DEPORTES
Con Grondona no pasaba

Escándalo en San Pablo | Argentina debe (y merece) perder los puntos

Qué pasó, exactamente, en Brasil, por qué la AFA omitió información y la Selección Argentina deberá perder los puntos. Lo cuenta el periodista de PERFIL desde San Pablo.

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- | afp

La Selección Argentina debe perder los puntos del partido ‘suspendido’ este domingo 5 de septiembre, en San Pablo, ante Brasil porque la ilegalidad que cometió no tiene sustento documental para defender la realización de un nuevo partido. Tiene que perderlos porque retiró su equipo de la cancha. Y merece perderlos porque las ‘avivadas’, a esta altura de la historia, ya no cuentan. Argentina, como casi siempre, hizo todo mal, intentó imponer su gusto y moverse a sus anchas cuando no le correspondía, fuera de sus fronteras.

No es tan compleja la situación como intentaron pasarla a la gente algunos Titis, argentos semi-analfabetos, que por incapacidades de entendimiento racional y abanderamiento político llegaron a decir barbaridades opuestas a la realidad. La Ley Sanitaria brasileña dispone, en la actualidad, que aquellos ciudadanos extranjeros o brasileños que ingresen al país y que en los 14 días anteriores hubiesen estado en Reino Unido, Irlanda del Norte, Sudáfrica o India, precisan hacer una estricta cuarentena de por lo menos diez días.

Cuatro jugadores argentinos (Cristian ‘Cuti’ Romero, Emiliano Martínez, Emiliano Buendía y Giovanni Lo Celso), convocados para este cotejo, habían partido desde Inglaterra una semana antes. De nada valía que llegasen procedentes de Venezuela donde la Selección jugó el jueves 2 de septiembre, también por las Eliminatorias: si querían realizar alguna actividad en Brasil, debían someterse inexorablemente a dicha cuarentena. Sin discusión. La Ley es para todos.

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Pero esa –ponerlos en cancha cuando debían estar aislados– no es la única ilegalidad en la que se incurrió. La segunda fue anterior, cuando los cuatro futbolistas, orientados por el funcionario de AFA Fernando Ariel Batista, un ‘pichi’ que respondió al pedido de alguien de más arriba, mintieron en la Declaración Jurada que firmaron al ingresar a Brasil. La Declaración Jurada es semejante a la que también se debe llenar  para ingresar a la Argentina. El viajero jura entregar datos verdaderos, no pueden ser falsos bajo pena de multa y procesos legales que, inclusive, pueden terminar hasta en cárcel. La pandemia mata y precisa ser respetada. Hasta por nosotros, los argentinos, seres superiores... al menos en nuestra perturbada idiosincrasia.

La Declaración Jurada existe no solo por la ampliación de informaciones del viajero, datos recientes que no constan en los pasaportes; también porque los ciudadanos de países limítrofes podemos ingresar con DNI, donde no están sellados los destinos anteriores. Esto, ingresar con DNI, exime a las autoridades brasileñas de migración de alertar a las autoridades sanitarias del origen primario de cualquier persona que ingrese por la vía que fuere al territorio brasileño. Pasa a valer en la actualidad y mientras dure la pandemia la Declaración Jurada donde mentir es crimen. Y los cuatro argentinos en cuestión mintieron.

Por otro lado, las autoridades de migración, las sanitarias y la policía federal no tienen por qué saber dónde juegan futbolistas de otras nacionalidades (ni siquiera de los propios compatriotas). Mucho menos si jugaron en Reino Unido tres, diez o treinta días antes. No cabe a ellos ese chequeo de cada persona que pasa por aduana. La Declaración Jurada resuelve ese problema. Lo mismo ocurre hoy en Argentina donde hay cerca de diez mil personas procesadas por este delito; por lo que nadie aquí debe sorprenderse. Además, hay una pregunta clara y concreta, en el formulario, donde se debe responder ‘si’ o ‘no’ si en los 14 días anteriores se estuvo en cualquiera de esos cuatro países ya mencionados...

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Empeorando las cosas

Después de mentir para ingresar a Brasil, los cuatro jugadores, el viernes fueron al hotel con el resto de la delegación... Mientras, por el antecedente de jugadores argentinos (de Independiente) que meses atrás, por Copa Sudamericana, intentaron violar la Ley Sanitaria brasileña ingresando en Salvador de Bahía una docena de futbolistas con PCR positivo (no jugaron, fueron deportados), ANVISA que es quien fiscaliza la salud de los brasileños bajo la tutela del respectivo Ministerio, revisó las Declaraciones Juradas y encontró las falsedades narradas.

