Los indicadores que fueron mejorando en la “década ganada” corren riesgo de agravarse si se profundiza la caída de la actividad y se prolonga la pelea con los holdouts.
Según un informe del Banco Mundial, denominado la “Estrategia de Alianza con la Argentina entre 2015 y 2018”, la población vulnerable corre riesgo de aumentar del 33% actual al 40% si hay dificultades en el futuro. “La gente que está sobre la línea de pobreza, si hay alguna dificultad, pasaría a estar dentro de población vulnerable”, explicaron desde la entidad. Esa línea se traza entre los que viven con US$ 4 a US$ 10 diarios. El promedio de América Latina es de 38% de la población. En Uruguay alcanza al 31% y en México llega al 43%.
“Salvo los problemas actuales relativos a la deuda con acreedores que no entraron a los canjes de 2005 y 2010, los riesgos a corto plazo son manejables”, sostiene el Banco Mundial, a diferencia de la visión de “default manejable” del Gobierno. Para la entidad que acaba de cerrar su estrategia financiera con la Argentina con desembolsos de entre US$ 1.000 y 1.200 millones por año por los próximos tres, el déficit fiscal primario es moderado y podría controlarse con la reducción de subsidios a los servicios públicos mientras que el déficit total podría financiarse en los mercados de capital.
“Es posible que la inflación se mantenga en un nivel elevado, pero no será difícil controlarla”, estima el BM, que promueve metas de inflación y tasas de interés de referencia, un esquema “ortodoxo” para el Palacio de Hacienda.
Las perspectivas de crecimiento a largo plazo son sólidas y a mediano plazo, moderadas. Si se maneja la inflación y los déficits, el PBI puede repuntar entre el 2 y 3%, sostiene el análisis que vincula esa recuperación a “una combinación de tipos de cambio más competitivos, la eliminación gradual de los controles de capital y la emisión de deuda”, así como un ingreso de inversión extranjera directa.
Para ampliar los logros en inclusión social, la Argentina –que hasta 2012 tiene la segunda mejor tasa de distribución del ingreso de la región, detrás de Uruguay– debe garantizar el crecimiento y los ingresos laborales para reducir la pobreza. “El debilitamiento del clima de negocios y el mercado laboral puede tener efectos significativos en las tasas de pobreza”, advierte la entidad. A nivel empresas, plantea que padecen la incertidumbre de políticas públicas, la carga normativa y falta de acceso al financiamiento.