El escritor y columnista de Perfil.com, Esteban Peicovich, fue homenajeado hoy en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, que lo nombró Personalidad Destacada de la Cultura porteña.
El proyecto fue aprobado en julio de este año por iniciativa de la diputada Carmen Polledo, jefa de bloque PRO. “El agradecimiento es la memoria del corazón, y estamos todos aquí porque la trayectoria de este verdadero maestro del periodismo nos interpela, nos emociona, nos muestra un camino de vida inspirador para las nuevas generaciones. Esteban Peicovich es un autodidacta por vocación y definición. Podemos definirlo como observador, inquieto, con un lenguaje claro y preciso y con un espíritu indomable”, calificó Polledo, junto a la coautora del proyecto, la legisladora Paula Oliveto.
Tras ellas, el escritor y periodista agradeció el reconocimiento y llamó, entre chistes y anécdotas personales, a “ser líricos en tiempos tan inhóspitos”.
“La cultura es lo que hacemos y deshacemos en el planeta”, analizó Peicovich. “Nos desbarrancamos cada día más”, lamentó, con lo que, dueño de un estilo particular, abrió espacio para la polémica.
“Un cura de Rosario, en un mail poco feliz, me tiró la sugerencia de que yo me tirara contra alguno o algunos de los que también han sido destacados por esta Legislatura”, comentó. “Esto está mal. Está mal”, insistió.
“Nunca los escuché, en tantos años, tirarse tan fuertemente contra la violación de niños, o asuntos más próximos”, ironizó el autor de libros como “Hola, Perón”, “Palabra limpia de mí”, “Reportaje al futuro”, “Borges, el palabrista”, “Instrucciones al pavo real”, “La bañera azul”, y “La década opa”.
“Hay gente pa' tó. Pa tó, diría El Guerra”, bromeó el periodista, recordando, entre bromas, al torero español Rafael Guerra Bejarano.
Palabras clave. “Cultura, en este instante, es decirles 'gracias'. Es una palabra de primera división”, expresó Peicovich.
“Otra debiera ser 'basta'. Pero hay que obrarla, ponerla en movimiento”, siguió, a la vez que recalcó una tercera: esperanza. “Es el ADN, frágil, pero es lo único que posee la vida para defenderse y defendernos”, puntualizó.
“Para alcanzar mayores cuotas de cultura, hay que despertar de tanto yo inútil, informarse de los asuntos públicos y atenderlos como privados, no como chismes”, consideró el escritor. “Y comprobado lo que fuere, indignarse. Si algo indigna a la cultura es que no nos indignemos”, exhortó.
