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CóRDOBA
LA VÍCTIMA ADOLESCENTE PIDE LA PALABRA

“Quiero hacer justicia, que no le pase esto a otra chica porque es muy feo”

Brisa’ (nombre de fantasía) fue víctima de abuso sexual grupal en Cosquín. En la investigación hay cuatro jóvenes imputados, dos de ellos son menores de edad punibles. En paralelo se abrió una causa por posibles vínculos con narcotráfico.

Brisa y su mamá
BRISA Y SU MAMÁ. PERFIL CÓRDOBA preserva la identidad de ambas y usa un nombre ficticio para referirse a la víctima. | Cedoc Perfil

Cuando está a dos meses de cumplir 15 años, ‘Brisa’ (el nombre no es real) vive en Cosquín con su madre y her - manos. El 26 de julio pasado vivió una experiencia traumática extrema que, según sus palabras, le “arruinó la vida” y por eso –dice– quiere que se conozca, se haga justicia y que nunca más le pase algo parecido a otra chica como ella. El caso se hizo público a través de medios de prensa días después de ocurrido.

Según el relato que Brisa brindó a PERFIL CÓRDOBA, el miércoles 26 de julio a la noche fue conducida a una casa donde perdió el conocimiento y se despertó recién por la tarde del día siguiente. Apenas su mamá se dio cuenta de lo que había pasado fueron juntas a realizar la denuncia. Eso sucedió el jueves 27 de julio por la noche. Se dio intervención a la Unidad Judicial de Violencia de Género que funciona al lado –en el mismo edificio– que el Polo de la Mujer. Es decir que el viernes 28 de julio se puso en marcha la pesquisa penal.

Actualmente hay cuatro jóvenes imputados. Dos de ellos como coautores de abuso sexual con acceso carnal agravado por el número de personas. Ambos continúan detenidos. Uno es mayor, Alan Blanco (29) y otro es menor punible (16). Además, hay otros dos acusados como partícipes necesarios del mismo delito: Nahuel Gonzalo Collante (19) –quien recuperó la libertad el viernes último pero sigue imputado– y un cuarto menor punible, que sigue alojado en el Complejo Esperanza en calidad de sospechoso. Esta investigación es dirigida por la fiscal de Cosquín, Paula Kelm. Por la intervención presunta de menores en el hecho también interviene el Juzgado Penal Juvenil.

Si bien los jóvenes imputados no tienen antecedentes penales computables, integran una pandilla que muchos conocen en Cosquín y que tendría aprehensiones previas por contravenciones. En algún caso también delitos pero, al ser cometidos mientras eran menores no punibles, no tuvieron tratamiento judicial.

En los primeros momentos, la fiscal ordenó una serie de medidas para preservar las pruebas. La intervención para contenerla se demoró un tiempo más.

En efecto, según pudo saber este medio, el Polo de la Mujer conoció lo sucedido a través de una publicación periodística de un medio de Punilla el fin de semana siguiente al episodio. Y recién ahí comenzó a prestar asistencia. Brisa fue trasladada a Córdoba, al Hospital de Niños, y una semana después del abuso fue revisada y atendida por médicos.

El juzgado multifuero, además, interviene en materia de Violencia de Género. Dictó una medida cautelar que prohíbe el acercamiento a Brisa y su mamá de una quinta persona, mayor de edad, denunciada porque sería el autor intelectual, el ‘entregador’.

Paralelamente, el jueves último se abrió una investigación en la Fiscalía de Narcotráfico, a cargo de Raúl Ramírez. Se investiga si existe algún vínculo con narcomenudistas.

En el expediente principal, Brisa es querellante y está representada por la abogada de Niños, Niñas y Adolescentes (NNyA) Gabriela Colocchini. Desde ese rol activo que le ha reconocido la fiscal como parte de la causa, quiere hacer oír su voz.

Durante el diálogo con este medio, la adolescente relató su enorme padecimiento. Lo hizo con gran entereza, poniendo sus sentimientos en palabras a través de un relato claro y contundente. En un momento no pudo contener el llanto.

Dijo que el sufrimiento no sólo continúa por las secuelas que le dejó la agresión vivida, sino que persiste el hostigamiento social. Ella no usa teléfono celular desde días después del ataque, sin embargo alguien creó un perfil falso con su nombre. El hecho también fue denunciado a la Justicia y le generó más temor y angustia.

La entrevista con PERFIL CÓRDOBA se realizó la semana pasada en el Hospital de Niños de nuestra ciudad, donde asiste periódicamente para continuar un tratamiento de contención. Este medio propuso que el diálogo fuera con la mamá. Sin embargo, Brisa quiso responder personalmente y tomó la palabra ante cada pregunta.

—¿Por qué querés contar lo que te pasó?

— Porque yo quiero hacer justicia. No quiero que le pase a ninguna otra persona porque es muy feo.

–¿Qué te sucedió?

—Me invitaron a ir a la plaza, a cuatro o cinco cuadras de mi casa. Iban a ir chicos y chicas, amigos entre comillas. Pero a las 10 de la noche me avisaron que nos juntábamos más tarde. Pasaron a buscarme a las 12. Íbamos a ir a la plaza, pero me llevaron a (barrio) La Mandinga, a una casa.

—¿Qué había ahí?

—Un hogar, una pieza y un baño. Me dijeron que ahí íbamos a esperar a otros chicos.

—¿Qué pasó?

—No sé. Yo me desperté al otro día a las cinco de la tarde. Estaba desnuda, al lado había una cama y vi mi ropa, la agarré, empecé a caminar. Me dolía mucho el cuerpo. No sabía qué me había pasado. Fui a mi casa, no le conté a nadie pero me agarró una especie de depresión, me descompuse. Reaccioné cuando mi tía y mi hermana me bañaron. Llegó mi mamá y nos fuimos a hacer la denuncia.

—¿Cómo les cambió la vida?

—Me arruinaron la vida (llora). Me levanto todos los días a la hora que me tengo que levantar (lo dice entre sollozos), estoy tomando medicamentos para poder dormir porque en las noches me despierto asustada como si alguien estuviera encima mío. Todos los días es un desafío distinto. No volví a la escuela. Estoy yendo a una especie de gimnasio. Lo que yo quiero es hacer justicia, no quiero que le pase esto a ninguna chica más. Arruinaron a una criatura.

Cuando fueron a hacer la denuncia, Brisa se cruzó con familiares de sus presuntos agresores. En la Unidad Judicial de Violencia de Género tomaron muestras como prueba para la investigación penal.

Recién un mes después puede contar con un seguimiento de especialistas del servicio Infanto Juvenil del Hospital Domingo Funes en Pediatría, Psicología, Psiquiatría, Fisiatría e Infectología.

Campaña
CAMPAÑA. La abogada de la adolescente, Gabriela Coloccini, lanzó una colecta para reunir aportes para puedan mudarse del lugar donde viven.

Brisa y su mamá continúan viviendo en la misma casa con temor. Buscan un alquiler, pero no les resulta fácil conseguir porque les piden garantía. La semana pasada tuvieron problemas con el botón antipánico que les entregaron, por unas horas quedaron sin el dispositivo.

Sólo cuentan con una ayuda de $25.000 de uno de los programas del Polo de la Mujer. Para quienes desean colaborar han lanzado una campaña que les permitirá reunir ingresos para hacer el cambio a otra vivienda donde Brisa pueda reconstruir su vida y tengan más seguridad.