La nueva configuración del Gobierno dejó claro que le urge reducir las expectativas inflacionarias como el primer paso para corregir otros desequilibrios del modelo. Aunque las restricciones para comprar dólares y los frenos aduaneros continuarán, las reuniones encabezadas por el flamante jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, con empresarios y sindicalistas apuntan a poner un techo a las paritarias y a frenar precios, además de meter mano en las partes de las cadenas de producción para mejorar competitividad y generar dólares.
Capitanich anunció nuevos acuerdos de precios “de aquí al 2 de diciembre”, y aseguró que la presidenta Cristina Fernández tiene en análisis una serie de medidas para “promover un incremento de la oferta de las reservas (monetarias) y su uso racional”, a raíz de la aceleración de su caída.
Por la mañana de ayer, los dirigentes sindicales oficialistas se encontraron un jefe de Gabinete “muy bien plantado, ejerciendo el cargo que le dieron y con mucha sintonía con Kicillof”. “La batuta la manejó él durante toda la reunión”, agregó uno de ellos.
Las voces cantantes del espectro sindical fueron Antonio Caló (UOM), Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias).
Capitanich pidió que las negociaciones paritarias del próximo año sean encaradas por los sindicatos “con responsabilidad”.
Los gremios respondieron que así venían haciéndolo.
Reclamaron poner fin a la política de precios de Guillermo Moreno y convocar a un megaacuerdo de precios que garantice un freno a la inflación y, así, poder mantener aumentos salariales “con resposabilidad”.
El jueves por la noche, los dirigentes de la CGT oficial intercambiaron llamadas para prever de qué trataría la reunión con Capitanich y acordar los reclamos –siempre en términos cordiales con el Gobierno– para lo que consideran la reapertura del diálogo tripartito.
Ayer, dijeron que la convocatoria al diálogo debía incluir “a tres sectores clave en la inflación: los bancos, el sector financiero y los denominados formadores de precios”. Este último rubro incluye a los supermercadistas y los proveedores de insumos y servicios, como la logística. Si no son incluidos, el acuerdo fracasará, cree la CGT.
Nadie mencionó a Hugo Moyano, titular de la CGT Azopardo, ni a Pablo Micheli, de la CTA opositora, al pedir que se abriera más el diálogo con ciertos sectores empresarios.
Sobre los bonos de fin de año, aseguran que no hubo conversaciones. “Entendimos que como nadie sacó el tema y somo varios los gremios que estamos pidiendo bonos de fin de año, nos dieron vía libre, al menos por ahora”.
También se reclamó un aumento en la asignación universal por hijo, que describieron como “insuficiente”.
Por la tarde, Capitanich se reunió con representantes de la UIA y de las cámaras de la Construcción (CAC), de la Alimentación (Copal), siderometalúrgica (Adimra) y bancos. A los empresarios les preocupa que Moyano no haya sido invitado, ya que su poder de fuego podría romper cualquier diálogo o pauta salarial. Sin embargo, en la CGT no creen que Moyano tenga margen para salirse de los límites impuetos para las paritarias. Recordaron que este año, Camioneros cerró en 24%, como otros gremios.
Moyano, sin embargo, criticó la decisión de no ser incluidos en la reunión con el flamante jefe de Gabinete. “A Capitanich le han dado el mejor camarote en el Titanic”, comparó el titular de la CGT opositora, Hugo Moyano, en línea con los cuestionamientos de sus pares de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, y de la CTA disidente, Pablo Micheli.
Los empresarios ya preparan propuestas varias. La ministra de Industria, Débora Giorgi, anticipó que antes del 22 de diciembre próximo se presentará “un conjunto de propuestas y acuerdos” con las cámaras empresariales surgidas de las mesas de diálogo realizadas ayer, que sintetizan las inquietudes de los 25 encuentros sectoriales realizados desde septiembre en diversas ramas industriales.
La industria cayó 1,1%
La industria cayó 1,1% sin estacionalidad en octubre contra el mismo mes del año anterior a partir de una menor producción de autos, aunque también se registraron bajas en alimentos, químicos y la refinación de petróleo, de acuerdo con las cifras del Indec.
La baja en la producción de autos fue del 3% en octubre y el resto de la industria metalmecánica bajó 2,6%. “La incidencia de la demanda brasileña en la evolución de las exportaciones automotrices es determinante. El mercado brasileño representa más del 85% de las exportaciones y, desde mayo, ha presentado una dinámica contractiva en cuanto al patentamiento de autos importados”, explica por su parte el último informe de la Unión Industrial Argentina que detalla que en nueve meses las exportaciones industriales cayeron 9,3% si se descuenta el rubro automotor.
Frente a septiembre, la industria creció 1,4%.