CULTURA
ROBO DE ARTE EN LA II GUERRA MUNDIAL

La ruta del cuadro robado por los nazis: de un taller en Bérgamo a una casa de Mar del Plata

El "Retrato de una dama" de Giuseppe Ghislandi pertenecía a un coleccionista judío holandés y fue expoliado por los invasores nazis en los Países Bajos. En agosto fue descubierto en una propiedad argentina. Esta es su historia.

Giuseppe Ghislandi
El "Retrato de una dama" (también conocido como "Contessa Colleoni"), obra del pintor italiano Giuseppe Ghislandi (1655-1743) | AFP

El "Retrato de una dama" (también conocido como "Contessa Colleoni"), obra del pintor italiano Giuseppe Ghislandi (1655-1743), representa un capítulo emblemático en la historia del arte saqueado durante la Segunda Guerra Mundial.

Este retrato, que captura a una mujer noble con una técnica refinada, resalta la expresividad facial y los detalles textiles, características del estilo de Ghislandi, quien se destacó por su maestría en retratos realistas. El artista desarrolló la mayor parte de su carrera en Bérgamo, Italia, donde estableció su taller y se convirtió en un retratista reconocido de la nobleza local.

Es probable que el "Retrato de una dama" fuera creado en su taller en Bérgamo (Italia) o sus alrededores, aunque no existe documentación específica que confirme el lugar exacto de su realización. La obra probablemente formó parte de una colección privada de la nobleza o la burguesía italiana, dado que Ghislandi trabajaba principalmente para mecenas locales.

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Giuseppe Ghislandi

No se sabe quiénes fueron los primeros propietarios del cuadro en el siglo XVIII, pero es común que obras de este tipo pasaran por manos de familias nobles o comerciantes adinerados en el norte de Italia antes de entrar en el mercado del arte europeo.

Durante el siglo XIX, el creciente interés por el arte barroco italiano llevó a que muchas pinturas de Ghislandi, incluido este retrato, fueran adquiridas por coleccionistas europeos fuera de Italia, especialmente en los Países Bajos, Francia y Alemania, donde el mercado del arte estaba en auge.

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El robo durante la ocupación nazi en los Países Bajos

A principios del siglo XX, el cuadro llegó al mercado en los Países Bajos, un centro clave para el comercio de arte en Europa, donde pasó a ser parte de la colección de Jacques Goudstikker, un destacado marchante de arte judío establecido en Ámsterdam. Goudstikker poseía una de las galerías más importantes de Europa en la década de 1930.

Goudstikker era conocido por su habilidad para identificar piezas de alta calidad, y su galería en Ámsterdam albergaba más de 1.400 obras, muchas de las cuales provenían de subastas internacionales o de colecciones privadas europeas

En mayo de 1940, tras la invasión alemana de los Países Bajos, Goudstikker huyó del país con su familia, pero falleció trágicamente en un accidente a bordo de un barco rumbo a Inglaterra. Su ausencia facilitó el saqueo de su galería por parte de las fuerzas nazis, dirigidas por figuras como Hermann Göring, quien confiscó miles de obras de arte de propietarios judíos bajo el pretexto de "arianización".

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El "Retrato de una dama" fue uno de los más de 1.400 objetos artísticos expropiados de la colección Goudstikker en julio de 1940. Documentos históricos indican que la pintura fue adquirida por Friedrich Kadgien, un alto funcionario financiero del régimen nazi responsable de la gestión de bienes confiscados en los territorios ocupados.

Kadgien, quien operaba en el Ministerio de Finanzas del Reich, utilizó su posición para apropiarse de arte robado, un práctica común entre los jerarcas nazis que veían en estas piezas no solo un botín económico, sino también un símbolo de poder cultural. Tras la guerra, Kadgien huyó a Argentina, un destino frecuente para ex nazis que buscaban refugio en Sudamérica, llevando consigo el cuadro y otros bienes.

