Marty Makary, profesor y cirujano de la Universidad Johns Hopkins, reconoció el domingo que la incidencia del coronavirus ha disminuido hasta en un 77% desde enero en Estados Unidos.
De esta manera, y bajo dicho escenario en el que la pandemia habría "desaparecido en su mayor parte", abril sería el mes en el cual los norteamericanos podrían volver a vivir una vida normal.
"Hay razones para pensar que el país está corriendo hacia un nivel de infección extremadamente bajo", reconoció Makary a través de un artículo publicado en The Wall Street Journal. “A medida que se han infectado más personas, la mayoría de las cuales presenta síntomas leves o nulos, quedan menos estadounidenses por infectarse”, afirmó el cirujano.
Asimismo, aseguró que luego de que alrededor de 28 millones de personas transitaran la enfermedad infecciosa, se construye una cierta inmunidad colectiva. Dicha inmunidad podría florecer a un más durante el período de la primavera.
De esta manera, la población no solo se vio beneficiada por la resistencia natural que obtuvo a través del virus si no, también, de la vacunación combinada. Es así como los ciudadanos se encuentran protegidos ante las nuevas cepas de coronavirus.
“Cuando la cadena de transmisión del virus se ha roto en varios lugares, es más difícil que se propague, y eso incluye las nuevas cepas”, explicó.
Cepa sudafricana ya se ha observado en 10 estados de EE.UU.
Continuó invocando la pandemia de gripe española anterior de 1918 en relación con las pruebas de anticuerpos, argumentando que los estudios de anticuerpos "casi con certeza subestiman la inmunidad natural".
“En 2008, 90 años después, se descubrió que los sobrevivientes de la gripe española de 1918 tenían células de memoria capaces de producir anticuerpos neutralizantes”, escribió Makary.
Aunque los casos en los EE. UU. han caído más del 40 por ciento en las últimas dos semanas, las muertes siguen siendo extraordinariamente altas, con más de 2.600 anunciadas solo el jueves. En los próximos días, es probable que el país alcance las 500.000 muertes totales, según una base de datos del New York Times y la propia Universidad Johns Hopkins.
JFG / DS