No son pocos los que les recriminaron en estos días a los legisladores cordobeses que estaban distraídos con una instancia en la que, si bien había cosas que se jugaban al todo o nada, transcurría en un escenario que estaba muy alejado de los problemas reales que aquejan a los ciudadanos de la provincia. Desde las bancas, hubo quienes creyeron que les reprochaban estar pendientes del partido de ayer entre las selecciones de Argentina y México, pero en realidad les pasaban factura por aprovechar el Mundial para tensar la cuerda de la re-reelección, una iniciativa que a esta altura parece más trabada que el tránsito de vehículos en la rotonda de la Mujer Urbana.
Una avanzada de intendentes se desplazó hasta la Capital de la provincia para hacer oír su reclamo, incluyendo en esa nómina a un jefe comunal proveniente de una familia que estaría gobernando su localidad desde la época de la expedición de Jerónimo Luis de Cabrera. Me comentaron que uno de los manifestantes habría confeccionado una pancarta en la que se leía: “Que un nuevo periodo sea la regla”, pero el cartel habría sido descartado por razones obvias.
También habría habido una propuesta de hincar la rodilla en tierra en señal de protesta, pero algunos mandatarios que pretenden ser reelectos temían no poder levantarse luego, debido a que han entrado hace rato en la tercera edad, e incluso algunos estarían tramitando su ingreso a la cuarta.
Mientras se suman cientos de municipios a esta campaña en favor de la posibilidad de una reelección más, en la Legislatura le esquivan a pagar el costo político con una habilidad que no se ha visto aún en los estadios de Qatar. “Que lo pague el de más arriba”, habrían promovido algunos, en una aplicación práctica del teorema de Nalbandian.
“Como ya no les permiten renovar carnets de conductor, ahora estos quieren renovar mandatos”, se habría escuchado en los pasillos, donde aducen tener ya suficientes problemas con los pedidos de renuncia de Oscar González, como para avalar la solicitud urgente que llega desde los pueblos del interior, donde hay intendentes que justificarían la prolongación de su estadía en el edificio municipal “hasta juntar la plata para la mudanza”.
Desde la oposición se estudiaría la idea de votar a favor de la ‘re-re’ a cambio de poder negociar la fecha de las elecciones para gobernador, una decisión que en El Panal se patea con la vehemencia de un defensor serbio ante el tobillo de Neymar. En círculos cercanos a Juan Schiaretti se niega que pueda haber un acuerdo en ese ítem, porque —según explican—sería como spoilear el final de la serie. Queremos prolongar el suspenso porque nos debemos a nuestro público”. Se cree que mientras más se demore el anuncio, mayores son las chances de que Luis Juez y Rodrigo De Loredo se reten a duelo, se desafíen a una competencia de yo-yo o, al menos, se comiencen a tratar de ‘usted’.
Al mismo tiempo, se evalúa que, si los comicios se posponen mucho, podrían acontecer nuevos inconvenientes que afecten la gestión provincial, como que Greenpeace exija convertir en ciclovía el tercer carril de la Circunvalación o que al Chiqui Tapia se le ocurra cancelar el ascenso de Racing de Nueva Italia.
También es posible que desde el entorno del mandatario cordobés desarrollen una paranoia aún mayor y vean estrategias opositoras no solo para fogonear el conflicto de los trabajadores de la salud, sino también para incitar a que los meteorólogos anuncien una ola de calor que nos hará sentir como en Doha pero sin movernos de nuestra casa.
Entusiasmado con ofrecerse como la solución cordobesa para los problemas nacionales, Luis Juez insiste en su táctica de conquistar al electorado local haciendo oposición al kirchnerismo, que sería algo así como querer ganar en Gran Hermano hablando pestes de Santiago del Moro. Por el contrario, De Loredo está muy ocupado con asuntos provinciales, intentando contener a radicales que saltan el charco y se postulan para integrar la lista de Juez, ocupar la vicegobernación de Llaryora y hasta habría habido uno que pidió ser soporte de Paulo Londra en su show en el Parque de las Tejas, creído que los Leones con Flow que acompañan al rapero eran una agrupación libertaria seguidora de las consignas de Javier Milei.