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Finalizada la Segunda Guerra Mundial en 1945, la colección Goudstikker fue parcialmente recuperada por los Aliados, pero muchas piezas, incluido este retrato, permanecieron desaparecidas.

Los esfuerzos iniciales de restitución, impulsados por la viuda de Goudstikker, Desi von Halban-Kurz, y posteriormente por su nuera Marei von Saher, llevaron a la devolución de cientos de obras en 2006 por parte del gobierno neerlandés. Sin embargo, el "Retrato de una dama" no figuraba entre ellas, y su paradero se convirtió en un enigma durante ocho décadas.

Giuseppe Ghislandi

Kadgien se estableció en Argentina, donde falleció en 1964. El cuadro pasó a manos de su hija y su yerno, quienes lo mantuvieron en su residencia en la ciudad bonaerense de Mar del Plata.

La familia Kadgien no ocultaba la pintura, sino que la exhibía en su hogar como una herencia familiar, posiblemente ignorando o minimizando su origen ilícito. Este patrón refleja un fenómeno más amplio: miles de obras de arte nazi saqueadas terminaron en colecciones privadas en América Latina, donde las leyes de prescripción y la distancia geográfica complicaron las reclamaciones.

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El descubrimiento fortuito y la investigación en 2025

El redescubrimiento del cuadro ocurrió de manera inesperada en agosto de 2025, cuando periodistas del diario neerlandés Algemeen Dagblad (AD) identificaron la pintura en fotografías de un anuncio inmobiliario en Internet. La propiedad en Mar del Plata, puesta a la venta por la hija de Kadgien y su esposo, mostraba el "Retrato de una dama" colgado sobre un sillón en el living.

El periodista neerlandés Peter Schouten había visitado la casa porque investigaba el pasado del jerarca nazi y no obtuvo respuesta, pero vio el cartel de venta. Tras una búsqueda en línea, Shouten vio el cuadro en la quinta foto de la publicación.

"Enloquecí, por supuesto", contó a Radio Rivadavia. "Mandé toda la información a Holanda, allá se pusieron a trabajar con las instituciones oficiales y me confirmaron que sí, que era ese cuadro, que no había chance de que fuera réplica".

cuadro

La revelación de AD desencadenó una respuesta inmediata de las autoridades argentinas y neerlandesas. La Fiscalía argentina, en colaboración con Interpol y expertos en arte saqueado, inició una investigación que incluyó allanamientos en la residencia. Inicialmente, la pintura no fue hallada, lo que llevó a la imposición de arresto domiciliario a la pareja por obstrucción a la justicia.

Tras varios días de búsquedas y presiones legales, el abogado de la familia entregó el cuadro al Ministerio Público Fiscal el 3 de septiembre de 2025. La hija de Kadgien afirmó que desconocía el origen robado de la obra y expresó su disposición a cooperar, aunque solicitó su devolución bajo argumentos de posesión de buena fe.

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La recuperación del "Retrato de una dama" revivió los desafíos persistentes en la restitución de bienes culturales expoliados por los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Organizaciones como la Comisión de Arte Saqueado en Europa (CLE) y el Proyecto de Arte Perdido han documentado que aún quedan miles de piezas desaparecidas, muchas en colecciones privadas.

En este caso, la cooperación internacional entre Argentina, los Países Bajos y Alemania fue clave, aunque el futuro del cuadro permanece incierto: podría ser devuelto a los herederos de Goudstikker o incorporado a un museo neerlandés como parte de un acuerdo restitutivo.

El 4 de septiembre, en el último capítulo de esta historia, Patricia Kadgien, de 58 años e hija del financista nazi Friedrich Kadgien, y su marido, de 60, fueron imputados por “encubrimiento” del cuadro y de unas 22 estampas de la década de 1940 del artista francés Henri Matisse (1869-1954), el maestro del fauvismo, y otras pinturas cuya procedencia aún no se determinó.

(ds)