"El que apuesta al dólar pierde". La frase que pronunció en 1981 Lorenzo Sigaut, entonces ministro de Economía de la dictadura, parece reeditarse una y otra vez a lo largo de la historia económica argentina. Después de la hiperinflación alfonsinista, la convertibilidad menemista, la devaluación duhaldista y la sostenida inflación del kirchnerismo, otra vez un gobierno vuelve a pedir confianza en la moneda nacional.
Esta vez fue el turno del Jefe de Gabinete Marcos Peña, el presidente del Banco Central Federico Sturzenegger, el ministros de Hacienda Nicolás Dujovne y el de Finanzas Luis Caputo. Los funcionarios brindaron una conferencia de prensa este jueves en Casa Rosada para informar el ajuste de las metas de inflación y luego anunciaron que "el dolar va a dejar de ser un tema para los argentinos" y que "tienen que pensar en pesos".
"Tenemos que acostumbrarnos a que tenemos un tipo de cambio flotante y dejar de hablar de corrida cuando se mueve un 10 por ciento. A veces está un poco más apreciado, a veces más depreciado. Es el mecanismo que generamos para absorber los shocks externos", precisó Dujovne. Y argumentó que "el dólar va a dejar de ser un tema para los argentinos".
No obstante, el Presupuesto 2018 que aprobó este miércoles el Senado, calculó un dólar de $ 19,3 para el año próximo. Cuatro días antes de empezar dicho año, la divisa norteamericana ya pasó a $ 19,46.
Un discurso similar ya se había escuchado durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, quien en su segundo mandato impuso el cepo para evitar corridas y fugas sobre el dólar, y luego pidió apostar al peso. En 2012, la entonces presidenta contó que cambió su plazo fijo en dólares a pesos "porque es más rentable" mientras pedía que siguieran esa línea los empresarios.
Dos años después, la jefa de Estado apuntaba contra quienes creían que se iban a "salvar" a través de la compra de dólares. "El que crea que va a salvar su trabajo comprando dólares o guardando la plata para no consumir, lo más probable es que en el mediano plazo lo termine perdiendo", advirtía la mandataria en cadena nacional, durante un acto en Casa de Gobierno.
Y no fue sólo la exmandataria sino también su por entonces ministro de Economía, Axel Kicillof, quien en 2015 criticaba al "club de los devaluadores que agitan el tema del dólar". "A los banqueros, empresarios e industriales les pido que no hablen de atraso cambiario porque joden a la gente", reclamaba.
En ese entonces, el único que se resistía a no seguir los concejos de Cristina era su Jefe de Gabinete Aníbal Fernández, quien mantuvo sus ahorros en dólares con el argumento de que los compró legalmente y que en el mercado negro ya tenían una amplia diferencia en su cotización.
"Yo los compré legalmente, no me pidan que haga cosas de idiota: 'Ah, tengo 24 mil dólares entonces tengo que cambiarlos a 4,49 cuando en el marcado negro está en 6 pesos'", manifestó. "Tampoco soy un tarado que tengo que ir a venderlos golpeándome el pecho en un falso patrioterismo y perdiendo guita. Déjelos ahí tranquilos que están bien cuidados".