ECONOMIA

Cómo navegar (y aprovechar) las oportunidades del crypto-crash

Por qué la caída de las criptomonedas debe ser analizada dentro del actual contexto mundial de incertidumbre y volatilidad y tres consejos para convertir este momento es una oportunidad de negocio. Según la autora de este artículo, el cryptocrash es una realidad que hay que entender recordando que los criptoactivos “no están cayendo solos”. Porque, advierte, “en este lugar, nada cae solo”. Una de las lecciones más importantes que se pueden sacar del caso Terra Luna, señala como ejemplo de esta crisis/oportunidad, es que no todas las monedas son iguales.

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Tensión. La caída mundial del valor de las criptomonedas generó que millones de inversores abandonaran estos activos. Sin embargo, también cayeron las acciones y bonos. | Kanchanara

Los máximos históricos de las criptomonedas de 2021 ahora son solo recuerdos. Lejanos, por cierto.

La reciente caída de las criptomonedas tiene a muchos preocupados por el futuro, este sí, no tan lejano. El cryptocrash es una realidad que hay que entender recordando que los criptoactivos no están cayendo solos. Porque, en este lugar, nada cae solo.

Los factores que impulsan las crisis son diferentes. Y si bien los acti- vos digitales son bastante volátiles y  fluctuantes, en esta oportunidad se encuentran acompañados del tradicional mercado de valores, que también ha sufrido una recesión. Esto sucede porque las autoridades estadounidenses buscan controlar la inacción restringiendo la oferta monetaria de dólares y elevando las tasas de interés a nivel global.

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Con este panorama, podríamos entender por qué muchos inversores podrían alejarse de los activos de riesgo. Pero quienes conocemos el mercado -y sus altas y bajas- también entendemos que son momentos en donde la crisis realmente se convierte en oportunidad (nunca mejor dicho aquello de “oportuncrisis”) si recordamos algunos principios básicos de inversión.

Ladies and gentleman: cada uno de nosotros tiene el poder para ha- cer grandes cosas en esta nueva economía, incluso en el panorama del cryptocrash.

Estos tips son solo un punto de partida. Siéntase libre de tomarlos, si así lo desea:

1. Corto plazo vs largo plazo. ¿Está invirtiendo porque cree en la oportunidad a largo plazo? ¿O está para ganar dinero rápido con operaciones a corto plazo? La volatilidad atrae a los comerciantes que buscan obtener ganancias, pero es estresante, especialmente para los nuevos inversores que buscan comenzar. Pensar con cabeza fría y sobre los objetivos des- de el comienzo, es la clave.

2. Contexto demográfico y situa- ción global. Los expertos decimos que se deben seguir buenas fuentes de noticias sobre cryptos y el mer- cado global para saber lo que está sucediendo en todo el mundo, ya que este mercado opera las 24 ho- ras del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año, non stop. Dado que está en constante evolución, es imperativo que esté bien informa- do. Hacer investigación sobre cada token o proyecto es muy válido. Pero nunca se debe dejar de lado lo que está pasando en el resto de las regiones, para comparar con la propia. Mientras que países como Brasil ya tiene un dictamen favorable a la integración de capital social a través de criptoactivos, en regiones como la Unión Europea, recién en 2023 pondrán en funcionamiento la ley de activos digitales. Observar y relacionar el impacto de los factores macro en el criptomercado es una muy buena práctica. Téngala en cuenta.

3. Perspectiva personal. Habiendo pasado por los puntos anteriores, estamos en condiciones de pensar según nuestro propio criterio. Si bien siempre hay noticias que estimulen la variación del precio comercial de Bitcoin y otras criptomonedas, se debe invertir tiempo en comprender cómo funciona el comercio y qué indicadores puede usar para evaluar la tendencia general. Siempre haga su propia investigación antes de invertir. Dedicar tiempo para comprender cómo funciona el token, leer el documento técnico subyacente y analizar quién controla el suministro y el tipo de respaldo que tiene es fundamental. Una de las lecciones más importantes que podemos sacar del accidente de Terra Luna es que no todas las monedas estables son iguales y, por lo tanto, es importante comprender las diferentes monedas estables, su economía y su proceso de auditoría.

