"El Che Guevara fue poco más que un aventurero, un líder egocéntrico negado para la política que fue elevado a la categoría de mito impoluto tras su muerte", dice Sebreli en Comediantes y mártires, que analiza, además del revolucionario que terminó sus dias en Bolivia, a otros tres mitos contemporáneos argentinos como Gardel, Maradona y Evita. Pero el análisis más filoso es el que Sebreli dedica al Che, tildándolo de "idiota político", aunque aclara que esa calificación "no pretende ser un insulto sino la descripción objetiva de un determinado comportamiento" en referencia a la clara impericia política del guerrillero.
Lejos de la figura legendaria de consumo global, Sebreli llega a otra conclusión luego de repasar documentos históricos, entrevistas y los propios diarios de Guevara: "Puede decirse que el Che fue, a la vez, un aventurero, un santo y un héroe, pero no un político. Si no hubiese conocido en México a Fidel, probablemente se habría marchado con una beca a estudiar medicina a París, que es lo que quería hacer".
"Luego llegarían la revolución y los crímenes. Después del triunfo de la revolución cubana fue el encargado de los fusilamientos en masa, tras juicios sumarios celebrados sin el menor procedimiento legal por los tribunales revolucionarios instalados en la fortaleza La Cabaña. Los muertos llegaron a ciento sesenta y cuatro; no todos habían sido esbirros de Batista, entre ellos había algunos campesinos", señala Sebreli en el libro, que ha ganado el primer premio de ensayo Casa de América.
Para Sebreli, "la tarea del político es lenta, discreta y paciente, se realiza cada día y a través de los años, requiere esfuerzo, obstinación, perseverancia; además, necesita la capacidad de transigir, negociar, consensuar, saber replegarse, establecer alianzas. Fidel poseía esas cualidades; el Che, a la inversa, consideraba toda transigencia como traición al ideal revolucionario, encarnaba al sectario 'izquierdista infantil' ridiculizado por Lenin, que negaba por principio todo acuerdo". Atento a ese razonamiento, el escritor sostiene que relacionar a Guevara con el socialismo es erróneo: "Punto por punto, el guevarismo fue lo opuesto al pensamiento de Marx y del socialismo clásico".