El primer viernes de noviembre se presentó en el barrio de la Boca el inicio de la obra que recupera un viejo edificio sobre la Avenida Don Pedro de Mendoza 1987 y que fue adquirido por la empresa de logística Andreani para la nueva sede de su Fundación.
El edificio contará con una superficie de mil metros cuadrados en cuatro plantas con salas de exposiciones, auditorio, salón de usos múltiples terraza y bar, pensados para convertir al espacio en un nuevo polo cultural abierto a la comunidad. Además, la nueva sede albergará la colección de arte integrada por obras que participaron en las distintas ediciones de los premios organizados por la Fundación.
La construcción, hecha originalmente a fines del siglo XIX, es propiedad de la empresa desde el año 2000, pero los proyectos para su recuperación se aplazaron en diversas oportunidades por motivos relacionados con los vaivenes de la economía argentina.
"Hicimos una convocatoria de distintos profesionales, pero dada la situación de crisis que se presentó después el proyecto quedó en stand by", señala en diálogo con PERFIL el arquitecto Carlos Santa Cruz, titular del área de proyectos arquitectónicos en Andreani.
"Durante varios años estuvimos analizando otras posibilidades: hacerlo nosotros, hacerlo con arquitectos locales, hacer un proyecto de reciclaje dejando el edificio tal como estaba, y en todas esas alternativas la constante siempre era Clorindo Testa, siempre estaba en la lista como referente potencial a tener en cuenta".
El proyecto fue terminado pero demoró en concretarse. Clorindo Testa falleció en 2012 aunque dejó todos los planos y renders preparados para llevarlos a la realidad, obra que le fue confiada a un equipo conformado por jóvenes que fueron sus socios con la idea de que se realice en forma fiel al espíritu del famoso arquitecto.
La ubicación estratégica del inmueble en pleno Distrito de las Artes permitió a la empresa acceder a un préstamo del Banco Ciudad para comenzar las obras. Al día de hoy, se estima que el costo total de los trabajos será de entre 50 y 70 millones de pesos.
Historia
Antes de quedar deshabitado, en la planta baja del edificio funcionaron un restaurante y una empresa de mudanzas, en tanto que el fondo y el piso superior eran uno más de los tantos conventillos del barrio.
Con el correr de los años, el lugar sufrió alteraciones y algunos artistas también tuvieron su taller en el lugar.
Testa consideró que a raíz del gran número de modificaciones de las que fue objeto la construcción original el valor histórico era escaso, por lo que decidió rescatar la fachada y alguna huella que remitiera a los inicios del edificio.
Arqueología urbana
En cuanto al solar, se le encargó un relevamiento arqueológico al doctor Marcelo Weissel quien comenzó una investigación en el año 2002.
"Estuvimos excavando en un contexto que es una vieja rivera del Riachuelo y más específicamente en un astillero", explica Weissel a PERFIL.COM.
"Los restos encontrados tienen que ver con labores de astillero, carpintero de rivera, calafateros, había pequeña fundición, es decir todo lo que se relaciona con el trabajo de los navegantes".
Todo lo que se encontró está en proceso de ser catalogado, en cumplimiento de la ley de Patrimonio Arqueológico de la Ciudad.
"Hay una colección científica. Es impresionante la cantidad de maderas que tenemos. Al ser un astillero está lleno de astillas de madera y a partir de ellas podemos reconstruir las rutas de navegación que llegaban hasta la Boca desde el Paraguay, desde Chaco, desde Brasil, o por ejemplo con la madera utilizada en los conventillos que venían por el Cabo de Hornos desde el Pacífico Norte, desde el Canadá, de California, es decir todo lo que era el viejo puerto del Riachuelo" destaca Weissel.
Programas
En tanto, la presidenta de la Fundación, María Rosa Andreani, manifestó su entusiasmo ante la nueva obra.
"Los tres ejes sobre los que trabajamos, que son la cultura, la educación y la solidaridad, no van a cambiar, pero con el nuevo edificio seguramente van a surgir nuevas cosas", explicó a este medio.
Desde hace 30 años la Fundación Andreani otorga un premio a las artes visuales que incentiva y promueve al arte argentino contemporáneo.
Actualmente se exhibe parte de la colección en un amplio local que se encuentra junto a la obra de lo que será la nueva sede. Se estima que el edificio estará terminado en diciembre de 2019.