Daniel Balmaceda, "el cartonero" de la historia

"El cartonero de la historia". Así dice Daniel Balmaceda que le dijo su amigo Pacho O'Donnell para definir su estilo. Es que el periodista que acaba de publicar Historia de Corceles y de Acero, de editorial Sudamericana, tiene un método particular para contar hechos del pasado: recolecta "aquello que los demás historiadores dejan de lado". Y con eso escribe.

Parado en el medio de uno de los patios del Museo de la Santa Casa de Ejercicios Espirituales Sor María Antonia de la Paz y Figueroa, una construcción de 1795 en el barrio de Constitución, Balmaceda explica su forma de hacer historia: "Mi estilo es bastante particular. Parto del periodismo tratando de enganchar al lector como en una nota gráfica con una investigación histórica importante".

-Perfil.com: ¿Puede decirse que usted es el Chiche Gelblung de los historiadores?

-Daniel Balmaceda: Me han dicho que a veces parezco Chiche Gelblung, y también me han dicho que soy el Jorge Rial, el chismoso de la historia. Inclusive, un amigo, Pacho O'Donnell, ha dicho que soy el cartonero de la historia porque se supone que tomo aquello que los demás historiadores dejan de lado.

El libro, que abarca la Revolución de Mayo y la Guerra de la Independencia, es un compendio de "sucesos escondidos" y de anécdotas que, según el autor, permiten al lector "encontrarse con la historia en un lugar más ameno e inclusive, más lúdico".

Y también cholulo:

¿Usted conoce cuáles eran los sueldos de nuestros próceres y dónde vivían? ¿Sabe quién terminó usando el sable que empleó San Martín en San Lorenzo? ¿A quién le daban de comer a través de un tubo de plomo? ¿Cuál de nuestros héroes marchó preso por evasión de divisas? ¿Quiénes fueron los travestis del Alto Perú? ¿Tuvimos un bebito capitán? ¿Quién fue el intrépido granadero tatarabuelo de una estrella de Hollywood? ¿Sabía usted que hubo guerra de peinados floggers entre las chicas de 1817?