En cada 30 de diciembre, el mundo se une para celebrar el Día Internacional del Cine Indio, una efeméride que destaca la diversidad, el color y la potencia narrativa de las producciones del país asiático.
Su origen es atípico dentro del calendario de efemérides culturales, ya que no nació de un decreto gubernamental, sino de la voluntad de comunidades internacionales de seguidores. Estos grupos de cinéfilos buscaron establecer una jornada dedicada a promocionar y difundir la riqueza del séptimo arte de la India, especialmente en regiones como Latinoamérica y España. Tras diversas consultas, se optó por el 30 de diciembre como la fecha ideal para garantizar que la celebración fuera neutra y no estuviera vinculada al cumpleaños de ninguna de las grandes estrellas de la industria.
Ahora, la elección de finales de diciembre responde a una lógica de visibilidad estratégica. Los impulsores de la iniciativa deseaban que la efeméride se situara cerca de un festivo internacional como el Año Nuevo, pero sin ser eclipsada por este. Originalmente se barajó el 31 de diciembre, pero se descartó para no coincidir con la Nochevieja. Así, el penúltimo día del año se convirtió en el momento perfecto para reflexionar sobre los logros de la industria.

Aunque la celebración ocurre en diciembre, su trasfondo histórico es inseparable de la figura de Dadasaheb Phalke y el estreno de la película muda Raja Harishchandra en 1913. Este hito marcó el inicio de una identidad propia que ha sabido fusionar la mitología antigua con las aspiraciones contemporáneas. A través de los años, el cine indio ha pasado de ser un fenómeno local a una potencia exportadora de sueños, logrando que sus historias resuenen en corazones de todo el mundo, superando las barreras del idioma gracias a su inigualable lenguaje visual y musical.
Más allá de los mitos: diversidad y alcance global
Un aspecto fundamental que se reivindica cada 30 de diciembre es la distinción entre el cine de la India y el término Bollywood. Si bien esta última es la industria más conocida —basada en Mumbai y de habla hindi—, la efeméride busca dar visibilidad a otros centros de producción masiva como el cine telugu (Tollywood), el tamil (Kollywood) o el bengalí. Esta fecha sirve para educar al público internacional sobre el hecho de que el cine indio es un ecosistema plural de lenguas, estilos y tradiciones regionales que juntas producen más de 2.000 películas al año.
En Argentina, la efeméride ha cobrado relevancia gracias a la creciente popularidad de los festivales de cine asiático y la difusión en plataformas digitales. Para el público local, el Día Internacional del Cine Indio representa una oportunidad de descubrir obras que van más allá del estereotipo de los musicales coloridos. Ciclos de cine independiente y retrospectivas de grandes maestros como Satyajit Ray permiten que el espectador argentino comprenda las complejidades sociales de la India, estableciendo puentes culturales que conectan las realidades de dos naciones.
Zohran Mamdani convenció a su madre de no filmar "Harry Potter y la Orden de Fénix"
La conmemoración también destaca cómo el cine indio ha logrado romper esquemas en la distribución global. Películas recientes han alcanzado nominaciones a los Premios Oscar y han roto récords de taquilla en Estados Unidos y Europa, demostrando que la calidad técnica de sus estudios de efectos visuales está a la vanguardia. El 30 de diciembre se celebra, por tanto, la transición de una industria que era vista como una curiosidad exótica hacia su consolidación como un actor protagónico en el mercado audiovisual y tecnológico del siglo XXI.