DEPORTES
Análisis

La muerte del fútbol | Sobredosis (26ª entrega)

No es cierto que se cancelaron las Olimpíadas de Tokio; habrá Juegos como habrá Eurocopa y –claro– Copa América en la Argentina. Lo que no hay en el país es torneo local... Pero sí Copa Libertadores. ¿Difícil de entender? Quien paga, manda y quien quiere, obedece.

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FOOTBALL | AGENCIA SHUTERSTOCK

 “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud...”, dicen que dijo el Don Juan Tenorio del vallisoletano José Zorrilla, aunque en ninguna de las páginas esté esa frase en boca de cualquiera de sus personajes. Pero no son esos muertos del lejano 1844 y la entonces también distante Sevilla los que aquí viven bien vivitos. Y tampoco son exactamente del ambiente futbolero ni pertenecen a estas pampas. Son olímpicos. Créase o no, Tokio no tomó la decisión que debía asumir y ‘aparentemente’ había resuelto una semana atrás, la de cancelar –nuevamente– los Juegos que todavía se llaman ‘2020’ aunque estemos en el 2021.

En la entrega anterior las autoridades de la tierra del sol naciente fueron aplaudidas por una decisión que nunca tomaron, quedó frenada puertas adentro del antiguo palacio imperial o en alguna ceremonia de té entre cultas geishas. Nunca se hizo pública y su stop responde, cuando no, al tema económico ese que torna a la televisión, siempre el principal aportante, en rey todopoderoso de la vida y del deporte. Se entiende pero no se acepta. La excusa para volver atrás en la confidencial decisión y seguir adelante con las Olimpíadas, no es zen, es estresante.

Ocurre que la OMS (Organización Mundial de la Salud), la misma que no se lució en ningún momento de esta renovable pandemia de mil cepas pero hoy digita los humores del planeta, ratificó una vez más lo que viene sosteniendo desde mediados de febrero: que no se cancelen los Juegos por el COVID-19, ellos confían en las autoridades japonesas. Está claro, entonces, que lo anunciado en la columna anterior fue un entusiasta apresuramiento de una noticia no oficial que jamás vino a público y, así, se transformó en auténtica fake news (mejor usar el bozal anti-primicia de la prudencia, en aras de un servicio informativo más serio).

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La muerte del fútbol | Un pegajoso matrimonio con la TV que aburre (23ª entrega)

La ansiedad periodística siempre tiene 18 años aunque el cronista tenga 70 y sepa que, a veces, querer llegar primero te reserva el último lugar. Fue el caso. Negarlo sería necio y reconocerlo es un buen recomienzo aunque hoy las noticias de cualquier índole son como siempre fueron las de ‘la chica del tiempo’, inexactas; a veces se condicen con la naturaleza y a veces no, cada uno cree el sol y la lluvia que más se ajuste a sus deseos y necesidades. Cierto es que la realidad olímpico-nipona es otra, seguimos como antes: habrá Juegos Olímpicos. Entonces, sonrojadas disculpas.

Si la OMS da carta blanca y firma el okey para que ‘gane el mejor’, las compañías de seguros no debiesen pagar nada si, por caso y acaso, Tokio o el Comité Olímpico Internacional suspenden, por segunda vez, su realización. Y lo inverso también es válido: solamente pagan si la OMS decreta lo contrario, pide su suspensión, así como sería litigante si solo ‘recomienda’ la cancelación. Un juego de poder, en el fondo económico, donde generalmente gana quien tiene la chequera más larga...

Todos los números que se detallaron en el texto anterior son reales y fueron los evaluados por el COI y las autoridades niponas, pero resulta demasiado coincidente que la OMS piense como la TV y diga que puede jugarse... También sorprende que Japón haga “una de argentinos” y calque los ‘ideales’ sanitarios de la CONMEBOL y del gobierno nacional con la imparable Copa América. Pan y circo. Virus y negación. Bien dice el refrán: “Quien bien tiene y mal escoge, del mal que le venga no se enoje”.

La muerte del fútbol | El comienzo del fin (19ª entrega)

Japón está en su cuarta onda viral, las curvas infecciosas observan los picos más altos ya contabilizados en el país del Sumo, la economía se contrajo un 1,3% en el primer trimestre de este año, subrayando su actual recesión que muestra el consumo estancado, en medio de un estado de emergencia que fue prolongado y donde la campaña de vacunación es lenta, tanto que la tasa de mortalidad por coronavirus aumentó, más la OMS sostiene que ‘se puede’...