Una caída en los crypto-mercados puede puede ponernos nerviosos, por qué negarlo. La clave que siempre transmito a mis estudiantes es usarlo como una llamada de atención para volver a preguntarnos: ¿qué oportunidades y riesgos presenta?

En los últimos años, y sobre todo en los últimos meses, se produjo un cambio profundo en lo que demandan los usuarios y éste es un fenómeno que sobrevivirá a la burbuja. Las expectativas y reque- rimientos de una generación de usuarios de Internet han cambia- do con el mundo crypto. Pero quizás ese abordaje, podamos dejarlo para más adelante. ¿No?

La crisis de las criptomonedas no se está desarrollando en el vacío y este tipo de inversión -aunque audaz y para muchos difícil de comprender- no es un fenómeno de fantasía: ya en el 2021 se afirmaba que el valor total de todos los activos de criptomonedas superaba los 3 billones de dólares. Por eso es que el actual tembladeral en este mercado está siendo seguido muy de cerca por analistas en todo el mundo que comparten previsiones más o menos pesimistas.

Y es una buena razón para preocuparse cuando el inversor estadounidense Michael Burry, uno de los primeros en advertir sobre la crisis de hipotecas subprime que despatarró al mundo financiero, señala no solamente que se viene un colapso de las criptomonedas si que ya comenzó a ocurrir.

A través de un mensaje difundido en su cuenta de Twitter a principios de este mes de setiembre, Burry -uno de los protagonistas de la historia del filme “Big Short”, en el cual fue interpretado por Christian Bale- escribió:  “Crypto crash. Check”.

El administrador de fondos dijo creer que el “colapso cataclísmico”, como lo definió la revista Markets Insider, está en pleno apogeo “y lo agregó a su lista de predicciones correctas que hizo” en el pasado.

En su reporte para la publicación, el analista Theron Mohamed recordó que el índice de referencia S&P 500 “se desplomó” un 19% este año, Nasdaq lo acompañó con una caída del 27% y el precio de bitcoin cayó más de un 66% desde su máximo de noviembre, a menos de 19.000 dólares.

“Sin embargo -apuntó-, Burry advirtió a fines de junio, cuando los precios de los activos alcanzaron niveles similares, que el desplome podría estar solo a la mitad en función de cómo se desarrollaron las recesiones anteriores”.

“No, todavía no hemos tocado fondo”, escribió Burry en Twitter. “Estén atento al fracaso, luego busquen el fondo”, refiriéndose a las empresas que se están hundiendo.

Por su parte, el columnista de criptomonedas Billy Bambrough compartió en la revista Forbes una alerta que circula en los ambientes financieros: “Venda todo su Bitcoin, ahora”. Y agregaba, también en los primeros días de este mes: “se emite una advertencia grave de caída de precios” en este terreno “antes de la actualización de Ethereum”, una movida que, aseguró, “cambia el juego”.

“Es difícil ver banderas rojas (de alarma) cuando llevas puestas gafas de color rosa”, describió por su lado el columnista David Ryan Polgar en la revista online Built In. “En medio de un verano (boreal) sofocante refrescado por un ‘criptoinvierno’, ahora parece ser un momento ideal para reflexionar sobre por qué las criptomonedas han perdido la asombrosa cantidad de 2 billones desde su máximo” en el 2021, propuso el analista.  

“En mi opinión -apuntó Polgar-, es porque la motivación de una parte significativa de aquellos involucrados en el comercio de divisas tiene menos que ver con una atracción genuina por su utilidad y más con su condición de activo especulativo a través del cual uno puede ganar mucho dinero”.

