En los últimos días, la sociedad de bolsa Arpenta, una de las firmas más tradicionales de la City, volvió a operar tras el levantamiento de la suspensión que le había impuesto el Banco Central luego de operativos con gendarmes que duraron día y noche al comienzo de la gestión de Alejandro Vanoli. Poco a poco, otras firmas que habían sido imposibilitadas vuelven a trabajar. Algunas consiguen el visto bueno con precarias medidas como la instalación de biombos para separar unidades de negocio. Otras, por la estrategia judicial de algunos históricos del Microcentro que con ejércitos de abogados amenazaron con meter presos a funcionarios de la Procelac, la CNV y el mismo BCRA.
Pero lo cierto es que la “normalidad” en la City en un punto es hija de la tranquilidad financiera que el Gobierno ha conseguido a fuerza de controles, ingresos de dólares “chinos y franceses”, y atraso cambiario (devaluación oficial menor a la inflación). Aun a costa de condenar a empresas que pierden capacidad exportadora y generan menos empleo, la estrategia consiguió ayer que el dólar blue bajara a $ 12,80, y quedara “sólo” 49% por encima del oficial que cerró en $ 8,58, una brecha que no se veía desde el 20 de julio. Esa fecha es simbólica. Aún faltaban diez días para que se concretara el formal ingreso en cesación de pagos o “restricción de cobro” por el litigio con los fondos buitre. Además, ayer las reservas cerraron en US$ 28.923 millones.
El dólar que surge de las transacciones de compraventa de activos con liquidación en el exterior (“contado con liquidación”) y el que se desprende de transacciones que se realizan con títulos públicos en la plaza doméstica (“dólar bolsa”) bajaron a la zona de 11,95 pesos, según consignó la agencia DYN.
La calma que forzó Vanoli, en tanto, ha llevado a desarmar algunos pronósticos alarmistas en torno a corridas contra el peso sobre el cierre del año, cuando con el cobro del aguinaldo suele haber más presión sobre las cotizaciones. Pero la caída del salario real y la venta de “dólar ahorro” juegan a favor: la gente compra como siempre, pero lo vende en el blue para poder llegar a fin de mes.