Diferente a lo dicho una semana atrás, nadie cabal en la corte del Trono del Crisantemo escuchó al 83% de la población que quiere que se cancelen o aplacen las Olimpíadas, ni el propio emperador Naruhito parece haber leído la carta que la asociación médica escribió solicitando su postergación por las dificultades que tendrán para atender a los competidores y demostrando cuánto esa prioridad los distraerá del atendimiento a los ciudadanos comunes... “Posiblemente hoy se esté en una situación más compleja que el año pasado cuando se tomó la medida correcta de aplazar las competencias un año”, coinciden en opinar los japoneses que se confinan en sus típicas minkas o más lujosas jukatu.

No obstante, aun así y pese a todo, el portavoz del COI, Michael Ryan, repitió que "la cuestión no es saber si tendremos o no Juegos Olímpicos, sino saber cómo gestionar los riesgos individuales en ese marco". Más o menos como decir que “lo importante no es saber si habrá tiroteo, lo importante es saber esquivar las balas”. Tan absurdo que parece plagio de alguna extravagante idea de este lado sur del mundo. Alguien tiene que avisarle a Míster Ryan & Cia que el planeta no será peor si se suspenden los Juegos, ni tampoco mejor porque ocurran; nada los justifica en esta coyuntura.

La muerte del fútbol | Atrapados sin salida (24ª entrega)

Es inentendible que, aun cuando se disputen sin público extranjero, con aforo limitado para los tokiotas en todos los estadios, y se tomen las medidas pertinentes, no se admita que la situación epidemiológica afectará la calidad de los Juegos Olímpicos. Las delegaciones tendrán ausencias, faltarán atletas, otros no habrán entrenado debidamente y el ambiente no será el propicio para registrar records que en situación normal seguramente caerían como caen siempre. Pero que la jabalina vuele más cerca o las garrochas no lleguen a las alturas posibles, no interesa aunque esa sea la esencia de las Olimpíadas. Total serán filmados de cualquier manera y “apropicuense”, diría el inolvidable Minguito Tinguitella, eso sí importa porque de allí emana la “guita grossa”. También la de la Copa América. “¡Sí señó!

Los Juegos Olímpicos modernos, que no son los de la Antigua Grecia, comenzaron con un espíritu tan amateur que apenas cuatro décadas atrás se archivaron los ideales del barón Pierre de Coubertain y se cerraron los ojos al profesionalismo explícito. Y no solo en el fútbol, donde se aceptan tres jugadores con más de 23 años, declaradamente súper-rentados y a los restantes juveniles blandiendo sus contratos.

En casi todos los demás deportes la actual exigencia de máxima obligó a profesionalizar su elite. Básquet y tenis a la cabeza, los más rentados. Y aunque siempre hubo casos maquillados y algunos cuestionablemente sancionados, el tenis olímpico fue el primero que aceptó las estrellas millonarias de la ATP y WTA (Seúl 1988) y el básquet el segundo, para no perderse los muchachos de la NBA que dan rating como pocos (Barcelona 1992). A partir de allí, el desmadre con doping y demás yerbas fue un ticket de ida sin vuelta.

La muerte del fútbol | Maldita TV (22ª entrega)

Y ahora Tokio, avanzando como si no fuesen pacientes orientales y Argentina, agravando su problema al absorber –por ahora– la mitad de la Copa América que era de Colombia y su desastre social le clavó el freno, mientras Chile, Venezuela y Ecuador quieren anotarse en esta propuesta deportivo-necrológica, muestran que casi nunca se vuelve al pasado. El caso argentino es peor por dos razones, una que no cuenta con los recursos para tomar las medidas sanitarias que a lo mejor Japón si puede ejecutar; y dos, por las contradicciones en que se incurre constantemente, como en estos días en que no pueden jugar ‘aquí’ Colón vs Talleres y Racing vs Boca por el torneo local pero sí pueden jugar Talleres, Racing y Boca por las copas de la CONMEBOL. Quien paga, manda y quien quiere, obedece.

