El sendero fiscal de un país es uno de los aspectos centrales de discusión con el FMI, partiendo de la base que si se pide posponer pagos sin solucionar el desequilibrio primario, se seguirá generando deuda, eliminando toda posibilidad de generar excedentes en algún momento para hacer frente a los compromisos.
Por eso es clave el sendero fiscal. No es lo mismo partir de un déficit primario de 1% del PIB que hacerlo de uno del 5% del PIB, obviamente. Y la baja del déficit tiene que ver también con la combinación de ingresos y egresos que se promueva. Considerar las variables en términos del PIB, permite comprender de manera sencilla la magnitud del esfuerzo fiscal que el país pretende hacer.
En el caso argentino, el año base que se considera es el año 2021. En este año la Administración Pública Nacional tuvo ingresos totales equivalentes a 18,1% del PIB (sin considerar los DEGs del FMI registrados como Ingresos no tributarios) y gastos primarios equivalentes a 21.1% del PIB. En efecto, el déficit primario fue de 3% del PIB.
Marx y el "sendero fiscal" en las negociaciones con el FMI: "Es una discusión con mucho detalle"
Partiendo de este déficit, se puede tener una idea de magnitud de lo que implica obtener 3 puntos porcentuales del PIB de ingresos adicionales o reducir 3 puntos porcentuales del PIB el gasto.
Por citar algunos caso, los ingresos generados por el principal impuesto que es el IVA equivalieron a 3,1% del PIB (ingresos que quedan en manos del gobierno nacional, dada la coparticipación federal de impuestos).
La recaudación del impuesto al cheque en manos del gobierno nacional fue de 1,6% del PIB.
Por el lado del gasto, los subsidios a la energía totalizaron el equivalente a 2,3 % del PIB.
¿Cuál es el escenario posible al que se enfrenta Argentina tras el acuerdo con el FMI?
El gasto en salarios fue de 2,3% del PIB. Las transferencias a universidades fueron equivalente a 0,6% del PIB.
Entonces, llegar al equilibrio primario equivale a lograr una recaudación extra de IVA que queda en manos del gobierno nacional, o a dos recaudaciones extra del impuesto al cheque, entre otros.
Por el lado del gasto, por ejemplo *no alcanza con eliminar los subsidios a la energía, ya que un déficit de 3 puntos porcentuales del PIB equivale a 1,3 veces este gasto. También equivale a 1,3 veces el gasto anual en salarios públicos
La importancia del esfuerzo lleva a promover una reducción gradual, pero no lo cambia. Lo ideal es que los recursos provengan de ingresos extras derivados de un mayor cumplimiento tributario o de una mayor eficiencia a la hora de asignar los recursos.
Pero, si se busca la eliminación del déficit, lo esencial es que se concrete a partir de bases sólidas y básicamente sostenibles en el tiempo. Un ajuste no sostenible genera más costos en el tiempo.
* Doctor en Economía del Instituo Argentino de Análisis Fiscal (IARAF)