Cuando le preguntaron en una entrevista en 2014 a Ninalee Craig qué opinaba sobre la foto que Ruth Orkin le había sacado en 1951, más precisamente en agosto, cuando ella tenía 23 y estaba caminando por una calle en Florencia, contestó de manera muy drástica: “Mi expresión no es de angustia, así es como caminaba por la ciudad. Me vi a mí misma como la Beatriz de Dante. Había que caminar con total seguridad y mantener la dignidad en todo momento. Lo último que harías sería mirarlos a los ojos y sonreír. No quería animarlos. Esta imagen se ha interpretado de forma siniestra, pero fue todo lo contrario. Se estaban divirtiendo y yo también”.
La foto en cuestión es la llamada Muchacha americana en Italia y fue la que, de alguna manera, llevó a la fama a Craig. Había nacido en Indianapolis en 1927, vivía Nueva York, de donde se fue para viajar y estudiar. Había conocido a la fotógrafa el día anterior en el hotel florentino donde estaba alojada de casualidad. Orkin le pidió hacer unas fotos, con la esperanza de venderlas “al Herald Tribune” y cobrar “15 dólares”. Con esa plata, por ejemplo, pagar el hotel que costaba un dólar por día, según cuenta en el mismo reportaje.
Se sabe que no fue publicado ahí, pero sí en una nota titulada “No tengas miedo de viajar sola”, al año siguiente en Cosmopolitan. Don’t Be Afraid to Travel Alone, un ensayo fotográfico basado en su experiencia conjunta como mujeres viajando solas por la Europa de la posguerra, que incluía consejos en este sentido. Uno de ellos podía ser que el piropo y el chiflido “era muy italiano. Fue una época muy difícil, justo después de la guerra, y hombres de todas las edades estaban sin hacer nada por el centro de la ciudad. Fui admirada, pero personalmente no veo nada malo en un silbido de reconocimiento. Se notaba que yo era de otro país, muy alta, y les resultaba curiosa. Solo fue una forma de demostrarlo”, como explica Craig.