Cuando asumimos la conducción del club junto a Marcelo, en 2012, en medio de la mayor crisis institucional y deportiva de la historia de San Lorenzo, los cuervos y cuervas teníamos dos grandes sueños: ganar la Copa Libertadores y Volver a Boedo. Pudimos cumplir el primero en 2014. Y después de muchísimo trabajo recuperamos las tierras en Avenida La Plata, que habíamos perdido durante la última dictadura.
Creo que se trata del logro institucional más importante de nuestra historia. Desde lo emocional, porque vamos a volver al lugar donde iban nuestros padres y abuelos y porque fuimos protagonistas de una gesta impresionante y maravillosa. Y desde lo racional, por el valor de recuperar 28.000 m2 en el corazón de la Ciudad, que nos posicionan como uno de los clubes con mayor patrimonio en el continente.
La Vuelta a Boedo fue siempre una causa noble, que se transmite entre generaciones y nos enamoró incluso a quienes no pudimos conocer el Viejo Gasómetro. Fui a las primeras marchas, como hincha, cuando éramos pocos. Ya como presidente, trabajamos codo a codo, oficialismo y oposición, para lograr la Ley de Restitución Histórica que aprobó la Legislatura por unanimidad en 2012. A partir de entonces, fueron infinidad de reuniones, duras negociaciones, hasta firmar el boleto de compraventa, con el aporte de miles de socias y socios refundadores, quienes pusieron su dinero movidos por su compromiso, por el amor al club, sin pedir nada a a cambio y por la confianza en que íbamos a trabajar sin descanso para lograrlo.
Sabemos que algunos vecinos del barrio de Boedo están preocupados por el regreso del estadio. Entendemos la preocupación, por eso hemos trabajado junto a uno de los estudios de arquitectura más prestigiosos del país en el diseño de un masterplan. No queremos solo una cancha de fútbol sino un club que albergue otros usos, como jardín de infantes, escuela primaria y secundaria, biblioteca, museo, comercios y un establecimiento de la Policía de la Ciudad. Vamos a llevar seguridad, deporte, espacios de esparcimiento y familia a un barrio que hoy lo necesita.
Dimos el paso más importante pero todavía queda un largo camino. Seguimos trabajando por la rezonificación en la Legislatura. Y sabemos que la coyuntura económica del país no es la ideal para emprender una tarea de esta magnitud cotizada en dólares, pero estamos convencidos de que vamos a conseguir el financiamiento para poder construir el nuevo estadio. Porque la vuelta a Boedo es el reflejo de que, cuando trabajamos todos juntos, sin mezquindades, con un objetivo en común superior a todos nosotros, no existen utopías.
