Los comerciantes del barrio porteño de Once aseguraron este viernes 7 de agosto que van a seguir abriendo sus locales, a pesar de la prohibición oficial para hacerlo, ya que "no se puede aguantar más" la cuarentena. Así lo expresó la presidenta de la Cámara de Comerciantes Mayoristas e Industriales (Cadmira) Carolina Magariños. "Durante toda la cuarentena, los comerciantes del centro comercial de Once fuimos muy respetuosos con las normas, y cumplimos con tener cerrados nuestros locales. Pero ya no se puede aguantar más", sostuvo la dirigente.
Según Magariños, "una pyme no puede estar tanto tiempo cerrada. Y lo que terminó de molestar a los comerciantes es que las calles de la zona se han llenado de venta ilegal". "Toda la zona de Once que está con los locales cerrados, está llena de manteros, que están comercializando libremente. Entonces, que los inspectores vengan y clausuren los locales, pero dejen que opere tranquilamente la venta ilegal callejera, es algo que indigna", enfatizó la directiva, en declaraciones radiales.
Venta ilegal. En ese sentido, insistió: "las veredas de Once están siendo tomadas por la venta ilegal. La paciencia se termina", pero aclaró que "hay diálogo permanente con el Gobierno porteño para poder seguir trabajando. Las pymes necesitamos mantenernos en pie". Según comentó, la diferencia con el Gobierno de la Ciudad es que "ellos dicen que este barrio es un lugar de trasbordo, y nosotros sostenemos que es un centro comercial de cercanía". En este marco, Magariños afirmó que tal como sucedió durante el miércoles y el jueves, este viernes los comerciantes de Once, "en su mayoría", volvieron a abrir sus puertas. Y aseguró que las ventas on line no han sido un recurso eficiente para recuperar ingresos: "estamos vendiendo un 30% de lo que vendíamos antes" del aislamiento social.
El Gobierno porteño dispuso que desde esta semana los comercios minoristas de cercanía en avenidas porteñas no esenciales, retomaran la actividad tras permanecer cerrados por la cuarentena. Pero quedaron excluidos los locales cercanos a los centros de trasbordo de Liniers, Retiro, Constitución, Once y avenida Avellaneda, por la elevada circulación de personas.