Este inesperado impasse copero-colombiano sirvió para desnudar otro absurdo de nuestro fútbol. Si Argentina se queda con toda la bomba de tiempo que puede ser la Copa América, posiblemente se utilice la cancha de Estudiantes de La Plata, ciudad que posee un estadio único levantado en gran parte para circunstancias como esta. Sin embargo, por las luces Leds y las conectividad de internet, según CONMEBOL, seria priorizado el ‘Jorge Hirschi’ del club ‘Pincharrata’.

Primero, la iluminación del estadio único que este año solo se usó dos veces en partidos de Copa Argentina –siguen sumándose absurdos– es más que suficiente; y segundo, la conectividad, si fuese tan importante y fuera realmente necesaria, se soluciona en 24 horas, con mínimos recursos cuando comparados a todo el dinero que se va a regalar a los organizadores y una pizca de buena voluntad. Sin dudas, también allí se esconden otros intereses. El propio asombro no para de asombrarse...

La muerte del fútbol | Elixir de sobrevida (21ª entrega)

Nada bueno para imitar, mientras en algunos lugares se las ingenian para mejorar el estado de las cosas durante la pandemia, independientemente de la TV y el fútbol. ¿Ejemplos? Francia –nunca morí de amores por ellos– a pesar de sus revoltosos ‘chalecos amarillos’, entrega un subsidio de 300 euros a todo joven de 18 años para uso exclusivo en tickets de teatro, cines y museos y para compra de libros; en tanto Portugal –los amo más que a otros– habilitó a sus bibliotecas para distribuir libros gratis a domicilio. Esas son las ideas que deben plagiarse.

Como se ve, no es apenas el naufragante fútbol profesional el que tiene problemas, ni el boxeo que ya no flota, se hunden todos los deportes en el mar del dinero, así como intoxican las sobredosis de remedios que salvan, y a veces matan más que la propia enfermedad. Acompaño desde siempre a la automovilística F1, que supe cubrir en tiempos de Carlos ‘Lole’ Reutemann, y veo algo semejante, ese oxímoron que puede resumirse en ‘la decadencia del progreso’.

Los pilotos hoy son coadyuvantes cuasi robotizados, de mínima injerencia porque la telemetría resuelve antes, en las clasificaciones, la velocidad de los pit-stop decide durante la propia carrera y los compuestos de los neumáticos después, a la hora de definir el ganador; sí, los cálculos de los ingenieros parecen más importantes y decisivos que las habilidades de cualquier Juan Manuel Fangio, Michael Schumacher, Ayrton Senna o Lewis Hamilton.

La muerte del fútbol | Sin chances de redención | (13ª entrega)

Se perdió la gracia del que era un deporte apasionante porque, de verdad, se corría a vida o muerte y no solo de podios, marcas y admiradoras. El hechizo de la riesgosa velocidad se diluye como el encanto que están perdiendo las antiguas Copa América y las espectaculares Olimpíadas a las que, en 2004, le dediqué una trilogía –en portugués– de más de mil páginas.  Citius, tomo I, Altius, tomo II y Fortius, tomo III. El lema “más rápido, más alto, más fuerte”, ahora parece describir su caída y Japón ayudará en ese cometido. Así el fútbol no estará solo en el cementerio de las quimeras que no supimos alimentar.

Ambos eventos, JJ.OO. y Copa América ocurrirán en fechas parecidas y aunque para ellas falten cada vez menos días, todavía restan bastantes horas, por lo que todo puede revocarse, anularse, cancelarse, cambiarse o no... nada, como posiblemente ocurra. Porque los dólares mandan, ellos son la poderosa voz de la televisión y, por tanto, de las decisiones finales. Alejandro Dumas parece haber escrito en vano que “no estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo”. Y en un mal amo de los deportes se convirtió con autorización escrita de la casta dirigente, esa que no debiese atravesar las puertas del cielo aunque, seguramente, sus popes ya tienen copia dorada de las llaves de San Pedro...

