Jueves Santo, previa de un feriado, fin de semana XL. Desde hace ya muchos años, la llegada de la Pascua católica suponía, para algunos, reuniones y una gran mesa familiar. Para otros, un sinónimo de “escapada turística”. La Semana Santa de 2020 será recordada por cualquier cosa menos que por esa postal.
La expansión de la pandemia de COVID-19 y la extensión del aislamiento preventivo, social y obligatorio confluyeron en imágenes de una Buenos Aires vacía. Así parece ser la “cuarentesma”: una Cuaresma en cuarentena.
Extendida. Este jueves, el presidente Alberto Fernández encabezó una serie de reuniones en Olivos con parte del Gabinete nacional. De acuerdo a los informes analizados de parte de cada cartera, el mandatario prevé la extensión de la cuarentena, que podría llegar hasta mayo.
Según consignó la agencia NA, el primero en reunirse con Fernández fue el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, con quien comenzó a "definir la extensión" del aislamiento, decretado el 20 de marzo.
Hacia la tarde se sumaron el ministro de Economía, Martín Guzmán; y sus pares en Salud, Gines González García; Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, e Interior, Eduardo "Wado" de Pedro.
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Más controles. Más temprano de Pedro y la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, sobrevolaron algunas zonas de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, donde se reforzaron los controles vehiculares, de modo de desalentar el turismo interno durante la Semana Santa. Además de los accesos a la Ciudad, se reforzaron los controles sobre las rutas 2 y 11, y los accesos a Pinamar, Villa Gesell y Mar del Plata.
"Hay un nivel de acatamiento muy bueno y para aquellas personas que no tengan permiso seguimos teniendo retenes", expresó De Pedro.
Las cifras de los retenes organizados por Seguridad son alarmantes: se labraron 39 mil infracciones y se secuestraron 2900 vehículos.
Fotos: Néstor Grassi - Marcelo Silvestro.