Schiaretti y Vigo, los grandes ganadores que dejó la definición de candidatos en Hacemos Unidos por Córdoba

El viernes por la tarde, Martín Llaryora y Myrian Prunotto terminaron de sellar la conformación de la fórmula gubernamental del peronismo en la provincia, a la noche se sacaron la foto en la Municipalidad de Córdoba que tuvo entre sus protagonistas al gobernador Juan Schiaretti, y ayer a la mañana participaron del primer acto de campaña: una reunión de los Consejos Barriales, que reunió a unos dos mil dirigentes que acudieron al Centro de Convenciones, ubicado en el predio Ferial.

Esa foto fue un mensaje claro: la coalición oficialista Hacemos Unidos por Córdoba lanzaba sus principales candidatos, ya que aparte de Llaryora y Prunotto aparecieron los integrantes de la fórmula para la Municipalidad de Córdoba: Daniel Passerini y Javier Pretto.

El objetivo de la difusión de la noticia sobre la incorporación de Pretto fue una clara maniobra para generar más confusión en Juntos por el Cambio, que mantuvo prolongadas y, en algunos casos, acaloradas discusiones hasta el filo del horario de cierre para presentar listas de candidatos con vistas a las elecciones provinciales que se celebrarán el 25 de julio.

Para la elección de renovación de autoridades en la ciudad de Córdoba queda tiempo, ya que recién vencerán los términos el 3 de junio y se votará el 25 de julio.

La nominación de Pretto causó un revuelo político pero fue el corolario de largas idas y vueltas entre el PRO, Juntos por el Cambio y el ex intendente de La Carlota (ver páginas 6 y 7).

Esta puja por los cargos y posterior definición, deja vencedores y vencidos en el partido de gobierno y la coalición que conduce.

En primer lugar, quienes ganaron en esta puja son Schiaretti y la senadora nacional Alejandra Vigo, porque todos los postulantes que impulsaron fueron consagrados. Es más, el gobernador terminó imponiendo su criterio en las fechas del cronograma electoral, tanto para la provincia como para la capital provincial. No sólo fue la última palabra sino que con lo que no estuvo de acuerdo lo bajó. Así de sencillo.

¿Por qué Vigo es también ganadora? Simplemente porque es la única socia política del gobernador, además de ser su esposa, lo cual tiene poco y nada que ver con la política o la construcción política para ser más exactos.

Con peso propio. Además, la senadora nacional es la jefa absoluta del peronismo de Capital y ayer varias y varios de sus principales referentes estamparon sus nombres en las listas de aspirantes a la Legislatura, entre ellos Paulo Cassinerio, elegido candidato a legislador por el departamento Capital.

Cassinerio, actual ministro de Schiaretti, fue diputado nacional y en la actualidad es un hombre de confianza del matrimonio gobernante. Es un referente del PJ de la ciudad de Córdoba y siempre militó al calor de Vigo.

Veamos también el caso de Prunotto, por citar otro ejemplo. La actual titular del Ente Intermunicipal de Gestión Metropolitana siempre tuvo muy buena relación con Llaryora. En el último tramo del año pasado, los vínculos crecieron y el intendente de Capital la vio como posible candidata para la vicegobernación, con el fin de demostrar que el peronismo ampliaba la base de su alianza electoral y sumaba una pata radical.

Schiaretti tomó la idea con calma y no definió nada. Con el paso de los meses entró en zona de definiciones y conoció más a Prunotto, que siempre tuvo la banca de la senadora Vigo. Después de participar de algunos actos conjuntos y del lanzamiento de la alianza en Río Cuarto, Schiaretti terminó de ‘comprar’ a la exintendenta de Juárez Celman.

Allí, el matrimonio dio su sello de garantía para la incorporación de la referente de Radicalismo Auténtico. Le valieron dos cosas: el hecho de pertenecer a la UCR (militó durante años en el mestrismo y después tomó distancia) y su oposición frontal y sin tapujos al senador nacional Luis Juez. Eso le hizo levantar sus acciones en la interna, de acuerdo a lo que cuentan encumbrados dirigentes del oficialismo.

En la galería negra de los perdedores, el principal sillón lo ocupa la diputada nacional Natalia de la Sota, quien aspiraba a ser candidata a vicegobernadora y trabajó para ello hasta el final de la semana última.

Natalia encandiló con su apellido, porque llevarla en la fórmula implicaba tener a De la Sota presente. Sin embargo, los arquitectos de la campaña justicialista terminaron reconociendo que la legisladora “no mueve la aguja” y sólo crecía un poquito en el departamento Río Cuarto, donde vivía su padre.

El otro gran perdedor es el vicegobernador Manuel Calvo, quien también aspiraba a ser el segundo en la fórmula, pero también quedó relegado aunque seguramente podría ocupar un ministerio de peso si Llaryora es elegido gobernador. Por lo pronto, ocupa el tercer puesto en la lista para legisladores de Hacemos Unidos por Córdoba.

El protegido. “Calvo siempre fue un niño mimado de Schiaretti y le dio todo. Pero no le fue bien y nunca pudo instalarse en la sociedad. Mirá que durante la pandemia el gobernador le dio mucho juego…”, razonaba un hombre de la primera línea del schiarettismo.

Quien también perdió pero no se quedó con las manos vacías fue el intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, otro de los aspirantes a secundar a Llaryora en la fórmula provincial del oficialismo.

Quedó relegado pero en reconocimiento le ofrecieron –y terminó aceptando– ser primer candidato a legislador provincial. Con eso, el PJ intentará consolidar sus aspiraciones de seguir en el poder en el estratégico departamento Río Cuarto, con su ciudad capital como principal foco de atención.

Río Cuarto es la segunda ciudad más densamente poblada de la provincia, después de la Capital y se encuentra arriba de Villa María, San Francisco y Carlos Paz.

Con todo, el peronismo y sus aliados ya definieron los equipos con los que saldrán a la cancha el 25 de junio y el 23 de julio. Ahora, la pelota está en la cancha de los ciudadanos que deberán elegir a sus representantes en ambas contiendas electorales.