En medio de los vaivenes que sacuden el mercado por expectativas de un acuerdo entre el Gobierno y los fondos buitre por la deuda en default, los analistas del mercado local no pierden de vista los efectos que el estancamiento de la economía tendrá sobre los balances de las empresas que se presentarán en las próximas semanas, y que ya se empieza a descontar en las cotizaciones.
Puertas adentro, los departamentos de research de las principales sociedades de Bolsa ya proyectan resultados magros en los libros correspondientes al segundo trimestre de 2014, datos que se empezarán a difundir en los próximos días. Las expectativas de los analistas se encuentran en línea con los últimos datos difundidos ayer por el estudio Orlando Ferreres & Asociados, que indica que el Indice General de Actividad (IGA) mostró en junio una caída de 0,6% interanual, “cerrando el segundo trimestre del año con una contracción de 1,5% y acumulando en el primer semestre del año una disminución de 0,9% respecto del mismo período de 2013”.
En ese marco, se espera que las empresas locales que cierran sus ejercicios el 31 de diciembre –tienen plazo para presentar balances hasta el 11 de agosto próximo– ya comiencen a mostrar signos del estancamiento económico. Otro grupo más reducido de empresas como Aluar, IRSA, Cresud y Alto Palermo, entre otras, presentará resultados más tarde, aunque también tendría números de recesión.
“Las firmas viculadas al consumo masivo serán las más afectadas”, señaló el responsable de investigación de una entidad, que agregó que las bajas no sólo se contabilizarán con respecto al trimestre anterior sino que también podrían llegar a estar 3% por debajo del mismo período del año pasado.
En el caso de las energéticas, las proyecciones señalan que las pérdidas de los balances anteriores se extenderán en los datos comprendidos entre abril y junio, situación que explica que la suba de las acciones de empresas como Edenor –que ya subieron 238% en lo que va del año– responde únicamente a especulación de los inversores sobre una eventual suba de tarifas.
“En el caso de Mirgor, también proyectamos una baja en la ventas por una caída generalizada de consumo con respecto al primer trimestre del año, que sólo se podría ver compensada por una revalorización del stock de inventario, pero que en todo caso es simplemente el resultado de la devaluación de enero”, resumieron desde una entidad. Para los especialistas, el sector financiero merece un párrafo aparte: “En el caso del sector bancario, el retroceso en los papeles será notable, entre 30% y 40%, porque durante el primer trimestre del año la situación excepcional que significó la devaluación hizo que las ganancias por variación de tipo de cambio fueran enormes, algo que no se va a resgistrar en el segundo trimestre del año, donde ya vemos que pesa el tope de las tasas de interés a las líneas de crédito”.
Sin embargo, por el momento, la cotización de los papeles en el Merval no escapará de la volatilidad que vive la renta fija. Ayer, el índice bursátil ganó 3,8% alentado por versiones sobre la posibilidad de que la Justicia norteamericana determine una nueva cautelar que permita que la Argentina cumpla con el pago de la deuda reestructurada que correspondía al pasado 30 de junio. “Las subas de las acciones responden principalmente a la visión de inversores con un horizonte de dos años, que apuestan a un cambio de gobierno en 2015”, disparó un analista, después de una semana en que la que se observaron recortes por bajas en los mercados internacionales. Así, el viernes Edenor avanzó 8,8%; Pampa, 6%; Transener, 4,8%; mientras que Comercial del Plata trepó 7,4%.