El próximo 14 de julio el Centro Julián Baquero cumplirá 60 años de existencia con el objetivo por el que fue fundado: acompañar y tratar a personas con distintos tipos de discapacidad visual, materia en la que son referentes a nivel país. El instituto tiene prevista una serie de actividades para este mes con motivo de esta nueva década de existencia. En ese marco, Lidia Franco, directora de Baquero, dialogó con PERFIL CORDOBA y explicó cómo es el trabajo que se realiza desde la institución que encabeza y se mostró sorprendida por el fuerte aumento de personas ciegas que llegaron en el último año fruto de accidentes de tránsito y golpes en la vía pública en ocasión de robo. Además, comentó que hay una especie de alerta entre los especialistas en la institución por el incremento de personas jóvenes con discapacidades visuales fruto de Accidentes Cerebro Vasculares (ACV).
“Es algo que se potenció en los últimos años y que nos sorprende cada vez más. Hay una gran cantidad de personas que llegan por accidentes de tránsito, por arrebatos o robos violentos que incluyen luchas o forcejeos y que al empujarlas caen al piso y se produce un desprendimiento de retina. Esto se da mucho en mujeres que en la lucha por defender la cartera sufren caídas bruscas”, agregó. “Muchos llegan también a nuestro centro porque protagonizan accidentes en la vía pública cuando van manejando el auto y principalmente motos, muchas veces alcoholizados”, detalló con preocupación la profesional.
“Otro signo de los tiempos que estamos viviendo es el de recibir a personas con pérdida de la visión como consecuencia de accidentes cerebros vasculares. Bajó muchísimo la edad de personas con fuertes secuelas, algo que antes no veíamos. Se trata de personas muy jóvenes, cuando hasta hace un tiempo solo veíamos adultos mayores con ACV”, remarcó.
Franco precisó que en los últimos cuatro meses se anotaron en Baquero unas 140 personas, de las cuales la mitad llegó como consecuencia de accidentes de tránsito y violencia urbana. “Con estas personas se debe trabajar de una manera particular. Hay todo un proceso de duelo que deben atravesar, ya que es una situación nueva con la que se encuentran. Uno va acompañando y se le van brindando herramientas para que se reinserten en el entorno sociolaboral en el que se desempeñaban. Aquí les damos todas estas herramientas y si están trabajando nos acercamos a su entorno y vemos cuáles son las adecuaciones y ajustes que se deben hacer para que ellos continúen con la tarea que venían cumpliendo y si no es posible, vemos que otra que sí pueden realizar”.
Cambio de orientación. ‘El Baquero’ como se conoce popularmente a la institución, realizó una serie de cambios en los últimos años en cuanto a la atención a la gente. Uno de los más significativos es el hecho de que desde hace un tiempo se recibe a personas con cualquier tipo de discapacidad, aunque sigue primando la discapacidad visual, según aclararon desde la institución. “Todas las escuelas que tratan discapacidades no están atendiendo solamente a la especificidad con la que nacieron como escuela sino que todas estamos dando respuesta a todas las discapacidades”, señaló Franco. En los servicios de apoyo de inclusión pedagógica ahora se acompañan en los diversos niveles educativos. “Antes Hellen Keller se encargaba de nivel inicial y primario, y nosotros de secundario. Este año nosotros trabajamos con todos los niveles”, aclaró.
Ayuda de la Academia Arguello. Franco destacó el trabajo en red que se realiza en conjunto con varias instituciones, entre ellas la Academia Argüello. “Ellos conocen nuestra institución y trabajan en función de alguna necesidad puntual que tenemos. Gracias a su trabajo hemos adquirido ventiladores, microondas, heladeras, aires acondicionados, entre otras muchas cosas. Al tener conciencia de nuestras necesidades la Academia Argüello ha trabajado muy bien y nos ayudaron mucho durante estos últimos años”, completó.