Hubo buena voluntad de parte de Brasil para resolver el tema sin perjudicar a la Argentina, pese a que Tite, entrenador de Brasil, encararía el partido sin ningún jugador brasileño actualmente en el Reino Unido (dos más, seis: Gabriel Jesús, Firmino, Allison, Richarlison, Fabinho y Ederson); esto porque al regresar al terruño de la Reina Isabel deberían hacer cuarentena: mal entendido principio de reciprocidad...

El sábado 4, después del almuerzo, se reunieron en el hotel representantes de la vigilancia de San Pablo, del Ministerio de Salud de Brasil, de ANVISA, de la Confederación Brasileña de Fútbol, de la delegación argentina y de la inconveniente CONMEBOL, que aquí pita poco porque no pasa de ser solo quien ejecuta la organización del partido, pero el partido es de FIFA y por lo tanto será FIFA quien sancione...

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En esta reunión se combinó entre todas las partes que los cuatro jugadores en cuestión (dos del Tottenham, Giovanni Lo Celso y Cristian Romero, y dos del Aston Villa, Emiliano Martínez y Emiliano Buendía) no entrenarían esa tarde, respetarían cuarentena en el hotel, mientras se pedía a Brasilia una autorización de excepcionalidad para que jueguen el partido. Esa autorización debía ser firmada, antes del match, por tres autoridades: Casa Civil en representación del Presidente de la República, Ministerio de Salud y ANVISA. Solo que... mientras comenzaba a tramitarse tal excepcionalidad, los cuatro argentinos fueron a entrenar con el resto de la delegación, rompiendo así el reciente acuerdo. Allí se paró el pedido de excepcionalidad y se decidió no deportar a los jugadores en forma inmediata para evitar escándalo, pero se ratificó que no podían salir del hotel.

A propósito de esta excepcionalidad, la Casa Civil, respondió textualmente: "Pode ter havido consultas feitas durante o feriado, período em que os servidores e a equipe da Casa Civil encontram—se em feriado prolongado em virtude do 7 de setembro. Mas nunca houve nenhuma resposta ou manifestação de resposta, inclusive por esse motivo, que ultrapassassem as atribuições dos órgãos sanitários de regulação, que são independentes. O que importa não são textos de solicitação porventura enviados. O que importa, para todos os efeitos práticos, são as respostas. E nunca houve respostas da Casa Civil da Presidência da República que pudessem estar em dissonância com as determinações sanitárias da Anvisa". ¿Le traduzco? Refugiados en que era feriado largo (Día de la Independencia), la Casa Civil respondió que no hubo gestión formal y oficial y por tanto no hubo respuesta y mucho menos tal autorización. Entonces había y hay delito.

Paralelamente a esto, el técnico argentino, que más allá de su cerebro de mosquito no tiene autoridad para decidir por AFA, dijo “o juegan ellos o no juega nadie” y siguió su vida como si nada sucediese. La AFA de Claudio ‘Chiqui’ Tapia omitió imponer su autoridad y decirle a Lionel Scaloni que hiciera lo mismo que su colega rival, Tite, que excluyera a los ‘ingleses’, en su caso ya ‘ilegales’, porque esa era la situación de los cuatro jugadores citados. La AFA, ya se sabe, está sin comando, sin rumbo y la Selección cree que es dueña de todo, incluyendo cualquier verdad y razón. Ganar la Copa América fue lo peor que pudo haber pasado a nuestras ínfulas atávicas.

La muerte del fútbol | Sin chances de redención | (13ª entrega)

El domingo 5, media hora antes de jugarse el partido, las autoridades de ANVISA fueron al estadio del club Corinthians, para anticiparse a lo que luego pasaría. Advertir que los cuatro jugadores no podían participar del cotejo, que debían volver al hotel, caso estuviesen allí. Scaloni no solo escaló a tres como titulares y mandó Emiliano Buendía a la tribuna –no estuvo siquiera en el banco de suplentes–, sino que aumentó la gravedad del crimen que se estaba cometiendo, cerrándole la puerta en la cara a las autoridades sanitarias brasileñas, inclusive con algún mal modo, bien nuestro.

