El bullicio de los más de 12 millones de visitantes de 2018 pasó a convertirse en un silencio atronador. Un año después del incendio de la catedral parisina de Notre Dame, una tragedia que enlutó al mundo entero un año antes de la pandemia del coronavirus, continúan las investigaciones para intentar determinar las causas del siniestro, pero las obras de restauración se encuentran absolutamente paralizadas.
Este es un resumen sobre las pesquisas, que avanzan a paso lento:
1. ¿Qué planes hay sobre la reconstrucción?
Frente al cemento y el acero característicos de las catedrales del siglo XX, la reconstrucción del techo de madera idéntico a cómo era antes de su incendio cuenta con muchos defensores, que argumentan su resistencia a lo largo de ocho siglos, su capacidad de absorber CO2 y la rapidez de las obras, puesto que se conservan los planos. Los alrededores de Notre Dame, junto al Sena, requieren desde hace tiempo una remodelación para acoger a los 12 millones de turistas y peregrinos anuales. Con la restauración de la catedral, estas obras podrían acelerarse con el lanzamiento de un concurso de arquitectos.
En la explanada, siguen insertadas profundamente partículas de plomo, un elemento químico peligroso para la salud. Se realizó una limpieza con una presión ultraelevada, pero la aplicación de una resina transparente fue retrasada debido a la COVID-19. Antes de la epidemia y el confinamiento, se preveía abrir la explanada en Semana Santa. "La cuestión del plomo se resolvió en un 95%", asegura monseñor Benoist de Sinety, vicario general de la archidiócesis de París.
2. ¿Qué pasó con la investigación?
La investigación judicial sobre las causas del incendio sigue abierta. En junio, las pesquisas preliminares de la fiscalía de París descartaron un acto terrorista o malintencionado. Pero el origen del fuego sigue indeterminado: pudo ser un cigarrillo, un cortocircuito... Según reveló el semanario Le Canard Enchaîné, la investigación podría apuntar a una negligencia de las empresas que trabajaban en ese momento en la restauración de la aguja, pero también del Estado si no respetó el pliego de condiciones.
"Es una investigación larga, compleja, colosal", admitió en febrero el fiscal de París, Rémy Heitz, a la radio Europe 1. Hasta ahora, se desconoce la causa exacta del incendio. Durante su investigación preliminar, concluida en poco más de dos meses, la fiscalía de París analizó 96 elementos de prueba, realizó un centenar de interrogatorios y compiló 1.125 hojas de procedimiento.
Cuando transmitió todos estos elementos en junio a tres jueces de instrucción, con prerrogativas más amplias, el fiscal indicó que privilegiaba la pista accidental y citó la posibilidad de un cigarrillo mal apagado o una avería eléctrica. Desde entonces, no ha habido nuevas pruebas que apoyen la hipótesis criminal, dijo Heitz en febrero.
Pero la investigación aún continúa. En un informe presentado el 22 de octubre de 2019, el laboratorio central de la prefectura de policía (POLCA) recomendó que se realizaran investigaciones adicionales en la zona donde se inició el incendio, según una fuente judicial.
3. ¿Por qué las investigaciones avanzan lentamente?
Las investigaciones en el terreno avanzan con dificultad ya que ciertas zonas de la catedral, incluida la identificada como el lugar donde comenzó el incendio, siguen siendo inaccesibles. Los investigadores del Departamento de Investigación Criminal esperan ahora poder acceder a esta zona, pero primero hay que aguardar que el andamiaje que fue montado en la cubierta de la catedral antes del incendio para realizar obras de restauración, sea retirado.
Sin embargo, esta fase, que debía comenzar el 23 de marzo y durar cuatro meses, fue aplazada a causa de la pandemia. Según la institución pública que gestiona la reconstrucción, las instalaciones existentes no podían garantizar las normas de seguridad impuestas para frenar el coronavirus, en particular la distancia mínima de seguridad. Pero a medida que pasa el tiempo las posibilidades de encontrar pistas sobre las causas del incendio, que ya eran escasas, disminuyen.
4. ¿Quiénes son los responsables civiles?
Las pesquisas sacaron a la luz deficiencias en la seguridad de la catedral, que, aunque no son la causa del siniestro, pueden haber permitido que las llamas se propaguen por todo el edificio. La llamada a los bomberos se realizó tarde debido a un error de señal o una mala interpretación de la misma. Según una fuente cercana a la investigación, el mensaje de alarma de incendio en la pantalla de control del servicio de seguridad de la catedral apuntaba a un problema en la "bóveda-nave-sacristía".
El agente en servicio ese día --un empleado temporal de una compañía de seguridad que llevaba apenas cuatro días trabajando en Notre Dame-- envió a un agente a la sacristía, pero este no vio nada. Después de eso, hubo una conversación telefónica de 18 minutos entre el agente y su responsable, antes de que se dieran cuenta de que en realidad tenían que ir bajo el techo de la nave, en la parte ubicada junto a la sacristía. Allí, las llamas ya habían empezado a arrasar el techo.
