En el mundo del arte barroco holandés, pocos enigmas han perdurado tanto como la identidad de la joven retratada en 'La Niña con el Pendiente de Perla' (Girl with a Pearl Earring), la obra maestra de Johannes Vermeer creada alrededor de 1665. Esta pintura, a menudo apodada la "Mona Lisa del Norte" por su mirada enigmática y su simplicidad íntima, cautivó a generaciones con su aura de misterio.
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Ahora, una nueva teoría propuesta por el historiador británico Andrew Graham-Dixon sugiere que la musa no es una figura imaginaria ni una sirvienta ficticia, sino Magdalena, la hija de los principales mecenas de Vermeer, Pieter van Ruijven y Maria de Knuijt, una pareja adinerada de Delft vinculada a sectas religiosas radicales.

Esta revelación, detallada en el libro 'Vermeer: A Life Lost and Found' de Graham-Dixon, publicado en octubre de 2025, se basa en un análisis profundo del contexto religioso y las relaciones de patrocinio del pintor, desafiando interpretaciones previas y enriqueciendo la comprensión de una de las piezas más icónicas del Siglo de Oro holandés.
La teoría de Graham-Dixon surge de una investigación exhaustiva sobre la vida de Vermeer y sus conexiones personales. Según el historiador, Magdalena, quien habría tenido entre 10 y 12 años en el momento de la creación del cuadro, está representada como María Magdalena, la seguidora de Jesús, en un acto de devoción espiritual.
"La Niña con el Pendiente de Perla, hecha aún más famosa por la cuenta ficticia de Tracy Chevalier en su novela y la adaptación cinematográfica con Scarlett Johansson, es probable que sea un retrato de la hija de Maria y Pieter, Magdalena. Ella habría tenido 12 años en el otoño de 1667, y asumiendo que era una colegiante como sus padres, habría solemnizado su compromiso con Cristo a esa edad", argumenta Graham-Dixon.
La evidencia radica en el trasfondo religioso: Vermeer fue criado como remonstrante, una secta cristiana evangélica pacifista y republicana, y participó en reuniones de los colegiantes, un grupo aún más radical prohibido en los Países Bajos. Sus padres, hermana, cuñado y círculo cercano compartían estas creencias, y su esposa católica debió simpatizar con ellas para casarse con él.
Maria de Knuijt, principal mecenas de Vermeer y no su esposo Pieter, comisionó la mayoría de sus obras y le dejó una suma sustancial en su testamento. Graham-Dixon afirma: "Cada una de sus pinturas fue inspirada por las creencias religiosas atesoradas por Marie de Knuijt y aquellos cercanos a ella, incluyendo al propio Vermeer".
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Esta conexión explica por qué muchas figuras en las obras de Vermeer son femeninas, reflejando el feminismo y la igualdad de género promovidos por los protestante y colegiantes.
Sin embargo, esta propuesta no es unánime. Expertos como Ruth Millington, autora de 'Muse: Uncovering the Hidden Figures Behind Art History's Masterpieces', cuestionan la novedad y la validez de la teoría, señalando que ideas similares han circulado antes, como las de la Dra. Judith Noorman.
Millington argumenta que el encanto del cuadro radica en su misterio: "Los historiadores del arte aman reclamar nuevos descubrimientos, pero esta teoría ha estado por ahí por bastante tiempo, como descubrí mientras escribía Muse. [...] Pero realmente el atractivo de esta pintura es el misterio de la musa. No está destinada a ser un retrato directo de un modelo que pueda identificarse fácilmente, sino un 'tronie', una imagen de una figura imaginaria".
De hecho, muchos eruditos clasifican la obra como un tronie, un estudio de tipo de personaje en lugar de un retrato literal, similar a cómo la Mona Lisa no es solo un retrato directo. Otras teorías previas incluyen que la modelo podría ser Maria Vermeer, la hija mayor del pintor, o una figura completamente inventada.
Johannes Vermeer y su obra más famosa
Johannes Vermeer, nacido en Delft en 1632 y fallecido en 1675 a los 43 años, es uno de los pintores más enigmáticos del Siglo de Oro holandés. Hijo de un posadero que también comerciaba con arte, Vermeer se formó en un entorno modesto pero se convirtió en un maestro de la luz y la intimidad doméstica.
Produjo solo unas 36 obras conocidas, trabajando casi exclusivamente para mecenas como van Ruijven y de Knuijt en Delft. Su estilo se caracteriza por el uso magistral de la luz natural, composiciones serenas y escenas cotidianas elevadas a lo poético, como en 'El Lechero' o 'Vista de Delft'. Vermeer se casó con Catharina Bolnes en 1653, con quien tuvo 15 hijos, de los cuales 11 sobrevivieron, y enfrentó dificultades financieras al final de su vida.
Su fe protestante influyó en su obra, infundiéndola de temas de devoción e igualdad.
'La Niña con el Pendiente de Perla' fue pintada en óleo sobre lienzo alrededor de 1665 y mide apenas 44,5 por 39 centímetros. Representa a una joven con un turbante azul y amarillo, un pendiente de perla brillante y una mirada directa que invita a la especulación.
Análisis técnicos recientes, realizados en 2018 en el Mauritshuis de La Haya —donde se exhibe permanentemente—, revelaron detalles sorprendentes: la joven tiene pestañas sutiles, el fondo no es negro uniforme sino que originalmente incluía un cortina verde, y los pigmentos como el lapislázuli (para el turbante) y el blanco de plomo provienen de fuentes exóticas, desde Afganistán hasta América del Sur, haciendo la obra más "internacional" de lo pensado.
Vermeer creó la ilusión de la perla con solo dos pinceladas blancas sobre un fondo gris oscuro, demostrando su genialidad técnica. Aunque su valor monetario no se estima públicamente —como pieza inalienable del patrimonio holandés—, su importancia cultural es incalculable.
El impacto cultural del cuadro trasciende el arte: redescubierto en el siglo XIX tras siglos de olvido, ganó fama global con la novela de Tracy Chevalier en 1999, que ficticia a la musa como Griet, una sirvienta en la casa de Vermeer con un romance implícito, adaptada al cine en 2003 con Scarlett Johansson y Colin Firth.
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En años recientes, el cuadro ha sido blanco de activistas climáticos, como en octubre de 2022 cuando fue atacado con pegamento y pintura roja en el Mauritshuis, sin daños gracias a su protección de vidrio. Exposiciones como la del Rijksmuseum en 2023 destacaron su rol en la obra de Vermeer, atrayendo multitudes y programas de televisión que intentan recrear sus técnicas.
La teoría de Graham-Dixon, aunque controvertida, invita a reinterpretar el cuadro no como un retrato secular, sino como una expresión de fe y devoción en un contexto de persecución religiosa. Como señala la restauradora Abbie Vandivere del Mauritshuis: "En los ojos de la Niña con el Pendiente de Perla, la gente puede verse a sí misma o conectar con diferentes emociones internas".
Si se confirma, esta identificación podría transformar cómo vemos a Vermeer: no sólo como un pintor de lo cotidiano, sino como un artista impregnado de espiritualidad, inyectando vida y anticipación en cada pincelada.