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CóRDOBA
EN PRIMERA PERSONA

“Queremos trabajar y vivir como cualquier persona”

María Victoria Amaya era amiga de Azul, hoy trata de reponerse de la tragedia y procura horizontes de superación.

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MARIA VICTORIA AMAYA. Abre camino en la UES21 donde cursa Tecnicatura de Relaciones Laborales, gracias a una beca. | Fino Pizarro

Una de las amigas de Azul Montoro que brindó su declaración en el juicio, es María Victoria Amaya. Es sanjuanina, tiene 26 años, hace cuatro llegó a Córdoba en procura de nuevos horizontes. Desde los cinco comenzó a manifestar su deseo de ser mujer, cuando jugaba con las muñecas de sus hermanas. Tiene siete hermanos varones y dos mujeres.

Describe a su padre “machista y golpeador”. “Cuando elegí ser una chica trans me echaron de mi casa. No me quedó otra que trabajar en la calle; no podía de otro modo pagar mi departamento”, cuenta a PERFIL CORDOBA. Desde hace 10 años no volvió a ver a su papá y cuando regresa a su tierra natal va a la casa de la abuela materna, la mujer que siempre la acogió y respetó en sus elecciones.

A fuerza de voluntad y contra la marea, actualmente Victoria está cursando la tecnicatura de Relaciones Laborales en la Universidad Siglo 21, gracias a un convenio vigente entre esa casa de estudios y la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia.

El diálogo con este medio se produjo en los tribunales, a metros de la sala de audiencia donde continúa el juicio.

—¿Eras amiga de Azul?

—Yo la conocía. Esa noche la vi cuando la llevó este chico en la moto. Nos parábamos juntas en la misma esquina. Una amiga me dijo que vaya a la casa de Lara, que algo había pasado, nunca imaginé que Azul estaba muerta. Cuando llegaron de Criminología y la sacaron pude entender que había fallecido. (cuenta entre sollozos)

—Ustedes tienen muy baja expectativa de vida, solo 35 años … La mayoría muere antes.

—El Estado nos vulnera, no se hace cargo de nosotras. Estoy estudiando Relaciones Laborales en la Universidad Siglo 21. Lara (la dueña del departamento donde murió Azul) tuvo que abandonar por todo lo que sucedió. Se nos derrumbó la vida de un día para el otro. He retomado este año porque la vida sigue. Volví a juntar fuerzas. Me supieron entender y me dieron la oportunidad de continuar. Al fin y al cabo, dejamos currículos en muchos lados. Queremos trabajar dignamente, como vos, que salís a las 7 de la mañana de tu casa (su voz se entrecorta por el llanto) y volvés y tenés tu trabajo. Queremos lo mismo, no queremos robar, hacer daño a nadie, queremos trabajar como cualquier otra persona. Nuestra lucha no va a parar porque lo que le pasó a Azul le puede pasar a cualquiera. Una madre sabe lo que es tener un hijo parado en una esquina teniendo que trabajar en la noche con todo lo que conlleva. Sos una persona buena pero los clientes, el entorno te va llevando a una cosa mala.

—¿Cuáles son tus proyectos?

—Me encantaría trabajar en una empresa, una pyme o una fábrica. Pude conseguir una beca por el convenio entre Derechos Humanos y la Siglo 21. Con Lara somos las primeras, en medio de este dolor somos las impulsoras. No voy a parar hasta verme con el título. Si yo puedo hacerlo, también podrán mis compañeras.

—Con las leyes de identidad de género y matrimonio igualitario les han reconocido derechos, ¿por qué no están más protegidas?

—Es duro enfrentar el pensamiento retrógrado de muchos. Te capacitás para desempeñarte en un lugar que tanto anhelaste, pero no te dejan entrar. Nos siguen dejando de lado. Queremos, seguimos, pero pareciera que nunca llegamos.

Es muy joven, sin embargo, cuando habla tiene las palabras cargadas de experiencia, al punto de decir que lucha no solo por ella, sino “por las futuras generaciones”.

 

ACOMPAÑAMIENTO ACADEMICO

La Universidad Siglo 21 tiene actualmente un convenio con los ministerios de Educación y de Justicia de Córdoba a través de la Comisión Interministerial de Derechos Humanos y Diversidad Sexual.

El objetivo es articular políticas públicas que hacen a los derechos humanos, géneros y la diversidad sexual. En ese marco, Siglo 21 otorgó dos becas al 100% a alumnas trans; actualmente María Victoria Amaya es una de las beneficiarias y se está gestionando el otorgamiento de la segunda beca.

Según comunicaron de la casa de altos estudios, el Área de Género y Diversidad Sexual posee un proyecto de acompañamiento académico para complementar la beca, a través de su programa Voluntarios 21 y el trabajo de la Comisión Interministerial de Derechos Humanos, Género y Diversidad Sexual.

Un equipo acompaña a la actual beneficiaria en su trayecto académico, reuniéndose con ella tres veces por semana, para fortalecer la instancia de aprendizaje y brindarle estrategias de estudio.