Más, antes de que larguen todos ellos allá lejos y aquí cerca, en el medio del camino comenzará la Eurocopa de Selecciones queriendo pasar un mensaje veraniego de que todo mejoró, que los peligros son ajenos y los riesgos ya pasaron. La pandemia, en Europa, parece mejorar porque todas sus naciones están por debajo del pico máximo, pero no es para tanto, el champagne aún no está lo suficientemente frio para el sabrage: el Viejo Mundo continúa con medio millón de contagiados semanales. Algunos países que son sede como Rusia, Ucrania, Alemania, España e Italia, registraron un mayor número de contagios y/o muertes en los últimos siete días, según Reuters.

La Copa América costará al país 7 millones de vacunas ¿Vale la pena jugarla?

Especialmente porque en su nuevo formato, que se estrena este año, son 24 selecciones y 12 sedes/ciudades/países diferentes con distintos grados de incidencia de Covid-19. Incluyendo Baku, capital de Azerbaiyán, que solo en el fútbol es Europa y cuya selección fue eliminada. Mientras Dublin fue borrada como sede al ser eliminada Irlanda. Pasa que Azerbaiyán paga para estar e Irlanda no... ¡Ah, UEFA! Y pensar que el paraguayo conmeboliano Alejandro Domínguez te sigue como un pug faldero, sin la clase de un bichón maltés o un pomerianan, claro...

Sin embargo, los vasos comunicantes de la televisión, el dinero y el horror, triplicarán la apuesta en junio, julio y agosto, con Eurocopa, Olimpíadas y Copa América. Ojalá tengan razón y las nuevas cepas no sean lo voraces que los infectólogos prevén. Tal vez uno esté paranoico porque un pueblo de seis mil habitantes, mayor al mío, muere en el mundo cada día desde las navidades del 2019 por causa del coronavirus (3,4 millones de fallecidos hasta ahora –toda la población de Berlín– en un año, 6 meses y 6 días: más de ocho veces los americanos que perdieron la vida en la Segunda Guerra Mundial).

Quizá esta trilogía de desafiantes eventos en tres continentes distintos, casi al mismo tiempo, solo responda a otro ‘error humano’ como el voto popular en países como el nuestro, Chernóbil en la Unión Soviética, casarse a los 20 años, el Puente del Milenio en Londres, una contraseña adivinable en el smartphone y el fatal accidente del transbordador espacial Challenger-NASA en Cabo Cañaveral. Tal vez sea algo así y no un maquiavélico input televisivo, queriendo justificar sus ‘generosas’ inversiones para lucrar con el riesgo ajeno...

La muerte del fútbol | Un tiro en el pie (primera entrega)

Empero, hay un punto en que no es solo la moneda de los que televisan que lo estropea todo (así como también lo posibilita), son todos los dineros y de cualquier origen los que encarroñan aquello que debiese mantenerse puro, sin que este sea un pensamiento anticapitalista, que no lo es ni intenta serlo: “¡Antes casado que comunista!” decía un amigo español, soltero, culto y falangista. Agregando: “Ya no hay Zorrillas”, a propósito de quien abrió estas líneas y de quien su biógrafo afirmó que era “ignorante del dinero”. No quedan poetas como él ni románticos a su estilo en el cotidiano actual. El materialismo triunfó. Aquí, en Europa y en Japón también. Pena y decepción. Cada vez hay menos lugares para fugarse desde Ezeiza.

A propósito, todo indica que aquella frase de José Zorrilla no es de él, ni de Lope de Vega, el otro autor hispano a quien, hasta hace poco, también le era atribuida. El dramaturgo francés Pierre Corneille ya la habría sentenciado en su comedia Le menteur –El mentiroso–, estrenada doscientos años antes que Don Juan Tenorio... Y yo preocupándome con la fake news olímpica y queriendo identificar a los colegas que, digitalmente, enterraron antes de tiempo al célebre Jorge ‘Cacho’ Fontana y al ‘catedrático’ Carlos Timoteo Griguol... “Todo pasa” estaba grabado en el anillo de Julio Grondona. Sí, todo pasa y pasa de todo: sobredosis que no cura, mata.

Continuará...

* Ex director asociado de ‘Diario Perfil’ y creador de la icónica revista ‘Solo Fútbol’.

NOTA: Continúo esperando más precisiones y más nombres sobre la pregunta que quedó flotando en la entrega anterior: ¿Quiénes le pagaron la fianza de 30 millones de dólares a Alejandro Burzaco y por qué? Hasta ahora solo sé que todos son argentinos...