinarlo a otras áreas. La provincia deberá buscar "caja propia" para hacer frente a unos $1700 millones que no vendrán de Nación.

El costo del transporte en otras ciudades del mundo

Las principales ciudades del mundo tienen la respuesta: los subsidios al transporte son una realidad. Y tiene su explicación. Si no quiere continuar con la lectura, aquí un spoiler alert: mejoran la producción/economía de una manera directa e impacta en la calidad de vida de los habitantes. Beneficios para todos.

$700: el nuevo valor del boleto del transporte urbano en Córdoba capital

Continuemos. En las principales capitales del planeta el subsidio al transporte existe. Muchas cuentan con varias opciones (no solamente colectivos o taxis como en Córdoba) con tarifas plenas individuales, pero con abonos mensuales que reducen, en algunos casos significativamente el costo. En Argentina no existe esa posibilidad, salvo en algunos casos de los transportes interurbanos por decisión de cada empresa. Primer punto a pensar para implementarlo. En el país se implementó el sistema SUBE, pero en Córdoba aun no.

El economista Rafael Skiadaressis es uno de los pocos especialistas en la materia. En su blog personal cita a Herbert Mohring, quien en 1972 justificó la ayuda estatal al sistema de movilidad pública al proponer incluir el subsidio para mejorar la frecuencia del servicio, reduciendo el tiempo de espera de los usuarios, entonces también lo hará el costo de producción a medida que aumente la escala económica. Es decir, menos tiempo para llegar a la oficina-fábrica, más tiempo para producir o descansar en su vuelta a casa.

El segundo argumento utilizado proviene de la teoría del second best de Lipsey y Lancaster. El subsidio al transporte se justifica dado que el uso del automóvil particular genera externalidades negativas como la congestión y el daño medioambiental. Sin poner en la balanza el beneficio económico de no tener que mantener un vehículo particular.

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Lucila Martinazzo, es una ingeniera civil especialista en movilidad en Córdoba. Su principal preocupación es la calidad y asequibilidad del transporte en la ciudad. Cada vez que los gobiernos actualizan las tarifas compara cuánto impacta en los ingresos de las clases trabajadores o populares. Hoy esa cifra está en valores muy elevados.

Su cálculo es simple: considera que durante los 22 días hábiles que tiene cada mes, algunos alcanzan los 23, a relación de 2 viajes por día, redondeando se llega a 45 pasajes que debe abonar cada estudiantes, trabajador o usuario en el mes. Considerando que el salario mínimo vital en el país aún es de $156.000, obliga a las personas que usan el transporte público a usar el 20% de sus recursos. El resto quedará para comer y otros gastos.

“Hay que buscar sistemas de transporte de calidad y que no impacten en los recursos de los habitantes”, indicó la ingeniera.

Además, mostró preocupación: un usuario que se baja del colectivo por un medio de movilidad propio, difícilmente regrese: “si se cobrara el boleto a $1100 ¿cuánta gente lo podría pagar? O cuanta gente estaría dispuesta a pagar el servicio que se presta. Es cierto que la demanda es inelástica, hay muchas personas que son cautivas, no tienen otras opciones. Deberán acomodar su economía. Y otro público que busca otra alternativa de viajar, comprándose una moto o viajando con un vecino o amigo, esto es muy peligroso porque no vuelve más”.

En la búsqueda de un transporte económico y de calidad

Tener un buen sistema de transporte urbano no es tarea de los ususarios o de las empresas, es responsabilidad de los gobiernos. “El transporte debe ser competitivo en calidad y en tarifa dentro de las alternativas motorizadas privadas. Forma parte de un rol del Estado de priorizar cómo se movilizarán sus habitantes, además de ser una manera de garantizar la equidad”, sostuvo Martinazzo.

Hasta en Estados Unidos, donde comprar un auto es muy económico, el Estado invierte en el transporte de pasajeros.

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“Las personas que cobran menos salarios no tienen alternativas. Sacar los subsidios es impactar de forma directa a los sectores de menores ingresos. Quizás si le preguntas a las personas en las paradas de colectivos si está dispuesta a pagar $700 por el viaje te dirá que no, pero no tiene otra manera de movilizarse. Los sistemas de transporte son muy importantes para las ciudades”, reflexionó.