Ahora, la “pregunta de los mil millones de Bitcoin” -prosiguió- es si la criptomoneda como industria volverá con fuerza después de esta debacle. Polgar se mostró pesimista: “yo creo que no”.

Para ponerle un rostro a la crisis, el diario británico The Guardian publicó a fines de agosto la historia de un ex maestro de primaria de 47 años que “se metió en las criptomonedas a lo grande durante la pandemia de coronavirus, invirtiendo los ahorros de toda su vida en una cartera cuyo valor se estaba disparando y que creía que le permitiría ascender en la escalera de la propiedad”.

El ex maestro, que en el artículo de Zoe Wood es presentado como “Duncan” (no su nombre real), contó que había invertido unos 50.000 dólares y que su expectativa era llegar a cerca de los 500.000 dólares para, más adelante, “retirar la mitad”. Hacia la Navidad del 2022, “Duncan” tenía ya “más de 300.000 dólares”.

Sin embargo, hablando desde su casa en Edimburgo, relata el artículo, el ex maestro confesó “haber perdido casi todo en la reciente caída del mercado de activos digitales”.

“Le queda una cartera valorada (en el momento de escribir este artículo) alrededor de 4.000 libras esterlinas, una fracción de las 40.000 libras esterlinas estimadas que invirtió”. De todas maneras, compartió Wood, “Duncan” parece ser del tipo de personas que ven el vaso medio lleno, o de los que creen que el mal de muchos es un consuelo.  

“Tengo amigos que han perdido sumas de dinero de ocho cifras”, apuntó el ex maestro.

Otro diario británico, el Evening Standard, publicó en agosto unas inquietante declaraciones de Lennix Lai, el director de Mercados Financieros en OKX, según el cual “el efecto dominó que estamos viendo entre las criptoempresas es similar al colapso financiero de 2008” entre las firmas de Wall Street.

“Ambos casos se debieron a que las instituciones asumieron un riesgo ilógico, en gran medida a expensas de los inversores”, señaló Lai.

En el mismo artículo, la analista Susannah Streeter, de Hargreaves Lansdown, aseguraba que “este último giro oscuro en la rueda de la fortuna demuestra que especular con criptomonedas es un riesgo extremadamente alto y no es adecuado para la gran mayoría de las personas”.

“Los valores de las criptomonedas -continuó- están impulsados completamente por la especulación de que en el futuro tendrán un papel significativo en el sistema financiero”. Algo que, para muchos, es una verdadera apuesta que todavía está lejos de revelarse.

Ya en mayo de este año un artículo de la profesora Elisabet Ruiz Dotras recordaba que, al fin y al cabo, las criptomonedas no existen en un vacío, y que la inflación y los elevados costos de inversión hacen que el sector tecnológico vea crecer sus niveles de deuda.

“Si los tipos de interés suben, el coste de su deuda también -dijo Ruiz Dotras-. Ya sea la deuda previamente contratada (si es a tipo variable pagará más intereses) o si necesitan contratar nueva deuda, puesto que será más costosa”.

El mercado de los criptoactivos, prosiguió, “no escapa a este factor tecnológico”. Aunque sea un mercado no regulado, “no deja de ser un mercado altamente tecnológico y digital -agregó-. Así pues, ante los escenarios de guerra, inflación y subida de tipos, muchos inversores decidieron salir de ese mercado y buscar valores refugio”.

“Como activo -escribió recientemente y en este sentido el columnista Paul La Monica-, el bitcoin se comporta de forma mucho más parecida a los volátiles valores tecnológicos que a materias primas mucho más estables como el oro o las monedas respaldadas por los gobiernos, como el dólar y el euro”.

“Los inversores -advirtió- también deben tener en cuenta que es posible que no haya suficiente interés en las criptomonedas para justificar los miles de monedas, tokens e intercambios que existen”. Si ese es el caso, aseveró, “solo las criptomonedas más fuertes sobrevivirán y prosperarán”.