También se encontraron otras fallas, sin relación con el incendio. Por ejemplo, según otra fuente cercana a la investigación, las pesquisas mostraron que el sistema eléctrico de un ascensor no se apagaba correctamente. Si algunos de estos errores no dan lugar a una responsabilidad penal, es probable que caigan bajo la jurisdicción del sistema de justicia civil, y podrían dar lugar a feroces batallas entre los expertos y las compañías de seguros.
5. ¿Qué pasó con las donaciones?
La Fundación del Patrimonio de Francia advirtió un mes después del incendio del exceso de promesas de donaciones, que ya totalizan más de 900 millones de euros, subrayando el gran número de monumentos faltos de financiación en el país, desde iglesias hasta castillos. De la suma total, se cobraron 188 millones. Se trata de donantes individuales procedentes de todo el mundo y en primer lugar de Estados Unidos, así como de grandes mecenas, como los gigantes del lujo LVMH y Kering. Las donaciones a Notre Dame están destinadas exclusivamente a su restauración, afirmó el ministro francés de Cultura, Franck Riester.
6. ¿Se celebrará misa en 2024?
¿Podrá restaurarse un monumento tan complejo en un lustro, como así lo pidió el presidente Emmanuel Macron? "Muchas personas dijeron al principio que en solo cinco años, haríamos cualquier cosa. Son afirmaciones malintencionadas, se trata de conducir las obras de manera ejemplar", afirma el general, seguro de que Notre Dame celebrará un "Te Deum" el 16 de abril de 2024. "Supongamos que la paralización (por la COVID-19) dure dos meses. Deberíamos ser capaces de absorber" ese periodo sobre un total de 60 meses, asegura.
7. ¿Cómo será la futura Notre Dame?
La cuestión levanta pasiones entre quienes quieren reconstruir de manera idéntica el edificio histórico y quienes defienden la idea de Macron de inscribir un "gesto arquitectónico contemporáneo". El arquitecto Villeneuve es partidario de mostrarse fiel al estilo gótico que le imprimió Viollet-le-Duc en el siglo XIX y cuyos planos se conservan. También parece ser la opción de la mayoría de los franceses. En cambio, algunos estudios de arquitectos propusieron ideas modernizadoras, como una aguja de cristal, un techo poblado de un jardín, una terraza panorámica...
Las obras también se encarecieron por los imprevistos, como la presencia de plomo y los retrasos. Las donaciones y promesas suman 902 millones de euros, desde las pequeñas sumas aportadas por ciudadanos hasta los montos millonarios de los gigantes del lujo LVMH y Kering. "Quienes se atrevieron a decir que teníamos demasiado dinero pecaron de imprudencia. Todo indica que necesitaremos todo el dinero" de los 340.000 donantes, según el general, que les expresa su "profunda gratitud".
Otras preguntas siguen en el aire: ¿Qué determinará la investigación de tres jueces de instrucción sobre las causas del incendio, aparentemente debido a una serie de negligencias? ¿Quién resultará implicado? ¿Las empresas responsables de las obras previas al incendio? ¿El Estado?
La reconstrucción de Notre Dame, paralizada un año después del incendio
Esta joya de la arquitectura gótica, huérfana de su emblemática aguja de casi 100 metros de altura, de su techo de madera y con una bóveda fragilizada, sigue suponiendo una "emergencia absoluta", si bien es muy improbable que se hunda, según los expertos. Para detectar cualquier movimiento, se dispusieron captores por todo el monumento. "No se mueve en absoluto", aseguran fuentes cercanas al dosier de reconstrucción, llamada en un principio a durar cinco años.
Pero los retrasos en la "obra del siglo" en la capital francesa se encadenan: el verano pasado debido a un riesgo de contaminación con plomo, en otoño a causa de las intemperies, cada vez que el viento soplaba a más de 40 km/h. Cuando el confinamiento debido a la pandemia del coronavirus paró por completo las obras en marzo, se estaba a punto de desmontar los 10.000 tubos del andamio colocado antes del incendio del 15 de abril de 2019.
Alrededor de un cinturón de vallas, desaparecieron los últimos turistas haciéndose selfies frente al segundo monumento histórico más visitado de Europa, que domina sobre el río Sena. El bullicio habitual de los visitantes, 12 millones en 2018, dejó pasó al silencio absoluto.
Reanudación progresiva
Sus responsables estudian no obstante la forma de reactivar parcial y progresivamente la próxima etapa de las obras. Por ejemplo, las "ardillas", expertos encargados de serrar el andamio atados a cuerdas, tienen la posibilidad de respetar el distanciamiento social que impone el coronavirus. Antes del confinamiento, las obras movilizaban a unos 60 obreros y a una miríada de empresas. Los robots limpiaron la nave, pero queda retirar los escombros por encima de la inmensa bóveda, una operación que debería finalizar antes del verano.
¿Cuándo se entrará en la fase de restauración propiamente dicha? El general Jean-Louis Georgelin, máximo responsable de las obras, asegura a la AFP que "debería empezar en 2021". El arquitecto en jefe, Philippe Villeneuve, efectúa los estudios, que condicionarán no obstante el calendario. Para empezar, podría ser necesario consolidar las bóvedas y habrá que descontaminar dos de las capillas. "Espero que todo esto termine durante el otoño", afirma el general.
DS