“Fito tiene sida, toma anfetaminas y no hace otra cosa que caerse borracho por ahí”, así empezaba la canción "Hazte fama" del disco Tercer Mundo, la previa al gran éxito de El amor después del amor. En ese álbum Fito Páez no imaginaba lo que ocurriría después, pero somatizaba las habladurías en torno a él, su existencia cruzada por la tragedia, la fama y el desprecio como dos caras de la misma moneda y el sano duelo de su relación con Fabiana Cantilo con el tema “Fue amor”. Esta es parte de la historia que aparece en la reciente serie sobre el rosarino dirigida por Felipe Gómez Aparicio y Gonzalo Tobal, que se corona con la realización de El amor después del amor.
El guion de El amor después del amor se construyó mientras el propio Fito Páez escribía sus memorias que luego se convertirían en libro, por lo que la creación audiovisual tuvo la estricta supervisión del músico y a ella llegaron Aparicio y Tobal para dirigir la obra en conjunto. Para ambos fue la primera vez a cargo de una serie y tomaron la tarea con una gran responsabilidad porque los dos se reconocen admiradores tanto de Fito como de Charly García, Luis Alberto Spinetta y otros tantos protagonistas del rock nacional de fines de los setenta y comienzos de los 80.
Tobal y Aparicio no se conocían previamente y fueron convocados para encarar el proyecto. “En primer lugar, sentí mucha curiosidad por mi historia con Fito, recuerdo haber escuchado ´Tercer Mundo’ o ´El amor después del amor’ cuanto todavía estaba en la primaria”, contó Gonzalo Tobal a PERFIL.
La trágica historia de la madre y la abuela de Fito Páez
Por su parte, Aparicio recordó cuando le tocó leer el guion: “Me parecía una locura, me emocionó, me hizo reír, me hizo llorar, pasaron las cosas que pasan un poco ahora cuando el resultado final”. “El resultado fue gracias a que nos dejaron elegir un equipo increíble de gente con lo que el trabajo hacía mil millones de años y muchas libertades creativas en el buen sentido y responsabilidad por parte de Mandarina, la productora”.
El producto terminado demuestra que se trabajó con mucha calidad y rigurosidad para que cada uno de los escenarios, vestuarios, recitales, fuera fiel a la historia, que los actores representaran a los protagonistas de la manera más real y, a la vez, despegada de las imitaciones que se han hecho de todos ellos.
“Los desafíos fueron muchos, sobre todo porque la extensión de la grabación que superó a lo que suelen ser las jornadas de filmación de una película, pero se hizo un esfuerzo para que nunca se perdiera la calidad”, aclaró Tobal.
En ese sentido, los recitales se filmaron en los lugares donde ocurrieron, también se usaron instrumentos que eran los mismos que se habían tocado en los conciertos, incluso, los músicos que tocan con Fito Páez entrenaron a los que iban a hacer de músicos en la película y, además, se intentó en la mayoría de los casos respetar la música en vivo.
“Estoy muy feliz de poder hacer un aporte para visibilizar a estos artistas increíbles que se lo merecen, sentí orgullo de poder trabajar en esta serie”, reflexionó Aparicio.
Fenómeno Tango Feroz
El álbum El amor después del amor, se publicó en 1992 y se convirtió en un éxito absoluto en ventas. Se transformó en un símbolo muy fuerte porque en él participaron quienes habían “apadrinado” a Fito en sus primeros pasos musicales, como Charly García y Luis Alberto Spinetta. En el disco también participaron Fabiana Cantilo, Andrés Calamaro, Mercedes Sosa, Celeste Carballo, nombres relevantes de la música de Argentina y el año siguiente se estrenó la película Tango Feroz que contaba la historia de uno de los responsables del surgimiento de lo que se llamó el rock nacional: "Tanguito".
Justamente, Tobal y Aparicio, reconocen en esa película un antecedente en cuanto a biografía ficcional de un personaje del rock de Argentina. En 1993, tras el estreno de la película protagonizada por Fernán Mirás y Cecilia Dopazo, ocurrió un fenómeno: los jóvenes de entonces empezaron a conocer “El oso”, un tema de Moris de quien no tenían ni idea y se acercaron, de alguna manera, a ese período que estaba perdido en generaciones anteriores: Lo mismo pareciera ocurrir ahora, el puntapié lo da Fito Páez y su capacidad de convocar a “su generación” y a la de ahora, pero la serie abre el abanico y entran grandes artistas de esos ochenta como Palo Pandolfo, Virus, Los Twist, entre otros.
¿Habrá un capítulo dos? “Las puertas para eso están abiertas”, aseguran los dos directores, pero advierten: “siempre y cuando exista la posibilidad de trabajar de la misma manera que trabajamos en esto, con la misma motivación, no como una cosa oportunista”.