La Fundación Dream Team, con sede en Alta Gracia, se encuentra en el centro de una serie de denuncias por estafas a inversores que prometían rendimientos diarios imposibles. Con un enfoque engañoso, la organización captaba a sus víctimas prometiendo ganancias de entre el 1% y el 3% diario en dólares, generando expectativas que resultaron ser irreales y que llevaron a que muchas personas mantuvieran su dinero bloqueado en cuentas de la fundación.
Recientemente, abogados comenzaron a representar a las primeras víctimas que decidieron dar un paso al frente y denunciar, mientras que otras personas siguen sintiendo miedo e incertidumbre ante la posibilidad de involucrarse. Se prevé que, a lo largo de la semana se presenten otras cinco denuncias o más.
Las acusaciones incluyen el hecho de que la fundación no cuenta con la habilitación del Banco Central para operar como intermediarios financieros. Esta situación recuerda a otros casos de estafas en la región, como el ocurrido en San Pedro.
Los denunciantes han señalado que la fundación exigía un 5% de las ganancias de sus inversores, quienes, además, se veían obligados a participar en reuniones mensuales donde debían presentar informes sobre sus rendimientos. Muchos de ellos, en busca de obtener ganancias rápidas, tomaron préstamos que oscilaron entre 8 millones de pesos y los invirtieron de inmediato.
Con una estructura jerárquica en la que los inversores podían ascender dependiendo de la cantidad de personas que reclutaran, las víctimas eran atraídas a través de promesas de riqueza rápida y coaching emocional.
Para respaldar su credibilidad, la Fundación Dream Team mostraba supuestas donaciones a merenderos, utilizando el lema “dar para recibir” como un gancho emocional. Los fondos de los inversores eran transferidos a través de la plataforma OKX a otra entidad denominada RainbowEx.
Hasta el momento, se estima que entre 2.000 y 3.000 personas podrían ser damnificadas, y se prevé que el número siga aumentando. A pesar de que muchos han decidido presentar sus denuncias de forma voluntaria y sin representación legal, la situación sigue siendo alarmante, ya que los involucrados son en su mayoría personas de bajos recursos que han caído en esta red de estafas. En este contexto, tanto víctimas como presuntos responsables enfrentan una compleja situación, ya que las implicaciones pueden variar según el grado de participación en la organización.
Empleados provinciales involucrados
Según se desprende la investigación, miembros de la Policía de Córdoba y de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) están involucrados en la situación, y el tribunal de conducta ya ha comenzado a intervenir en la investigación.
Todo habría comenzado hace un año en la ciudad de Tajamar. La empresa RainbowEx reclutaba “capitanes” que ayudaran a difundir las increíbles ganancias del sistema. Para lograr ascender en la organización se necesitaba contar con “seguidores”.
En Alta Gracia se conformó la fundación Dream Team. Son indicados como los responsables Pablo Gabriel Díaz Mussi (Epec), Claudio Cristian Murúa y Karina Gabriela Díaz Mussi (ginecóloga – médica de la policía). Los dos primeros empleados de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba. Vale la aclaración que no son “jerárquicos”, por lo tanto no fueron gerentes, ni subgerentes, ni jefes de unidades asesoras.
La Fundación Dream Team fue constituida el 1 de julio de este año e inscripta en la Inspección de Personas Jurídicas a través de la Resolución 257 C/24 del organismo público. Del documento que la acredita como tal, se desprende que el presidente de Dream Team es Pablo Gabriel Díaz Mussi, Claudio Cristian Murúa es el Secretario y Karina Gabriela Díaz Mussi la Tesorera. Todos con mandato vigente hasta el 31 de diciembre de 2027. El mismo 1 de julio, fecha oficial de constitución de Dream Team se distribuyó un comunicado interno vía redes donde el presidente daba a conocer los nombres de los "nuevos capitanes". Allí, indicó que ellos eran Claudio Murúa, Eliana Jean, Juan De Nápoli, Martín Lucero, Karina Díaz Mussi y Mariano Mansilla. Se les encargaba organizar 2 reuniones de «capacitación obligatoria» para el mes de julio.
Claudio Murúa, además es parte de la comisión del Festival de Las Colectividades. Por estos días corrió una versión que parte del dinero del evento fue a parar a las arcas de los estafadores. Desde el municipio desestimaron los rumores aclarando que la próxima festividad aún no está armada, pero un dato clave es que es de entrada libre y gratuita. Todo lo recaudado, con fondos municipales y provinciales, se destina para montar las estructuras.
Agentes de la policía de Córdoba también cayeron la trampa. Karina Díaz Mussi cumple parte de sus funciones como medica policial y allí muchos fueron seducidos por ganancias estratosféricas. El fiscal de la causa, Diego Fernández decidió tomar las denuncias a sobre cerrado y sólo leerlas el mismo. No quiere que nadie pueda generar filtraciones.
Otra de las ramificaciones fue el mismo Hospital Illia de la ciudad. Gran parte de los médicos y reconocidas personalidades de la ciudad quedaron con fondos retenidos.
Un plan irresistible
Todo comenzó por referidos, como se inician este tipo de estafas. Además, los capitanes tenia la obligación según dictaba su plan de acción de generar juntadas y agasajar a los futuros “aportantes”. Además de las charlas de “coaching”, se organizaban asados masivos con las mejores carnes y vinos.
El monto dependía de la ganancia. A diferencia de lo que ocurría en otras partes, en Alta Gracia la fundación Dream Team les obligaba a que el 5% de lo “ganado” iba a ser utilizado para obras de caridad.
Cada persona que se sumaba al sistema, se los incluía un grupo de la red Telegram y se los invitada a invertir en “monedas digitales” o “criptomendas”. Allí debían expresar cuánta ganancia aspiraban y la “plataforma” les daba el monto de dinero a “aportar”. Luego se comunicaba el capitán que la reclutó para efectivizar el pago.
Las monedas no existieron nunca y una vez que la base de personas deja de extenderse o crecer, se derrumba todo el sistema. Muchos de los que comenzaron a dudar de la veracidad, buscaron las famosas criptomonedas y no las encontraron en las aplicaciones destinadas al comercio digital.
Los capitanes, los primeros, mostraban prosperidad. No solo debían decir que las ganancias eran reales, sino que debían exteriorizarlo. Primos, tíos, amigos que fueron los pioneros en ingresar alguna ganancia lograron. En Alta Gracia hasta se prometió la apertura de un gran local físico en la calle Arzobispo Castellanos 147.