Juan Carlos Olave lleva tres partidos al frente del plantel de Racing en la Primera Nacional y los tres fueron victorias. Una estadística que sorprenda a propios y extraños, y que ahuyentó muchas voces críticas previas a su asunción como entrenador en el club de Nueva Italia. El exarquero no para. Está metido de lleno en la vida del equipo ‘académico’. Y en la previa al duelo de esta tarde en tierras cuyanas, ante Deportivo Maipú, por la 10a fecha del certamen, dialogó con PERFIL CÓRDOBA.
—¿Superó las expectativas tu arranque en Racing?
—La verdad es que cuando arrancás algo nuevo, lo hacés con la mejor de las expectativas y deseando que todo salga como pretendés. Lógicamente tampoco podés imaginar lo ideal. Lo ideal es ganar, pero sabiendo lo complicado y competitivo que es este torneo. Por eso era importante el trabajo, tratar de llegar a los jugadores, convencerlos y ayudarlos.
—¿Qué es lo que más te gustó del equipo?
—La predisposición de los muchachos para dar todo en cada práctica y en los partidos, convencidos de lo que se propone: por momentos sale y por momentos no y el equipo tiene recursos para cuando los momentos no son los que se pensaban de antemano. Hay cosas para mejorar, pero si el jugador está convencido es más fácil. Obvio que los resultados ayudan para que el mensaje llegue.
—¿Sentías que te estaban mirando de reojo cuando asumiste, por esto de que no tenías experiencia en la categoría?
—Lo que pasa es que en el fútbol argentino siempre se habla de la experiencia y demás, todos lo reclaman. Pero la experiencia se hace andando, vivenciando. El más claro ejemplo lo tenemos en la Selección y eso tiró por tierra los prejuicios sobre la experiencia. Lo importante es la capacidad. Lógicamente siempre hay que mejorar y seguro experimentaré en este tiempo cosas nuevas, pero es cierto que quienes conformamos el cuerpo técnico hace tiempo que estamos en el fútbol y eso ayuda. La inexperiencia venía de estar al mando de un plantel de Primera Nacional, pero hace cuatro años que estaba dirigiendo en Las Palmas. Todo entrenador mejora no sólo leyendo o mirando, sino entrenando. Y en estos cuatro años siento que evolucioné en un montón de cosas. Este tiempo me dio experiencia y la seguiré adquiriendo hasta el día que no dirija más.
—¿Cuál es el objetivo en Racing?
—El que tiene el club y ya lo marcó. Tenemos que tratar de enderezarnos como equipo, convertirnos en un equipo confiable. Acá no hay
objetivos individuales, todos estamos tras el objetivo del club. Racing tiene su historia y viene recuperando terreno. Nosotros esperamos ser colaboradores de esa recuperación.
—¿Escuchaste los rumores sobre un supuesto interés de Belgrano por Bruno Nasta? ¿Qué significaría si se llevan al goleador?
—El rumor está y hablé con Bruno. Él me dijo que no hay nada y que tiene la cabeza puesta en Racing. Eso nos da tranquilidad, porque lo notamos bien y lo vemos entrenar día a día. Ante el rumor hablamos con los dirigentes y nos dijeron que no hubo ninguna comunicación. Sólo estamos enfocados en Racing y en el partido que se viene.
LOS MAESTROS DE OLAVE
“De todos los entrenadores que tuve adquirí cosas. Siempre tuve técnicos con los que el orden del equipo era fundamental. Lo tuve al ‘Ruso’ (Ricardo Zielinski), a ‘Rama’ (Carlos Ramacciotti), a Carlos Timoteo Griguol, a Mario Gómez; tipos que hacían del orden y el equilibrio la esencia. Y yo comparto eso”, afirmó ‘Juanca’ en toda una declaración de principios de su método, siguiendo el legado de sus maestros. En ese sentido, explicó: “Un equipo que ataca mucho y defiende mal no es un equipo completo y lo mismo si defiende bien y ataca mal. El equilibrio te convierte en un equipo confiable”. Siguiendo con ese marco, destacó: “‘Rama’ era un adelantado a la época. Como se entrena hoy, ‘Rama’ lo hacía hace 25 años atrás, con la excelente escuela que fue Renato Cesarini. El trajo todo eso, más su impronta, verborragia, cercanía con el jugador. Son cosas que trato de incorporar, más allá de mi personalidad. Con el ‘Ruso’ y el ‘Bicho’ (Rubén Flotta), la paciencia, la templanza en cualquier momento, ganando o perdiendo mantenían la calma y después lo arreglaban en la semana. Son cosas que vi y que al jugador le llega y le hace bien. Yo no soy tan tranquilo como el Ruso’, pero trato de aplicarlo. Y después, también, tuvimos un gran maestro como Griguol”.
—Qué detalle que, en tu primera experiencia en la Primera Nacional, el torneo sea en homenaje a Griguol...
—¡Cómo son las cosas! Para nosotros, con Darío (Cavallo, ayudante de campo), que es su sobrino, es un orgullo. Para nosotros, Timoteo era un maestro del fútbol y era nuestro referente del barrio y de Las Palmas, por eso estar compitiendo nuestro primer torneo en la Primera Nacional que lleva su nombre es motivo de satisfacción.
