Recientemente, el semanario Le Nouvel Observateur ha publicado extractos del libro que Stéphanne Charbonnier, o Charb, director de Charlie Hebdo, había terminado unos días antes del atentado del 7 de enero que le costó la vida. El libro, titulado Carta abierta a los tramposos de la islamofobia que les hacen el juego a los racistas, rechaza las acusaciones que en los últimos años la revista recibía de fomentar el odio hacia los musulmanes y de provocarlos con sus viñetas satíricas de Mahoma. Para Charb, la noción de “islamofobia” encubre el racismo francés, en especial de la izquierda intelectual, que detrás de una aparente tolerancia oculta una fuerte discriminación hacia los islamitas. También acusa al ex presidente Sarkozy de promover los prejuicios racistas de los franceses al impulsar, en 2009, la cuestión de la identidad nacional, y a los medios de comunicación de complicidad al inducir a los musulmanes contra las revistas satíricas (como en 2006, contra una danesa) que publicaron caricaturas de Mahoma. Charb afirma que la reprobación de la sátira sobre ciertos aspectos del islam, debido a que los musulmanes son más susceptibles que el resto de la población, es discriminación.