Como referente del gigante de la producción y los servicios agropecuarios Los Grobo, Gustavo Grobocopatel es una de las voces del campo a pesar de no presidir ninguna de las entidades del sector. Por eso, el Gobierno, que espera un aluvión de US$ 25 mil millones de la cosecha para aliviar tensiones cambiarias, puede estar tranquilo: no habrá especulación con las divisas, dice en diálogo telefónico con PERFIL.
—¿Cómo sobrelleva las turbulencias recurrentes con el dólar?
—La sensación de turbulencia constante y de shocks deteriora la capacidad de pensar en el largo plazo, porque el riesgo es tan alto que uno trata de maximizar el presente. El largo plazo es invertir en inversión y desarrollo, es una estrategia de inserción internacional. Es capacitación de los talentos. La turbulencia tiene impactos muy negativos sobre la competitividad estructural de las empresas. Por eso, no es que los empresarios argentinos seamos mucho peores que el resto. Hemos innovado para resistir. Nos hemos adaptado a una situación de permanentes shocks para resistir. —¿Esta administración profundizó la vulnerabilidad ante shocks recurrentes? —Es muy difícil juzgar con el diario del lunes. Me parece que la Argentina arrastra problemas de larga data, de muchas décadas. Tuvo un momento en que lo podría haber corregido y no lo hizo. Esos problemas estructurales hicieron que creciera la pobreza, que haya permantes shocks con las consecuencias que mencionamos, y nos empobrecieron a todos. No solo aumentó el porcentaje de pobres, sino que todos somos más pobres. Se ha tratado de no mirar eso o no reconocerlo. Algunos tuvieron la estrategia del endeu- VOZ. “Psicológicamente funcionamos diferente”, dice. damiento, otros de aumentar impuestos de manera inusitada, otros de vender activos del Estado, pero siempre se trató de barrer bajo la alfombra. Este gobierno trató con buena intención de ganar tiempo para que los problemas estructurales se corrigieran con el tiempo, sin mucho esfuerzo y porque no tenía plafón político para hacerlo. Eso no funcionó porque no vinieron flujos de capital a la Argentina. Ahí tiene que ver el contexto internacional, y no funcionó porque psicológicamente los argentinos funcio- namos diferente. Esos shocks hacen que nos refugiemos en el dólar, que seamos bimonetarios. Es muy difícil hacer política económica con recetas tradicionales exitosas en el mundo en un país dolarizado como este. El Gobierno ahora tuvo que cambiar bastante de cuajo esa estrategia a una mucho más dura porque no tiene acceso al financiamiento internacional. Y falta una estrategia de crecimiento además de cómo vamos a ir resolviendo los problemas estructurales.
—El Gobierno está confiado en que, además del FMI, los dólares del campo van a ser suficientes para que no haya ruidos cambiarios. ¿Estarán las divisas de la cosecha?
—La producción agrícola es producción de dólares. Son productos exportables y con mercado internacional. Los que son exportadores no tienen mucho margen de especulación. No tienen mucha capacidad de quedarse especulando con el grano ni con los dólares sin liquidar porque tienen que usarlos para pagar. Y el productor no es alguien sofisticado financieramente que pueda tomar deuda. Con estas tasas de interés nadie quiere tomar deuda. Va a tratar de vender para tratar de vivir y pagar sus cosas. El productor de $ 100 que cobra tiene excedente de 10 o de 20. Hay un 80% de la cosecha que se tiene que vender en el año para pagar las deudas o para vivir. Siempre que hubo esta pregunta que vos me hacés la realidad demostró que el ritmo de ventas siempre fue el mismo independientemente de los vaivenes políticos. Puede haber una pequeña especulación sobre la liquidación, de cinco días, pero no una especulación de meses.
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—¿Cómo puede influir en la cabeza de un empresario si empiezan a crecer las chances de que gane Cristina?
—No podemos tener una discusión emotiva en torno a los candidatos o a Cristina Kirchner. Lo que objetivamente podemos decir de CFK es que hizo una mala gestión. Porque si bien los problemas tienen muchas décadas, durante los gobiernos de ella hubo momentos como para hacer las correcciones. Ella y su gente no estaban calificados. Si la sociedad argentina vuelve a elegir un gobierno de esas características, por lo menos no aprendimos.