El contrato que unía a Blanquiceleste SA con Racing quedó sin efecto hoy al decretarse la quiebra de la empresa, lo que permitirá al interventor Héctor García Cuerva y el órgano fiduciario del club decidir libremente sobre el futuro del plantel y el cuerpo técnico "académicos".
El quebranto de Blanquiceleste fue resuelto por el Juzgado Comercial N° 20, Secretaría N° 39, de la Capital Federal, a raíz de distintas denuncias radicadas el año pasado, y permitió que se hiciera pública la decisión de dar salida del club a la gerenciadora que ya el viernes había tomado el juez que entiende en la quiebra de Racing, Enrique Gorostegui.
De esta manera, todos los contratos de la sociedad anónima quedaron sin efecto, por lo que además de su vinculo con el club podrían ser declaradas nulas las ventas de tres jugadores (Matías Sánchez, Gabriel Mercado y Santiago Malano) que vienen integrando el plantel "académico".
Tales operaciones no fueron autorizadas por el juez ni el órgano fiduciario, por lo que el interventor García Cuerva buscará y tal vez podrá conseguir en un futuro cercano su anulación.
Pero no todas son buenas para Racing, que ahora deberá afrontar seguramente con dinero propio las múltiples deudas de Blanquiceleste con proveedores y jugadores. En este sentido, varios futbolistas, como por ejemplo Facundo Sava, tendrían por cobrar un importante monto, ya que no les pagaron al parecer absolutamente nada en lo que va del año.
Si bien por esta medida Racing termina de recobrar la figura de "Asociación Civil", el clubseguirá sin poder tener plena autonomía como tal, ya que mientras no logre levantar su propia quiebra el interventor -o bien la Comisión Directiva que surja de la elección que se realizaría a comienzos del año próximo- deberá seguir consensuando sus decisiones con el órgano fiduciario.
Por lo pronto, la conducción de la entidad tendrá que abocarse no sólo a conformar un plantel para no sufrir con la amenaza del descenso como en esta última temporada, sino también a tapar los "huecos" dejados por Blanquiceleste y conseguir que la gerenciadora le pague los 18 millones de pesos que según García Cuerva le quedó debiendo. ¿Podrá con tanto?