Acabamos de matar a Federico García Lorca. Yo le metí dos tiros en el culo por maricón". La brutal frase fue pronunciada por uno de los asesinos del poeta la mañana del 18 de agosto de 1936, según recoge en una de sus obras sobre el autor español el hispanista Ian Gibson, cuya investigación ha servido para fijar con mucha probabilidad el lugar en el que están sus restos.
Más de 72 años después de la madrugada en la que el autor de "Romancero Gitano" (1898-1936) fue fusilado junto a otros tres hombres por quienes dieron el golpe de Estado con el que se inició la Guerra Civil española (1936-1939), los restos del poeta granadino podrán ser exhumados de una de las tantas fosas comunes de la represión franquista que aún siguen cerradas en España. Tras una negativa de muchos años, la familia del poeta y dramaturgo de Fuente Vaqueros está dispuesta ahora a permitirlo.
El cambio de actitud llegó después de que las familias de dos de los tres hombres que yacen con él, un maestro y un banderillero, solicitaran la semana pasada la apertura de la fosa al juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón, aprovechando la investigación impulsada por el magistrado sobre las decenas de miles de desaparecidos durante la Guerra Civil y la dictadura franquista (1939-1975). "No lo impediremos.
Aunque nos gustaría que no se hiciera, respetamos los deseos de las otras partes implicadas", afirmó Laura García Lorca, sobrina del poeta, en una entrevista que publicó hoy el diario "El País" y que anticipaba la decisión que la familia confirmó después con un comunicado. "Ni queremos ni podemos oponernos a una decisión judicial, pero queremos dejar clara nuestra posición", dijo la presidenta de la Fundación García Lorca.
El poeta, el maestro Dióscoro Galindo Gonzá lez y los banderilleros Francisco Galadí y Juan Arcolla fueron fusilados y enterrados junto al barranco que hay entre las localidades granadinas de Alfacar y Víznar, un lugar en el que yacen otros miles de asesinados durante la guerra y la dictadura y donde hoy existe un parque memorial de todas las víctimas. Lorca tenía 38 años. Era de izquierdas, republicano y homosexual. Y en sus obras hablaba de los oprimidos, de los débiles, atributos todos rechazados por los llamados "nacionales" de Franco que lo arrestaron y ejecutaron. Según Gibson, los restos podrían estar junto al barranco, bajo un olivo ya famoso, al que durante sus investigaciones lo condujo el enterrador de Lorca y de sus compañeros de muerte.
Hay no obstante otras teorías que apuntan a que se encuentran a 400 metros. "Se ha dado un paso muy importante y ahora habrá que buscar", manifestó hoy Gibson a dpa. "Es uno de los días m s felices de mi vida. Estoy muy feliz, muy feliz, contentísimo", añadió nervioso y agitado en conversación telefónica. Y es que, quizá Gibson sea la persona que más ha batallado por desenterrar a Lorca, una figura a la que ha dedicado prá cticamente toda su vida este hispanista de origen irlandés, que considera al autor "el poeta español m s importante de todos los tiempos".
"Es un símbolo", argumentó el historiador. Y es que Lorca, autor de obras como "Poeta en Nueva York", "Bodas de Sangre" o "Yerma", es una figura internacional, traducido y leído en todo el mundo. Y esa relevancia lo convierte también en símbolo de los miles de asesinados y desaparecidos durante la Guerra Civil y la dictadura de Franco. Las estimaciones cifran las víctimas de la represión en hasta 180.000 y en unas 40.000 las que aún yacen, como el poeta y dramaturgo, en fosas comunes a lo largo y ancho del país. Los familiares de Lorca "han sido muy inteligentes, tal vez magnánimos", dijo Gibson.
La familia se opuso durante años a su exhumación porque podría marcar una diferencia entre los miles de asesinados que yacen en la zona. "Ahora todos descansan en un cementerio común, todos han sido víctimas del mismo salvaje y cruel asesinato. Entendemos que ésa es su tumba definitiva, en ese barranco y en esa compañía. No nos gustaría destacarlo por encima de nadie", explicó su sobrina.
Si finalmente se lleva a cabo la apertura de la fosa, como todo parece indicar, la familia Lorca teme que se convierta "en un espectá culo mediático", teme "al morbo". Una vez abierta, a sus familiares les gustaría que Lorca siguiera allí "y que sea su fama la que sirva para preservar el lugar como el cementerio que es. Así evitaríamos que las demás víctimas cayeran en el olvido", dijo su sobrina, aunque admitió otras posibilidades: "Llevarlo a Nueva York con su padre, a Madrid, con su madre y sus hermanas, a la huerta de San Vicente. Esparcir sus cenizas en varios lugares en los que vivió...". Ahora sólo cabe esperar la autorización de Garzón para abrir la fosa. Una vez se dé con los restos de Lorca, el mundo tendrá ya un lugar al que acudir para recordar al que no sólo Gibson califica como "el mayor poeta español".
Fuente: DPA