CULTURA
"Me van a meter preso con lo que dicen"

Descubren el humanismo erótico de Vargas Llosa

Destacan que sus obras obligan a meditar sobre sexismo, incesto, pedofilia, sadomasoquismo y fetichismo. El escritor peruano recibirá un nuevo doctorado Honoris Causa en Reims, Francia.

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Los ojos de la profesora sueca Inger Enkvist brillan comparado con la obra y personalidad del escritor peruano-español Mario Vargas Llosa, quien recibirá un homenaje universitario mundial hoy en Reims con un nuevo doctorado honoris causa.

Inger Enkvist enseña en la Universidad sueca de Lund y en el simposio sobre la obra de Vargas Llosa -al que asistieron profesores como el australiano de madre salvadoreña Roy Boland, o el norteamericano de origen peruano Efraín Kristal- ella destacó con alegría que se trate el tema del erotismo.

"Casi siempre se analizan en sus novelas el tratamiento de la violencia, o de la Historia, la utopía, el lado social, humanístico, de sus libros, pero el erotismo no se menciona mucho; este simposio ha sido una buena cosecha, nos acercamos un poco más al corazón de lo que es la creatividad literaria, a sus entretelones", dice.

El poeta y profesor peruano-alemán José Morales Saravia, de la Universidad de Eichstätt, quien llegó a Berlín hace 25 años, comparó el espíritu de Vargas Llosa con el de Goethe: "un interés por todo lo humano, por las facetas del alma, por la historia, por pensar y narrar con un pensamiento, con una perspectiva global".

Vargas Llosa asistió al banquete de ideas sentado en el público como cualquier estudiante de la Universidad de Reims. A veces rió a carcajadas con lo que dijeron los expositores sobre sus personajes y múltiples "demonios y fantasmas". "Me van a meter preso con lo que dicen. No sabía todas esas cosas sobre mis libros", dijo en broma.

El profesor Roy Boland, de La Trobe University de Australia, estremeció de placer al público con su fino análisis sobre el erotismo en dos de las más conocidas novelas del peruano, Elogio de la madrastra y Los cuadernos de don Rigoberto.

"Como en la Lolita de Nabokov o en Historia de O de Pauline Réage, estas dos novelas de Vargas Llosa obligan al lector a confrontar y meditar sobre temas polémicos de gravedad moral, entre ellos el sexismo, el incesto, la pedofilia, el sadomasoquismo, el fetichismo, y quizá lo más importante, la dialéctica entre la libertad individual y la armonía social", puntualizó el catedrático.

Vargas Llosa confesó que nunca se ha psicoanalizado ni lo hará. En una charla en la Mediateca de Reims, situada frente a su célebre catedral gótica, ante un numeroso público franco-latinoamericano, el novelista dio algunas claves sobre su método de escritura, explicando que ante el teclado le da salida a "lo irracional", a su imaginación, alimentada por las infinitas lecturas.

"Los escenarios o el ambiente en una novela como Las travesuras de la niña mala hacen pensar en el ideal de un mundo sin fronteras... ese es mi ideal, un mundo sin fronteras, poder vivir donde uno quiera, desplazarse, con libertad. Cuando era un muchacho pensaba que debía irme del Perú, soñaba con irme a París, sí, por Flaubert, por Sartre, y además por la necesidad de escapar, dejar ese medio, esa sociedad que podía destruir mi vocación de escritor", dijo Vargas.

El profesor francés Albert Bensoussan, de la Universidad de Rennes II, y quien es su traductor "desde hace unos 30 años" comparó la creatividad de Vargas Llosa con una suerte de " apetito de ogro, todo lo integra a su obra, lo que vive y lo que lee, lo que guarda en su memoria desde niño".

Desde la Sorbona Nueva, la Universidad de Paris III, llegó el profesor Stephane Michaud, especialista en la líder utopista francesa del siglo XIX Flora Tristan, ligada al Perú por su familia, abuela de Gauguin, quien es personaje de la novela de Vargas Llosa El paraíso en la otra esquina.

"Mario Vargas Llosa tiene la voluntad de ser un demiurgo, su obra es como una nueva carabela, fuente de alegría y angustia. Sus novelas son un viaje a la interioridad humana, a los secretos de la imaginación, de la memoria", dijo.

El escritor español José Jesús Armas Marcelo hizo por su lado un elogio de la pasión desmesurada de narrar que posee a Vargas Llosa. "Esa pasión de escribir se fue fraguando lentamente en Vargas Llosa que, tal vez sin saberlo, llevaba a cabo una de las pruebas que Henry James daba como necesaria para llegar a ser un buen novelista: una voluntad a prueba de bombas, por encima de todos y de todo, para llegar a ser lo que se propone", dijo Armas Marcelo, quien se refirió en particular al libro de memorias vargas-llosianas El pez en el agua.