Saluda, se sienta en la mesa y sonríe. Mira a su mamá María Elsa, que está a su lado como siempre, y sonríe. Relata sus sueños de futbolista y sonríe. Cuenta cómo ha ido evolucionando su juego técnica y tácticamente desde que está en Italia y, también, sonríe. Tiene la sonrisa de oreja a oreja. No se le borra por nada. Es que Franco Vezzoni, con tan sólo 16 años, vive días de concreciones, de sueños cumplidos y por cumplir.
En ese contexto fue la charla de PERFIL CÓRDOBA con el pibe de Cosquín que juega, y se destaca, en las divisiones formativas del Inter de Italia.
“El fútbol es mi vida, si no estoy jugando es como que me falta algo. Ahora, por ejemplo, que estoy de vacaciones ya extraño estar entrenando, jugando, el vestuario, la pensión, los compañeros, todo lo que tiene el fútbol. Es todo, lo hago con pasión y amor”, narra el cordobés que pasa sus últimos días de descanso en su hogar. El 2 de agosto está retornando a Milán, donde vive y forma parte de las divisiones formativas del club Neroazurro.
Previo a llegar al Inter, Vezzoni jugó en el EMFI de Bialet Massé hasta los ocho años, jugó los torneos de “la Villa” en Cosquín para El Liceo, posteriormente fue al Atlético Carlos Paz, donde estuvo tres años. Lo vio Piero Foglia y lo llevó a Atalaya. Desde el club cordobés fue observado por los italianos.
“Con el Inter Academy, a través de Piero, me vieron entrenadores de allá que estuvieron en Córdoba haciendo pruebas. Ese partido me fue bien y después viajé a Italia, donde me probaron con los chicos de allá, y gracias a Dios me fue bien. Se dio todo, lo que si tuve que esperar hasta los 16 años para poder jugar allá”, relata el pibe, aún emocionado por su presente. Fue un año que tuvo que esperar Vezzoni para recién poder radicarse en Milán y firmar en el club interista.
“Cuando me dijeron que ya tenía que jugar en Inter estaba feliz. Desde chico fue lo que más quise. Estaba en mi casa justo y nos dimos un abrazo con mi mamá”, relata este volante central que admira a Sergio Busquets.
Ser profesional
Cuando la charla tiene pausas, repasa las páginas de un libro futbolero que tiene en las manos, mientras se come una medialuna. Por estos días lo tiene permitido. Cuando está en competencia lleva una dieta estricta brindada por los nutricionistas del club. Y él la respeta a rajatabla. “Soy profesional, mi cabeza está en un objetivo”, exclama. Y “ese objetivo” fue el que lo mantuvo firme cuando parecía que la adaptación se complicaba.
Porque no fue sencilla la adaptación a vivir sólo en Italia. Una pensión con chicos de diversas partes de Italia e incluso del mundo. No entendía bien el idioma. Bromas que no comprendía y hasta enojos. Noches de soledad y extrañar. Aun así mantuvo firme, con el apoyo, desde Cosquín, de María Elsa. Y hubo una semana que fue clave. Hacía cuatro meses que estaba y sucedió algo. “El primer tiempo fue difícil, estaba sólo, no hablaba el idioma, mis compañeros no hablaban conmigo. Me la tuve que arreglar sólo. Después aprendí italiano, empecé a hablar y hacer amigos. Extrañaba obvio y era duro, pero tengo la cabeza puesta en lo que quiero y me la aguanté. Y sí, saltaron algunas lágrimas... Hubo un momento que mis compañeros se fueron de vacaciones una semana. Yo no podía irme y me quedé sólo en la pensión. Ahí me bajoneé mucho. Hablé con mi mamá y se pasó", recuerda.
Sin embargo, lo mejor estaba por venir
"Pero en esos días se me dio de ir a entrenar con la Primera, con el equipo de la Serie A, con Icardi y todos. Entrené dos semanas con ellos. El uruguayo Vecino se acercó, me habló muy bien. Me fue re bien, porque me siguieron llamando. Compartí vestuarios ellos. Fue increíble. Era otro nivel. Terminabas de entrenar y te metías a un jacuzzi. Fabuloso. Nunca me imaginé algo así. El primer día de entrenamiento, de los nervios, llegué dos horas antes. Dos semanas hermosas, yo estaba mal y de pronto me llaman para entrenar con todas las figuras”.
Vezzoni pasa los últimos días de sus vacaciones en Córdoba. El jueves retorna a Italia, y luego se irá a Suiza a realizar la pretemporada con el Under-17 de Inter. Y sí, claro que sonríe.
Y un día... Zanetti lo invitó a cenar
Javier Zanetti es un ícono de la historia del Inter. No sólo por su enorme trayectoria en el club como futbolista, donde ganó todo, sino que, además es el vicepresidente del Neroazurro. El “Pupi” se ha portado de mil maravillas con el cordobés Franco Vezzoni. “Zanetti es una gran persona. Me llevó a comer a un restaurante de él, me llevó a la casa. Se portó muy bien conmigo. Me ayudó, me dio consejos”, relató el coscoino, que contó que cuando lo ve se acerca siempre predispuesto a darle una mano y cuando lo vio entrenar con el plantel superior se puso muy feliz.
Sueño Albiceleste. Vezzoni es claro a la hora de hablar de sus metas. “Mi sueño, el que más quiero, es jugar con la Selección argentina y ser campeón del mundo”. ¿Será pronto?
Ficha técnica
Nombre y apellido: Franco Vezzoni
Fecha de nacimiento: 12/11/2001
Altura: 1.84m.
Peso: 73 kg.
Puesto: Volante central.
Club: Inter de Italia.