La pulseada por marcar el ritmo de la transición hacia la recuperación de la economía enfrentó al ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, con el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, en abril, cuando el primero amagó con renunciar ante el presidente Mauricio Macri, por las diferencias con el responsable de la autoridad monetaria por el alto nivel de las tasas de interés. La urgencia por mostrar resultados de una reactivación que no se observa desde hace cuatro largos años generó tensiones entre los funcionarios que debieron ser saldadas por Mario Quintana, secretario de Coordinación Interministerial de la Jefatura de Gabinete, y Gustavo Lopetegui, el coordinador del Gabinete económico, con la resolución final de extender un período de convivencia entre las partes hasta fin de año, y a partir de enero se abrirían las puertas para cambios en los máximos cargos del equipo económico que conduce el país, según reconstruyó PERFIL en los pasillos del Ministerio de Hacienda esta semana.
Se trata del marco en el que se inscriben las declaraciones de Prat-Gay sobre la posibilidad de llegar a la Cancillería, hoy ocupada por Susana Malcorra, que se encuentra en pleno proceso de selección para alcanzar un cargo en la Secretaría General de Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Mauricio me quería en el Ministerio de Hacienda. Si él toma otra decisión, y yo creo que puedo hacer un aporte, genial, y lo voy a acompañar”, resumió Prat-Gay sobre la posibilidad de encarar el desafío de la política exterior, que considera uno de los más sensibles junto con su cargo actual.
Puertas adentro del Banco Central señalan que las principales diferencias que se concentraron en la urgencia de acelerar el ritmo de la baja de la tasa de interés, que está por encima de los 28 puntos, habían encontrado a Sturzenegger firme en la determinación de seguir acompañando la desaceleración de la inflación, como la forma más prudente de dar pasos seguros hacia la meta de alcanzar una inflación de 5% en cuatro años.
“Retroceder en la política de baja de tasas, dar un paso en falso y tener que elevarla por un dato negativo de precios generaría mayor incertidumbre entre los empresarios e inversores y todo se demoraría aún más”.
Sin embargo, Sturzenegger no traslada la discusión con Prat-Gay a la mesa del directorio, allí se muestra muy convencido del horizonte delineado a comienzos de año. En su entorno comentan que el diálogo que mantuvo con otros “banqueros centrales”, luego de su gira por China, había logrado calmarlo por “las medidas que se tomaron a principio de año como la unificación cambiaria y el acuerdo con los holdouts para salir del default”.
La mirada del exterior, especialmente ejecutivos de Canadá, puso paños fríos y momentáneos a la relación con el titular de Hacienda.
“Tanto Prat-Gay como Sturzenegger creen en la autonomía del Banco Central, y ésa es una tensión que ambos toman con naturalidad pero que el mismo tiempo les permite reforzar sus posiciones”, señalaron funcionarios de la sede de la calle Defensa 266.
El ida y vuelta del ministro sobre la inflación, donde debió rectificarse luego de afirmar que “ya no era un problema”, puso en evidencia nuevamente que de cara a lo que resta de 2016 las diferencias serán saldadas por Lopetegui y Quintana.
En los cambios de cargos con los que especulan funcionarios de segunda línea, el nombre de Carlos Melconian al frente del Banco Nación reaparece con frecuencia.