Gracias a un gol en contra, el Real Madrid le ganó 1-0 como local al Steaua de Bucarest, por lo que se aseguró el pase a los octavos de final, de la Liga de Campeones de Europa.
En un partido malo, los “Merengues” alcanzaron un resultado positivo por una jugada desafortunada en el segundo tiempo, cuando el defensor Nicolita intentó pasarle la pelota a su arquero, Cernea, quien no estaba debajo de los tres palos.
Los madrileños no contaron con el goleador brasileño, Ronaldo, quien al final se quedó en el banco de los suplentes por dolores en el cuello, por lo que el equipo fue el mismo de las últimas fechas.
De acuerdo a la agencia DPA, el encuentro fue malo, mientras que lo poco interesante lo hizo Robinho por su banda izquierda, aunque tampoco aportó jugadas decisivas.
Acompañado por más de 20.000 rumanos –muchos residentes en España-, el Steaua de Bucarest terminó la primera parte con más ocasiones que el Real Madrid, pero nunca tuvo la puntería necesaria para abrir el marcador.
En el complemento entró David Beckham por Diarra. El inglés generó más juego, mientras que el entrenador, Fabio Capello, plantó a su equipo de forma más ambiciosa. Así vinieron los minutos de mejor fútbol del Madrid.
Sin embargo, la jugada decisiva no llegó por méritos blancos, sino por la intervención definitiva del azar. Nicolita no miró y envió la pelota al fondo de su propio arco. Después del error, el rumano se puso a llorar: el partido estaba sentenciado a favor del Real.
Más tarde, después de un penal cometido por Cernea sobre Van Nistelrooy, éste lo mandó afuera e inmediatamente fue sustituido por Ronaldo, quien se llevó la ovación de la noche, aunque luego no hizo demasiado: 1-0 para el Madrid, que ya está en la siguiente fase.