Es la caja más frondosa de la Argentina. Lejos, la más grande y la más apetecible para el Gobierno. Son activos por más de $ 100.000 millones que contienen en sus entrañas los haberes de millones de futuros jubilados y pensionados y, al mismo tiempo, la reserva financiera nacional más inmediata al momento de acudir para apagar incendios y sortear escollos de liquidez y recesión.
Por eso, la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSeS) se encuentra, desde la estatización de las AFJP, en el centro de la escena. Y es por eso, también, que muchos focos iluminan, dándole luz y protagonismo –algunos demasiados- a Amado Boudou, su director ejecutivo y ascendente figura en el entramado oficial.
Boudou es el que tiene la billetera más grande (lo envidia el secretario de Comercio Guillermo Moreno). Lo sabe y lo demuestra cada vez que puede. La semana pasada tuvo que dar cuenta de los números de gestión ante legisladores. Fue recibido con la avidez y la expectativa con la que se recibe a un ministro. Es que habían pasado más de seis meses sin que nadie supiera de forma oficial con qué lógica y de qué manera se habían invertido más de $3.700 millones.
Pero el miércoles 20, con serenidad y detalle, el director ejecutivo se esforzó en explicar a su modo las directrices del “nuevo paradigma”, como repetitivas veces llamó al giro de timón dado por el Gobierno –principal destinatario de los fondos según él mismo informó-, en el que declarativamente se prioriza invertir en “proyectos de la economía real”. Con frases como “generar rentabilidad es generar empleo”, o “participación en el mercado de capitales limitada a los proyectos productivos”, fue rezando uno a uno los preceptos alineados a los discursos del matrimonio K en plena campaña electoral.
La nota completa, en la última edición de la Revista Fortuna .