Así las cosas, los inspectores de ANVISA esperaron que comenzara el partido, chequearon la información para confirmar si alguno de los ‘prohibidos’ estaba en cancha, y cuando vieron que tres de ellos ya pateaban la pelotita, intervinieron. Cumplieron con su deber y con la Ley. La lamentable representación de AFA en San Pablo esgrimió los PCR negativos de los jugadores, como si ese fuese el salvoconducto. Los PCR solo sirven para salir de un país, para embarcar, no para desembarcar. No hubo acuerdo, porque la excepcionalidad nunca se gestionó después que los brasileños vieran cómo los argentinos rompían el acuerdo haciendo entrenar a quienes debían estar en cuarentena.

A todo esto, Lionel Scaloni, en vez de sustituir a los tres jugadores y seguir el partido (serían llevados al hotel o al aeropuerto) ratificó su voz de patrón de nada y retiró al equipo de la cancha. ¿Qué dice o dirá exactamente el informe del árbitro venezolano, Jesús Valenzuela Sáez?

La muerte del fútbol | Gatillo fácil (14ª entrega)

No se sabe, pero está claro que aunque intente disimular la culpabilidad argentina –¿Lo están presionando?–, ésta no escapará a las autoridades de la FIFA, que es otro circo abominable, pero como su titular Gianni Infantino está enfrentado al lamentable presidente de la CONMEBOL, el paraguayo Alejandro Domínguez, porque este quiere su silla, no escuchará a esta sospechosa organización.

Desde donde el ex jugador y ahora dirigente argentino Gonzalo ‘Pejerrey’ Belloso ya el sábado estaba diciendo el absurdo de que si no podían jugar los cuatro argentinos se le sacarían los puntos a Brasil. ¿Por qué? ¿Lo decía para darle coraje al mediocre Scaloni a salir con sus once elegidos? ¿Quería fuerza máxima nacional o pretendía que estallara el escándalo que estalló intentando algún rédito personal, porque él aspira a ser presidente de la CONMEBOL? Solo él lo sabe. Si lo sabe. Es gente tan lastimosa que ni en sus propios pensamientos confían. Y bien que hacen.

La muerte del fútbol | Elixir de sobrevida (21ª entrega)

El mismo domingo a la noche después de prestar declaración en el aeropuerto de Guarulhos, los cuatro jugadores pudieron embarcar rumbo a la Argentina. Hecho que, una vez más, demuestra la buena voluntad de los brasileños porque pudieron retenerlos por lo menos por seis días más, por cuarentena. O procesarlos, como correspondía. El eficiente cónsul argentino en San Pablo, Carlos García Baltar, firmó un término de responsabilidad y los futbolistas fueron liberados para viajar a Buenos Aires donde ahora enfrentarán a Bolivia. La sacaron barata. Por ahora. ¿El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli? Bien gracias.

No existe un solo argumento por el cual este partido debiese disputarse nuevamente, aunque la Argentina intentará ampararse en el artículo 5º de FIFA que habla de causa de ‘fuerza mayor’, algo que seguramente será desestimado porque no fue la pandemia la que paró el partido: lo suspendió la ilegalidad en la que incurrió repetidas veces la delegación nacional. Tampoco existe la más mínima chance de que Argentina no pierda los puntos, aunque la AFA, sustentando el negocio de algunos abogadejos conocidos en el medio y ya citados en anteriores columnas, llevará el caso al TAS, el Tribunal Deportivo que funciona en Suiza.

Solo que cuando este se expida las Eliminatorias ya habrán concluido, la Argentina seguramente estará clasificada con esos puntos o sin estos puntos, para el Mundial de Qatar y todo quedará en una multa de 10 mil francos suizos que es la pena que reglamentariamente aplicará FIFA. Por letra escrita también podría excluir a la Argentina de las Eliminatorias; pero eso no sucederá. Se sabe que Lionel Messi tiene que jugar, sí o sí, para el bien de Qatar, de FIFA y del maltratado fútbol, su último mundial...

De todo este mamarracho argento, que avergüenza una vez más, surgen apenas tres conclusiones. La primera, no cambiamos más; somos lo que somos porque somos ‘así’. La tijera que nos cortó rasgó el molde en algún lugar. La segunda, que si en Venezuela existe protocolo sanitario semejante y los argentinos igualmente mintieron –sería obvio–, también se perderían los puntos de ese partido. Y la tercera y más cantada, que si en AFA estuviese al frente Julio Grondona, nada de todo esto hubiese ocurrido. El hombre del ‘todo pasa’ hubiese resuelto las cosas como las resolvió siempre, a favor de la Argentina...

*Periodista argentino, creador de la revista Solo Fútbol y ex director asociado de Diario Perfil, primera época, radicado en Brasil.