CORONAVIRUS
Pandemia

Manifestaciones en época de coronavirus: barbijos, distancia y megáfonos

Israel mostró un nuevo estilo de protestar con distanciamiento social, que fue replicado en otros países de Europa. Algo que no pasó en Estados Unidos y Brasil

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BRASIL. Bolsonaro usó las manifestaciones como forma de buscar apoyo. | AP

Suele afirmarse que “el mundo no será igual luego de la pandemia”. Entre otros efectos, es indudable que cambiarán nuestras maneras de relacionarnos en el espacio público. La calle no será la misma (tampoco lo serán cuando empiecen a “abrirse” las plazas, los estadios, los teatros). Y así como será menos común ver besos y abrazos, aún superado todo lo que genera el coronavirus Covid-19, tampoco las manifestaciones serán iguales. De hecho ya no lo son. Es inevitable que la sociedad se exprese. Y que los ciudadanos busquen masividad en esa expresión. Las redes son una suerte de ágora, indudablemente. Pero la fuerza del mensaje aún no termina de reemplazar la potencia de las multitudes, los aplausos, los gritos en una plaza.

El mundo en cuarentena no dejó de manifestarse. Y la forma de hacerlo también implica una toma de posición respecto del riesgo que implica el virus.

Israel: distanciamiento social y protesta contra Netanyahu. 2000 personas separadas entre sí por dos metros, todas con mascarilla. El domingo opositores al gobierno llegaron a la plaza plaza Isaac Rabin de Tel Aviv en un evento donde mostraron su oposición al primer ministro en funciones, que negocia la formación de un gobierno de unidad con el centrista Beny Gantz. La imagen bien podría ser parte de un capítulo de Black Mirror. Sin embargo, el mensaje era propio de la política actual. Oponerse a la nueva coalición. Entre los organizadores estaba Yair Lapid, líder del partido centrista Yesh Atid. Quienes se dieron cita también protestaron por las medidas de emergencia asumidas por el nuevo mandatario. “Si uno piensa en la idiosincrasia de los israelíes —dice el periodista argentino Marcelo Raimon, que hace muchos años vive gran parte del año en aquel país—, adaptarse a las nuevas medidas está visto como un mérito, como parte de una conducta social. Hay muchos libros sobre el tema y hay gente que vive de enseñar a los periodistas extranjeros cómo es la forma de trabajar de los israelíes. Ellos muestran como un mérito su capacidad de adaptarse a las nuevas formas. Los israelíes sienten orgullo en reinventar las reglas preestablecidas”.

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Grecia: megáfonos y barbijos- Las protestas en Europa fueron escasas, sobre todo a partir de la fallida experiencia de la manifestación del Día de la Mujer en Madrid que se cree fue el comienzo de la situación más compleja en España. Sin embargo, se presentaron protestas frente algunas medidas referidas al confinamiento en un contexto social más complejo, en países con una situación económica aún en crisis, como Grecia. Barbijos y megáfonos fueron parte de un distanciamiento social que se mantuvo, pese a los desacuerdos.

Estados Unidos: a favor de Trump, a cara descubierta. Quizás siguiendo el modelo del vicegobernador de Texas Dan Patrick, que estaba dispuesto a sacrificar su propia vida para que se mantenga la economía, muchos manifestantes salieron a la calle. La consigna es priorizar la libertad por sobre todo. Y, de paso, manifestar su apoyo al presidente Trump. Primero en Illinois, luego en diferentes estados y hoy en Manhattan, cientos de personas salieron a la calle. Estados Unidos es hoy el país con más infectados y muertos de todo el mundo.

Brasil: Bolsonaro tose y dice que él es la Constitución. La situación institucional de Brasil parece mostrar costados de un nivel patológico con una gravedad sorprendente. En ese contexto, seguidores del presidente, muchos ligados a algunas iglesias evangélicas, salen cotidianamente a la calle sin mantener las distancias dictaminadas por los infectólogos. El presidente continuamente sí establece distancias con instituciones como el Congreso o la Corte Suprema. Detalles como el presidente tosiendo y barbijos entre los seguidores son parte del registro de las marchas.

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Chile: en plena cuarentena volvieron las marchas. La etapa previa a la pandemia global fue, en el país trasandino (que ayer superó los 10 mil infectados), un momento de enorme efervescencia social. Eso se detuvo en un primer momento. Pero ayer muchos manifestantes volvieron a salir a la calle. Y lo hicieron de una manera muy distinta a la israelí, y con una respuesta de las fuerzas de seguridad también muy diferente. Tal fue lo que sucedió en la Plaza Baquedano de Santiago. Muchos de los manifestantes llegaron al lugar con sus barbijos, pero quince de ellos fueron detenidos por las fuerzas de seguridad, precisamente, por violar la cuarentena. En Chile la normativa actual indica que no puede haber más de 50 personas juntas reunidas.

Colombia: saqueos y protestas contra el encierro. Mucho se habló de la situación convulsionada de Guayaquil y la cantidad de infectados y muertos. Pero la política mucho más restrictiva en la Colombia del presidente Iván Duque suscitó una serie de protestas en las que no se respetaron tampoco las normas de distanciamiento. El último fin de semana, en Medellín hubo piquetes y saquearon camiones con ayuda humanitaria antes de que fuese repartida. En paralelo, en Bogotá y Cali los pobladores salieron a protestar e hicieron sonar cacerolas.

Cacerolas que, precisamente, fueron el medio utilizado en las pocas protestas que hubo en Argentina hasta ahora.