Pierre Henry, pionero de la música concreta y figura clave de la música electroacústica, falleció el miércoles pasado a los 89 años, en París. Junto a Pierre Schaeffer y Karlheinz Stockhausen, pertenecía a la élite de los grandes creadores sonoros del siglo XX que transformaron la concepción y la escucha de la música. Formado desde los nueve años en el conservatorio musical de París, se educó en composición con Nadia Boulanger (quizá la profesora de más renombre de la institución) y en armonía con Olivier Messiaen, uno de los grandes compositores del siglo pasado. También estudió piano y percusión con Félix Passeronne, que influiría en forma decisiva en su interés por los sonidos indefinidos y los ruidos, base de la música concreta (que incluye grabación, mezcla, reproducción del sonido, su manipulación y distorsión). En 1949 comenzó a trabajar en el Club d’Essai de la Radio Televisión Francesa (RTF), en el laboratorio electrónico fundado por Pierre Schaeffer, el otro padre de la músique concrète.
Henry y Schaeffer colaboraron en la creación de una de las primeras obras más importantes de la música concreta, Symphonie pour un homme seul, una composición de 1950 que utiliza sonidos del cuerpo humano y la técnica del “piano preparado” (es decir, varios objetos son insertados entre las cuerdas y la caja de resonancia) en veintidós movimientos producidos a partir de platos y mezcladores. Al mismo estudio asistieron también algunos de los compositores de vanguardia más importantes de la época, como Messiaen, Pierre Boulez, Stockhausen, Edgard Varèse (cuyas obras experimentales de 1958 llevarían, con la aparición de los sintetizadores, a la electrónica), Iannis Xenakis o Arthur Honegger. En 1952, Henry escribió la primera pieza de música concreta encargada para un corto comercial (Astrologie ou le miroir de la vie, de Jean Grémillon) y en los siguientes años, como compositor individual y en colaboración con Schaeffer, las primeras piezas para producciones escénicas.
En 1958, a partir de fundar su propio estudio de sonido, conocido como Apsone-Cabasse, Henry comenzó a combinar los experimentos de música concreta con las nuevas técnicas de sonido por medios electrónicos y las tendencias para la creación de música electrónica que se desarrollaban en Alemania, especialmente en los estudios de la Nordwestdeutscher Rundfunk de Colonia. Progresivamente orientado hacia la música electroacústica, que convertirá en un recurso fundamental en la composición musical del siglo, Henry elaboró sofisticados ensamblajes sonoros y musicales, en ocasiones enfáticamente naturalistas. En los años 60 compuso obras de carácter religioso, como Le voyage (1962) o la Messe de Liverpool (1967), un admirable mosaico sonoro inspirado en las misas medievales.
Pierre Henry compuso unas 30 piezas para el cine y el ballet y también experimentó con el rock. Entre sus trabajos más conocidos figura Messe pour le temps présent (1967), en colaboración con el coreógrafo Maurice Béjart, donde se incluye la pieza Psyche Rock, escrita con Michel Colombier. En 1997 esta composición fue remezclada por el DJ británico Fatboy Slim y dos años después fue adaptada para la serie televisiva Futurama.