Independiente llegó a Santa Fe casi clasificado a la Copa Libertadores, y se fue con la angustia de haber quedado afuera luego de un partido intenso y de una jugada que podría haber cambiado todo: una mano en el área que no fue intencional pero desvió un tiro con destino de arco. El equipo de Ariel Holan pasó de la alegría al llanto en menos de noventa minutos.
No hay que restarle mérito a Unión, un equipo que durante todo el torneo mostró signos de buen juego y que lo validó en este final, con un triunfo ante el campeón de la Sudamericana y una despedida de su público a la altura de su actuación en la Superliga. Franco Soldano, de cabeza, selló el 1-0, luego de una jugada prolija por el sector derecho. Después, sólo quedó aguantar y festejar. Por la victoria, por la campaña y por haber obtenido algo histórico: la clasificación a la Sudamericana, el primer torneo internacional que disputará el club santafesino.
