CORONAVIRUS
Coronavirus

La OMS nunca recomendó usar mascarillas a personas sanas y en la vía pública

Una encuesta epidemiológica realizada en Argentina por Epidemiólogos Argentinos Metadisciplinarios revela que casi el 60% se siente perjudicado por usarlas

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GRAFICO BARBIJOS | CEDOC

Movidos por la inquietud de dejar antecedentes acerca del impacto del uso de barbijo en la vida diaria de las personas, además de realizar una extensa revisión científica, confeccionamos una encuesta voluntaria que fue respondida por 960 personas de ambos sexos en el territorio nacional, entre el 25 de julio al 2 de agosto. Como datos relevantes de sus resultados se destacan los siguientes: el 56% de los encuestados reportó inconvenientes con su uso y el 59% se sintió perjudicado por el mismo. Los participantes que se sintieron afectados describen los siguientes síntomas derivados de su utilización: sensación de ahogo (74%), dolor de cabeza (67%), irritabilidad (60%), cansancio (55%), fatiga (52%) , picazón en la cara (52%), dificultad para comunicarse (48%), malestar emocional (41%), trastornos visuales (39%), mareos (32%), palpitaciones (32%), trastornos de la concentración (31%), angustia (28%), trastornos de la coordinación (24%), tos (20%), miedo (16%), pánico (13%), etc. La encuesta también reveló que, al 15% de los que respondieron, el uso del barbijo le agravó alguna condición médica preexistente como asma, alergia, EPOC o enfisema (ver gráfico).

Desde el comienzo de la pandemia surgieron tres elementos como herramientas de prevención que comenzaron a formar parte de nuestra vida diaria: los barbijos/mascarillas faciales, el distanciamiento social y el lavado de manos. De los tres, sin dudas el barbijo o mascarilla se llevó el protagonismo, lo que nos motivó a investigar cómo nos afecta su uso en nuestra vida diaria.
Para comenzar creemos oportuno transmitir algunos datos sobre el uso de los barbijos en el contexto médico. Estos tienen fundamentado y avalado su uso en los siguientes casos:

  1. uso quirúrgico (al abordar durante una cirugía un espacio estéril),
  2.  protección de pacientes inmunocomprometidos (que reciben tratamiento inmunosupresor, quimioterápico, neutropénicos por distintas causas, etc.),
  3.  pacientes portadores de enfermedades infectocontagiosas transmisibles por secreciones respiratorias (por ejemplo: tuberculosis, etc.),
  4.  en el entorno hospitalario o sanatorial como parte de las medidas de control de infecciones para reducir el riesgo de contagio entre los trabajadores sanitarios.

En la actualidad se ha pervertido y generalizado su uso en forma masiva y a personas sanas, sin contemplar los efectos colaterales que por este uso inapropiado devienen. En la bibliografía científica abundan los datos al respecto, pero solo enumeraremos algunos:

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  1. Predisponen la aparición de infecciones en el usuario y terceros, ya que facilitan la transmisión de patógenos cuando se usan repetidamente sin una esterilización adecuada, al mismo tiempo que permiten la auto-colonización del portador con microorganismos.
  2. Disminuyen la calidad del aire inspirado (presión parcial inspirada de oxígeno) pudiendo con su uso crónico condicionar hipoxia intermitente desencadenando múltiples enfermedades y/o agravando enfermedades preexistentes como cáncer, aterosclerosis, enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfisema y asma, entre otras.
  3. Síntomas físicos y psicológicos indeseables como cefaleas, alteraciones cutáneas faciales (ronchas, descamación, prurito, etc.), sensación de ahogo, cansancio, trastornos visuales, mareos, somnolencia, etc. y en el espectro psíquico se observa angustia, miedo, ansiedad y dificultad en la comunicación, entre otros.

Dentro de los efectos indeseables no podemos dejar de mencionar 4-los efectos a nivel social, ya que el ocultamiento de la expresión facial impacta negativamente en la confianza y comunicación. En este sentido, es la misma OMS que desde su página alerta los posibles riesgos por el uso de mascarillas por personas sanas del público en general. Así, se lee en su sitio en una guía sobre “Recomendaciones sobre el uso de mascarillas en el contexto de la Covid-19”, publicada el 5 de junio de 2020, un sinfín de inconvenientes que coinciden y superan los que enumeramos precedentemente. Dejamos el link para su consulta:

La misma OMS que desde su página alerta los posibles riesgos por el uso de mascarillas por personas sanas del público en general


Por otra parte, si se hace referencia a la postura de la OMS con respecto al uso de las mascarillas faciales en el actual contexto por la infección viral SARS-COV 2, este organismo nunca recomienda su uso en personas sanas y en la vía pública; sólo recomienda su uso en los siguientes grupos que detallamos continuación textual de su página:

  • Trabajadores sanitarios
  • Personas con síntomas compatibles con la Covid-19, incluidas las personas con sintomatología leve
  • Personas que cuidan a casos sospechosos o confirmados de Covid-19 fuera de centros sanitarios.

También se recomienda que utilicen mascarillas médicas las personas de riesgo siguientes cuando se encuentren en zonas de transmisión generalizada y no puedan mantener una distancia mínima de un metro con otras personas:

  • Personas de 60 años o más
  • Personas de cualquier edad con enfermedades subyacentes”.

FOTOS | Cuarentena escalonada y el descuido en el uso del tapabocas

En síntesis el uso de barbijo o tapabocas casero no evita que el usuario se contagie (tal como figura en páginas oficiales) y la actual medida con respecto al uso de barbijos/tapabocas en la población sana y en espacios al aire libre o en espacios donde al menos se puede mantener una distancia de un metro no tiene sustrato científico ni médico y, además, atenta contra la salud de las personas a las que se impone su uso.