En el corazón de Roma, uno de los monumentos más icónicos de la antigüedad ha desvelado un nuevo secreto: el Pasaje de Cómodo, un túnel subterráneo que durante siglos permaneció oculto bajo el Coliseo. Este corredor, inaugurado al público el 8 de octubre de 2025, representa no solo un avance en la conservación arqueológica, sino también una ventana al opulento y violento mundo de los emperadores romanos.
El Premio Azcuy presentó a los finalistas de su séptima edición 2025
El pasaje, excavado en las fundaciones del anfiteatro flavio entre finales del siglo I y principios del II d.C., fue descubierto inicialmente entre 1810 y 1814 por excavadores franceses dirigidos por el arquitecto Carlo Lucangeli, y posteriormente estudiado en 1874 y en la década de 1990. Ahora fue abierto, tras un meticuloso proceso de restauración que ha permitido acceder a un espacio exclusivo que simboliza el poder imperial.
El hallazgo del pasaje no es una excavación nueva en estricto sentido, sino la revitalización de un elemento conocido pero inaccesible. Con una longitud aproximada de 55 metros —aunque originalmente era más extenso, ya que parte fue destruido hace un siglo durante la instalación de tuberías de alcantarillado—, el túnel consta de tres ramales: dos en dirección este-oeste y uno norte-sur.

Su construcción, posterior a la inauguración del Coliseo en el año 80 d.C. bajo el emperador Tito, implicó perforar las bases del anfiteatro, lo que destaca la ingeniería romana. Durante las excavaciones y restauraciones recientes, los arqueólogos han revelado superficies antiguas con revestimientos de mármol, grapas metálicas y estucos decorados con escenas mitológicas, como la historia de Dioniso y Ariadna.
En la entrada, nichos muestran representaciones de espectáculos del anfiteatro, incluyendo cacerías de jabalíes, luchas contra osos y actuaciones de acróbatas, elementos que evocan la brutalidad y el entretenimiento de la era imperial.
Los trabajos de restauración, iniciados en el marco de un proyecto más amplio entre 2020 y 2021, y continuados de octubre de 2024 a septiembre de 2025, han sido financiados por el Parque Arqueológico del Coliseo y el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia de Italia, con apoyo de la Unión Europea a través del programa #NextGenerationEU.
Bajo la supervisión de la arqueóloga Barbara Nazzaro, las labores incluyeron la eliminación de siglos de polvo y suciedad, la reafirmación de yesos frágiles mediante herramientas láser, la reconstrucción de secciones colapsadas del techo y la instalación de iluminación que simula la luz natural de antiguos tragaluces sellados.
Se viene la 18° Feria del libro antiguo en Buenos Aires
Además, se han incorporado elementos de accesibilidad, como mapas táctiles, reconstrucciones en video de la iconografía decorativa y una plataforma elevadora en la escalera de entrada, superpuesta a estructuras preexistentes, para eliminar barreras físicas y cognitivas.
Unos paneles de vidrio permiten observar a los arqueólogos en acción, y una excavación prevista para el próximo año trazará la ruta completa del túnel, posiblemente hacia los barracones de gladiadores en el Ludus Magnus. Estas intervenciones no solo preservan el patrimonio, sino que lo hacen inclusivo, promoviendo un turismo cultural accesible.
Para qué servía el Pasaje de Cómodo hace casi 1.000 años
Históricamente, el Pasaje de Cómodo servía como entrada y salida vip para los emperadores, conectando el pulvinar —el palco imperial en la tribuna sur, equivalente a un palco real moderno— con el exterior del Coliseo, permitiendo un acceso discreto sin mezclarse con las multitudes. Este corredor subterráneo, ventilado por rejillas de aire y parcialmente iluminado, facilitaba visitas a las áreas de entrenamiento de gladiadores antes de los combates, reforzando el control imperial sobre los espectáculos.
Nombrado en honor al emperador Cómodo (177-192 d.C.), el pasaje está ligado a un intento de asesinato contra él en un corredor subterráneo, del que sobrevivió, según crónicas históricas. Cómodo, hijo de Marco Aurelio y retratado en películas como "Gladiator", utilizaba el Coliseo no solo como espectador, sino como participante activo, rompiendo tabúes aristocráticos al combatir en la arena.

Los emperadores romanos explotaban el Coliseo como un escenario de poder y propaganda. Construido por Vespasiano a partir del 70 d.C. y completado por Tito, el anfiteatro albergaba espectáculos gratuitos unas doce veces al año, en festivales religiosos, cumpleaños imperiales o victorias militares.
Los eventos se dividían en tres partes: cacerías de animales exóticos por la mañana (venationes), ejecuciones al mediodía —a menudo dramatizadas como "charadas fatales" recreando mitos, como criminales crucificados y devorados por osos— y combates de gladiadores por la tarde.
Tito inauguró el Coliseo con 100 días de juegos, incluyendo dos naumaquias (batallas navales simuladas) con barcos a escala y criminales condenados luchando en una arena inundada, demostrando el dominio imperial sobre la naturaleza. Emperadores como Próculo transformaban el anfiteatro en bosques artificiales para cacerías de leones, tigres, elefantes y rinocerontes.
Diez cosas que los conquistadores encontraron en América y volvieron locos a los europeos
Cómodo, considerado inestable mentalmente, elevó el uso personal del Coliseo a extremos. Se veía como una reencarnación de Hércules, combatiendo desnudo contra animales debilitados —como decapitar avestruces con flechas especiales y ondear sus cabezas ante el público— y participando en combates gladiatorios rigurosos, aunque posiblemente amañados para su victoria. Mató cientos de bestias y gladiadores, delegando el gobierno en favoritos mientras insultaba a senadores.
Su reinado terminó en 192 d.C. con un asesinato: un intento de envenenamiento seguido de estrangulamiento por el luchador Narciso, no en la arena como en mitos cinematográficos. Estos espectáculos no solo entretenían a las masas —segregadas por clases sociales—, sino que reforzaban la superioridad romana, deshumanizando a participantes como criminales, cristianos primitivos y no ciudadanos.
La apertura del Pasaje de Cómodo, descrita por expertos como de "extraordinaria importancia" por su valor histórico, arquitectónico y decorativo, invita a los visitantes a caminar por los pasos de la élite romana. En un mundo donde el Coliseo atrae millones de turistas anualmente, este túnel no solo enriquece la experiencia, sino que recuerda la complejidad de un imperio fundado en sangre, ingenio y poder absoluto.