La dirigencia de Boca se abstendrá siquiera de hacer la menor insinuación pero hay expectativa de que el técnico Carlos Ischia adelante su salida del club tras la derrota ante Racing por 3-0.
Cuando el final de su ciclo en Boca estaba marcado, Ischia anunció públicamente que continuaba hasta el 30 de junio con la expectativa de "ganar los 12 puntos" que quedaban en juego. Sorteó bien la primera afrenta con un 3-0 sobre San Martín en La Bombonera pero recibió el domingo último en el Cilindro el golpe que le impedirá su objetivo consuelo.
Sin nada que jugar y con la resignación a cuestas, y con la salida de Ischia en dos semanas, la dirigencia xeneize no hará pedidos ni a Ischia ni a Carlos Bianchi, el manager, para que persuada a su amigo para que adelante la partida.
Asimismo, cierto sector de la dirigencia admite por lo bajo que preferiría que Ischia decida per se irse antes de tiempo, aunque lo ven difícil, con el antecedente reciente cuando se negó a renunciar y la dirigencia tuvo que armar una rescisión de contrato a gusto del entrenador.
Entienden que liberaría en mayor medida a Bianchi y Basile para puedan ir definiendo lo antes posible lo que quedará y lo que debe incorporar el plantel. Bianchi hizo una estrategia antes de reunirse con Alfio Basile tratando de evitar la menor herida posible a Ischia. Defensor acérrimo del respeto a los contratos y a las reglas de urbanidad en las relaciones personales, Bianchi -aseguran en Boca- no aceptará seducir a Ischia para que arme sus petates antes de tiempo.
Por ello aguardan un gesto de Ischia, quien tiene la llave para la puerta de salida.
Fuente: DyN.